El general catalán que quiso acabar con el himno español: ¡hizo un concurso para cambiarlo!
El 4 de septiembre de 1870, Prim abrió un certamen para establecer una nueva melodía que, a la larga, se convirtiera en 'Marcha Nacional'
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![El general Prim en la guerra de África (1865), obra de Francisco Sans Cabot](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/historia/2024/03/01/prim-R2gUWBAc8RTWy4p14mm3qRK-1200x840@diario_abc.jpg)
El germen del himno español se halla en la 'Marcha de Granaderos'. Esta empezó a ser conocida a lo largo y ancho de nuestro país en el siglo XVIII en la capital, y eso, sin duda, garantizó que se hiciera un hueco entre los españoles. La razón fue sencilla: como los granaderos eran las tropas que desfilaban ante los reyes, la banda siempre entonaba esta melodía. «Cómo resultado lógico, los madrileños y los visitantes de la ciudad terminaron por identificar la composición de Espinosa con las personas de la realeza», explica Juan María Silvela Miláns del Bosch, coronel de Caballería, en su dossier 'El Himno nacional'. De hecho, tal fue su arraigo que, en la Guerra de la Independencia, se usó para representar la resistencia contra los hombres de Napoleón Bonaparte.
«Estas circunstancias pudieron ser algunos de los motivos de que se decretase, el 3 de febrero de 1815, que la marcha designada como 'española' se interpretase como único toque de honor en cualquier circunstancia e independientemente de la unidad que rindiera honores [a los reyes], pero muchas ya la estaban utilizando. Lo que se buscaba principalmente es que las unidades españolas no utilizaran músicas francesas», añade el español en su obra. Así pues, de escucharse ya en la mayoría de los actos de la realeza, la 'Marcha de Granaderos' pasó a estar en todos los lugares de España de manos del ejército.
La ya 'Marcha Real' continuó su andadura –fue suprimida y luego readmitida– hasta mediados del siglo XIX, una época muy convulsa para España. Pero todo cambió en el año 1868, cuando los generales Prim y Serrano y el almirante Topete se rebelaron contra Isabel II y las viejas instituciones de la Península. Tras lograr vencer a los partidarios de la reina, los progresistas, como se les conocía, decidieron renovar de forma radical las instituciones nacionales y los símbolos asociados a nuestro país. La antigua 'Marcha de Granaderos' no se libró de este lavado de cara político, pues era vista como una música del Antiguo Régimen.
Arranca el concurso
Así, se suprimió la categoría de 'Marcha Real' de la 'Marcha de Granaderos' y, el 4 de septiembre de 1870, fue convocado un concurso para buscar una nueva melodía con la que el ejército pudiera honrar a sus superiores. O eso se creía en principio. Sin embargo, la idea de Prim, líder por entonces del movimiento, iba mucho más allá, pues pretendía que la composición que se alzase con la victoria pasase a ser considerada 'Marcha Nacional'. Es decir, que se transformara en el Himno de España. Casi nada.
A su vez, en la orden que establecía las normas del concurso, firmada por el mismísimo Prim, se establecía que la melodía debía ser compuesta «a paso regular en compás de compasillo, de estilo brillante y majestuoso», y que se otorgaría al compositor ganador con «una distinción honorífica y 2.000 pesetas». Para garantizar la objetividad a la hora de seleccionar la música, y que no influyeran las ideas políticas del compositor, el gobierno ordenó enviar la partitura en un sobre lacrado en el que se incluiría el nombre, la dirección de su autor y, para terminar, la forma en la que sería llamada la marcha. Acababa de comenzar una competición para determinar qué música representaría a nuestro país a nivel internacional en los años venideros.
Tras la inauguración del concurso se aceptó la participación de 447 melodías. Aunque, según afirma Juan María Silvela Miláns del Bosch, es muy probable que se recibieran muchas más. «Entre los autores se encontraban los mejores músicos de la época, como Tomás Bretón, Ruperto Chapí con cuatro marchas, Federico Chueca, Manuel Penella…», añade el experto.
Los temas, como cabía esperar tras una revolución, hicieron en muchos casos referencia a la caída de la monarquía, a la batalla de Alcolea –una contienda a orillas del Guadalquivir entre las tropas de Isabel II y los sublevados con victoria de los segundos– y a la patria. Muchas de ellas, incluso, tenían ciertas similares con la Marsellesa. Algo lógico si se tiene en cuenta que los gabachos acababan de pasar, como aquel que dice, por la Península. Los cinco que tuvieron mayores apoyos fueron los siguientes:
1-¡¡¡Iberia!!!. Autor: Manuel Albert de la Peña.
2-Marcha Real Democrática. Autor: T. Bretón.
3-La Septembrina. Autor: M. del Valle.
4-Marcha Nacional. Autor: M González y Valls. pinchando aquí.
5-La Libertad de la Patria. Autor: Anónimo.
El nuevo himno de España
Para elegir la melodía se seleccionó un jurado formado por tres compositores: Miguel Hilarión Eslava, Francisco Asenjo Barbieri y Pascual Juan Emilio Arrieta. No obstante, el primero tuvo que ser sustituido por el también musicólogo Baltasar Saldoni debido a una enfermedad. Sobre ellos recayó la difícil tarea de elegir un máximo de tres composiciones. Parece que fue una tarea demasiado ardua pues, tras pasar varios días, decidieron que ninguna contaba con tanta calidad como para ser el himno de nuestro país, con lo que el concurso fue declarado desierto. Así lo explica del Bosch en su texto:
«Ninguno de los cuatro compositores quiso pasar a la historia por ser el protagonista de la supresión de un himno tan arraigado ya en la conciencia popular. No insistieron mucho en su calidad artística, pues entre las composiciones presentadas habría seguramente algunas extraordinarias, aunque afirmaban de 'nuestra antigua Marcha Real que era artísticamente de lo mejor y de lo más apropiado que puede inventarse''. Justificaron su decisión, en consecuencia, con el siguiente argumento: «en los cantos nacionales, a pesar de su mayor o menor bondad artística, entra por mucho la significación que les presta la costumbre o el capricho de los pueblos».
Con la decisión tomada en firme, el 8 de enero de 1871 la 'Marcha Real', antigua 'Marcha de Granaderos', fue seleccionada como 'Marcha Nacional' española. El artífice de la decisión no fue otro que Amadeo I de Saboya, el impopular monarca que vino desde Italia tras ser elegido por el Parlamento. De esta forma, se oficializó como himno una melodía que, hasta ese momento, ya lo había sido a todos los efectos. Con todo, hubo que esperar hasta el siglo XX para que, mediante unos arreglos, pudiese ser tocada por una banda de música.
«Hasta ese momento la Marcha era tocada por una banda de guerra, y, por lo tanto, por instrumentos de guerra –pífanos y tambores principalmente-. Tras los arreglos ya pudo ser tocada por una banda de música. Es decir, con instrumentos de armonía como oboes, clarinetes, liras etc. Los arreglos se oficializaron el 27 de agosto de 1908 y el encargado de llevarlos a cabo fue Pérez Casas, director de la banda de alabarderos de Alfonso XIII», explicaba en 2015 a ABC Antonio Lillo Parra, entonces responsable de los archivos musicales de la Biblioteca Central Militar.
Así continuó la 'Marcha Nacional' hasta la llegada de la Segunda República, cuando fue sustituida por el 'Himno de Riego'. Por su parte, Francisco Franco volvió a recuperarla en 1937. Desde ese momento, se han sucedido algunos arreglos del himno, aunque siempre manteniendo como fondo la canción con la que los granaderos, la infantería de élite del Ejército español, marchaba en el siglo XVIII ante el rey.
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