Alerta en Japón por fuertes réplicas del terremoto durante una semana
Aunque ya ha pasado el riesgo de tsunami, el peligro ahora son los temblores de hasta magnitud 7 que se esperan para los próximos días
El potente seísmo de Japón aviva el miedo a otro Fukushima
![Vista de una casa derrumbada en la ciudad de Togi, península de Noto, Japón, tras el terremoto](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/01/02/japon-RjUwLgsvfUdtJFXgLCmUB1J-1200x840@abc.jpg)
Con el aviso de tsunami totalmente levantado este martes, ya ha pasado lo peor del potente terremoto que sacudió ayer a la costa noroccidental de Japón. Pero todavía sigue el peligro porque durante una semana se esperan fuertes réplicas del seísmo, algunas de casi ... la misma magnitud. Tras una reunión de emergencia del Gobierno nipón, así lo ha advertido el secretario jefe de su gabinete, Yoshimasa Hayashi. «A la gente de Japón, por favor estén en alerta porque durante una semana puede haber terremotos con una intensidad de hasta siete. A las personas que viven en las zonas donde los temblores son mayores, por favor sigan los consejos de evacuación a través de las oficinas locales, la televisión, radio e internet, y actúen en consecuencia», anunció Hayashi, según informan los medios japoneses.
Un día después del seísmo, que fue de magnitud 7,6 y golpeó sobre todo a la península de Noto en la prefectura de Ishikawa, el último balance de víctimas asciende a 48 fallecidos, informa la agencia Kyodo. Además, 120 personas estaban esperando a ser rescatadas el martes por la mañana y 57.360 damnificados han tenido que ser evacuados de sus hogares.
Aun así, se trata de cifras bastante bajas para la virulencia del terremoto, ya que la calidad de las construcciones en Japón, que están especialmente preparadas para resistir sus frecuentes temblores, ha impedido una catástrofe mayor. En febrero del año pasado, dos seísmos de magnitud similar causaron 51.000 muertos en Turquía y otros 8.000 en Siria, revelando la mala calidad de sus edificios en gran parte por la corrupción reinante y la falta de medidas de seguridad.
De todas maneras, este último terremoto de Japón ha sido uno de los más fuertes desde el que sacudió a la costa nororiental el 11 de marzo de 2011, que alcanzó la magnitud 9 y desató un tsunami que se cobró 20.000 vidas y provocó el desastre nuclear de Fukushima. «Hasta ahora, se han confirmado numerosas víctimas humanas, derrumbe de edificios e incendios y otros daños a gran escala», ha lamentado el primer ministro nipón, Fumio Kishida.
Para coordinar la asistencia a los damnificados y empezar las labores de limpieza y reconstrucción, Kishida enviará a la zona a jefes de ministerios y agencias estatales. Además, unos mil soldados de las Fuerzas de Autodefensa están ya trabajando en el rescate de atrapados bajo los escombros, reparto de ayuda humanitaria y apertura de carreteras dañadas.
Tal y como confirmó el primer ministro en su comparecencia, «es extremadamente difícil acceder a la región norte de la península de Noto. Como resultado de una inspección aérea en helicóptero, hemos visto que hay daños extensos, incluyendo carreteras cortadas, deslizamientos de tierra e incendios». Para llevar la ayuda a las zonas que han quedado aisladas por tierra, el Gobierno usará barcos.
Calcinado el mercado histórico de Wajima
Además de Ishikawa, el terremoto ha dejado daños y heridos en otras prefecturas cercanas, como Niigata, Toyama, Fukui y Gifu. Con una profundidad de 16 kilómetros y su epicentro a 30 kilómetros al nordeste del puerto de Wajima, activó la primera alerta de gran tsunami desde la catástrofe de Fukushima en 2011. Finalmente, solo llegaron olas de un metro y medio a Wajima.
Pero los estragos del terremoto en esta localidad son numerosos y cientos de edificios se han desplomado. Entre ellos destaca un bloque de siete plantas que cayó sobre uno de sus lados y las tiendas destruidas en el incendio que calcinó el histórico mercado de la calle 'Asaichi Dori', en el barrio de Kawai-machi. Principal reclamo turístico de Wajima por sus puestos de pescado y artesanía, ha quedado totalmente reducido a cenizas.
Además, cuatro trenes de alta velocidad fueron interrumpidos entre Toyama y Kanazawa y 1.400 pasajeros se quedaron varados hasta comprobar que las vías no habían resultado dañadas.
Aunque lo peor ya ha pasado, sigue el miedo a que las fuertes réplicas no solo sacudan de nuevo la tierra, sino que desaten un tsunami que, como en 2011 en Fukushima, golpee a las centrales nucleares de la costa noroccidental de Japón.
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