Agentes alemanes frustran un intento de atentado contra la Embajada de Israel en Berlín

Una portavoz de la embajada ha confirmado que se trataba de un plan para atacar la misión diplomática con armas de fuego y quizá también con explosivos contra el edificio adquirido por el Estado de Israel en Auguste-Viktoria-Strasse, en el suroeste de Berlín, en 1998. La embajada y la residencia del embajador fueron inauguradas el 9 de mayo de 2001, en coincidencia con el 53º aniversario de la independencia del Estado de Israel y en presencia del entonces ministro de Relaciones Exteriores y más tarde Presidente Shimon Peres.

La detención ha sido posible gracias a una pista proporcionada por un servicio de Inteligencia extranjero aliado. Había indicios de que el sospechoso quería refugiarse con un familiar en St. Augustin después del ataque y luego huir al extranjero. El familiar ha sido interrogado como testigo y los agentes de la Fiscalía han concluido que no estaba al tanto de los planes de atentado.

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Tras la detención, se ha registrado el apartamento del acusado en Bernau. En el distrito de Rhein-Sieg, en Renania del Norte-Westfalia, los servicios de emergencia han registrado también el piso de una persona que no es considerada sospechosa, pero que podría dar pruebas adicionales, según ha confirmado un portavoz de la Fiscalía. El siguiente paso es la evaluación de soportes de datos, como teléfonos móviles y portátiles confiscados durante los registros, que llevará varios días. Mientras tanto, el sospechoso comparecerá a lo largo del día del domingo y ante un juez de instrucción en el Tribunal Federal de Justicia de Karlsruhe, para el primer interrogatorio judicial, y después será decidido su ingreso en prisión.

El ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, ha declarado que «la protección de las instalaciones israelíes en Alemania es particularmente importante en estos tiempos en los que el odio fanático hacia Israel y el antisemitismo se están extendiendo por todo el mundo y el terrorismo islamista encuentra constantemente nuevos partidarios». «Continuaremos haciendo todo lo posible para garantizar que los peligrosos planes de los que odian a Israel y los antisemitas no funcionen aquí», ha dicho. «Actuamos con la máxima vigilancia y atención en vista de la alta amenaza de violencia islamista, antisemita y antiisraelí», ha añadido la ministra de Interior, Nancy Faeser.

El intento de atentado tiene lugar en un clima de constantes manifestaciones propalestinas que infringen la ley alemana, como la celebrada el sábado en Berlín, en la que doce personas fueron detenidas, según ha confirmado esta mañana un portavoz de la Policía. Tras las manifestaciones del viernes se iniciaron cinco procesos penales por insultos, incitación al odio o por utilizar símbolos de organizaciones inconstitucionales. Solo este fin de semana hay convocadas cuatro manifestaciones de este tipo, que llaman a través de las redes sociales para concentrarse y en las que se ondean banderas palestinas y se gritan consignas como «del río hasta el mar» o «muerte a Israel», ambas conductas prohibidas por la ley alemana.

Los disturbios más violentos tuvieron lugar la noche del domingo en la plaza Washingtonplatz, durante una marcha convocada bajo el lema «Por una paz justa en Palestina e Israel: proteger a la población civil, detener las exportaciones de armas», y también en Alexanderplatz, en la marcha cuya pancarta principal advertía: «Joe Biden no es bienvenido», en relación a la visita de Estado del presidente estadounidense del pasado viernes.

Unas 1.600 personas se reunieron en la Washingtonplatz, mientras que la Policía no ha ofrecido un número concreto de participantes para la marcha de Alexanderplatz, en la que se habían inscrito oficialmente 500 personas. En pancartas y carteles de cartón, algunos manifestantes acusaban de genocidio a Joe Biden y al canciller Olaf Scholz. Ya el jueves, varios enmascarados intentaron irrumpir en la Universidad Libre de Berlín-Dahlem y ocupar el presidium. Las fuerzas policiales detuvieron a cuatro personas, bajo sospecha de alterar el orden público, agredir a agentes encargados de hacer cumplir la ley, utilizar símbolos de organizaciones inconstitucionales y allanamiento de morada y daños materiales.