El accidente aéreo de Tokio rozó la catástrofe: «La cabina se calentó más y más y pensé que no íbamos a sobrevivir»
Se salvan los 379 ocupantes del avión que ardió al chocar con otro de la Guardia Costera en el aeropuerto tokiota de Haneda, en el que murieron cinco de sus seis tripulantes
Cinco muertos al colisionar dos aviones en Japón
![El avión tomado por las llamas en un aeropuerto de Tokio](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/01/02/avion-arde-RKhFPCmhg9tVfp5cImQ7KhJ-1200x840@abc.jpg)
El año ha empezado de forma trágica en Japón, pero podría haber sido mucho peor. Al terremoto que sacudió el primer día del año su costa noroccidental, que ha dejado un número relativamente bajo de víctimas para su virulencia, se sumó este martes ... un accidente aéreo que rozó la catástrofe. Al aterrizar en el aeropuerto tokiota de Haneda a las 17:47 (9:47, hora peninsular española), un avión con 379 personas a bordo, 367 pasajeros y doce tripulantes, chocó con otro de la Guardia Costera nipona, donde iban seis personas, y siguió avanzando por la pista envuelto en llamas.
A pesar de la aparatosidad del siniestro, grabado por las cámaras del aeropuerto y también por los móviles de los pasajeros, todos los ocupantes del avión de pasajeros fueron evacuados con vida. Pero, en la aeronave de la Guardia Costera, fallecieron cinco personas y solo pudo salvarse su capitán.
«Sentí un golpe, como si el avión hubiera colisionado con algo al tomar tierra. Vi una chispa fuera de la ventana y la cabina se llenó de gas y humo», contó a la agencia Kyodo una mujer de 35 años que viajaba en el vuelo de Japan Airlines JL516, que procedía de Hokkaido, la isla más septentrional del archipiélago nipón.
De inmediato, una llama en la parte trasera del aparato se propagó por todo el fuselaje e inundó la cabina de humo entre el pánico de los pasajeros. «Nos indicaron que nos agacháramos y nos cubriéramos la boca y la nariz. Incluso aunque el avión había empezado a arder, no pudimos salir rápidamente», explicó la mujer. A tenor de sus palabras, debieron hacérsele eternos los más de cinco minutos que tardó la evacuación, mientras los bomberos trataban de sofocar el fuego a pie de pista.
«El humo era tan espeso que solo podíamos ver nuestros pies cuando las azafatas encendieron las luces. Algunos pasajeros respiraban con dificultad», señaló a Kyodo otra mujer, de 29 años, que viajaba junto a su esposo, de 33, y su hija, de dos. Entre ambos, protegieron a la pequeña bajándole la cabeza hasta el suelo para que no aspirara el humo mientras intentaban salir de la cabina. En el pasaje había otros siete niños, que también salieron ilesos pese al miedo que pasaron hasta que fueron rescatados.
«La cabina se calentó más y más y pensé que no íbamos a sobrevivir», declaró una dentista de unos 40 años que, al igual que el resto de pasajeros, se lanzó por las rampas inflables en cuanto se abrieron las puertas de emergencia y echó a correr para alejarse del avión. El aparato, un Airbus A-350, ardió pasto de las llamas durante una hora, lo que obligó a cerrar tres horas y media las cuatro pistas del aeropuerto de Haneda, uno de los más concurridos de Japón en esta fecha festiva del año nuevo.
«Estamos aliviados de haber sobrevivido»
«Estamos aliviados de haber sobrevivido», se congratuló el padre de la niña, consciente de que se habían salvado de milagro. Con casi 400 personas a bordo de su avión, podía haber sido uno de los peores accidentes de la historia de la aviación.
Por su parte, la Guardia Costera nipona lamentó la muerte de sus cinco oficiales, que se dirigían a la prefectura de Niigata para participar en las tareas de ayuda tras el terremoto en la península de Noto. «Es extremadamente desafortunado que hayamos perdido las preciosas vidas de nuestros miembros. Ofrecemos nuestras sinceras condolencias a los familiares», lamentó el subcomandante de la Guardia Costera, Yoshi Seguchi, en una rueda de prensa.
Además, explicó que se están investigando las causas del siniestro y, muy especialmente, las comunicaciones con la torre de control, para saber por qué el avión de pasajeros colisionó al aterrizar con el de la Guardia Costera, un Bombardier de hélices DHC8-300. Al igual que el terremoto del día anterior, la tragedia podía haber sido una enorme catástrofe.
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