Amelia Earhart, la piloto que cruzó el Atlántico
terra ignota
La pionera de la aviación falleció en 1937 cuando intentaba dar la vuelta al mundo
Un equipo de exploración marina afirma que ha encontrado el avión de Amelia Eehart

Fue la primera mujer que sobrevoló el Atlántico sin escalas, cinco años después que Lindbergh. Fue una de las pioneras de la aviación comercial en Estados Unidos. Impartió clases de ingeniería aeronáutica y creó la primera escuela de pilotaje para mujeres. Luchó por ... los derechos cívicos junto a Eleanor Roosevelt. Y murió días antes de cumplir los 40 años cuando intentaba dar la vuelta al mundo y batir el récord de circunnavegación. Su aparato se estrelló en el Pacífico y sus restos no pudieron ser hallados jamás. Se llamaba Amelia Earhart.
Había nacido en Kansas en 1897 en el seno de una familia acomodada. Su abuelo era juez federal y su padre, un abogado del ferrocarril que cayó en el alcoholismo y destrozó su matrimonio. A Amelia le gustaba subirse a los árboles y disparar a las ratas con un rifle en lugar de jugar con muñecas. Cuando tenía 18 años, se alistó como enfermera en un hospital de aviadores de Toronto. Fue allí donde decidió que su vida sería volar.
MÁS 'terra ignota'
Corría 1920 cuando su familia se trasladó a California. Tras asistir a una exhibición aérea, consiguió subir como acompañante en un biplano. «Tan pronto como despegamos me di cuenta de que tenía que sacar la licencia de piloto y aprender la mecánica de los vuelos», contó en uno de sus libros. Tres años después, obtuvo esa licencia tras ascender en un avión a más de 4.200 metros de altura, algo que no había conseguido ninguna mujer.
Su afán de experimentar le llevó a comprar un potente automóvil, que bautizó como 'El peligro amarillo'. Recorrió el país en su coche, convirtiéndose en una figura popular. Pero ello no le impidió pilotar, vender aviones e invertir en una de las primeras compañías del sector en Estados Unidos.
En abril de 1928, el capitán Railey se puso en contacto con Amelia Earhart y le preguntó si quería ser la primera mujer en cruzar el Atlántico. La aventura estaba financiada por una millonaria que quería que ella pilotara el aparato. Pero finalmente, debido a la presión social, los promotores eligieron a Wilmer Stultz. Amelia tuvo que aceptar la condición de copiloto. El avión despegó de Terranova y aterrizó en el sur de Gales con el depósito de combustible agotado. El presidente Coolidge la felicitó y se convirtió en una heroína nacional, aunque ella se lamentó de que había sido una simple espectadora en el trayecto de 20 horas de duración.
Probar prototipos
A su vuelta a Estados Unidos, se dedicó a pilotar aviones y a probar nuevos prototipos. En 1929, organizó la primera carrera aérea para mujeres desde Los Ángeles a Cleveland. Meses después, batió el récord de velocidad para mujeres en su Lockheed Vega, mientras se convertía en la vicepresidenta de la mayor línea comercial del país.
El 20 de mayo de 1932 pudo realizar su sueño de cruzar el Atlántico en solitario. Partió de Terranova y llegó hasta Derry en Irlanda del Norte. Se mantuvo despierta gracias a un frasco de sales, mientras se alimentaba de sopa y jugo de tomate. Al tomar tierra en un campo, preguntó a un hombre que se acercó: «¿Dónde estoy?». La respuesta fue: «En el pastizal de Gallegher. ¿Viene de lejos?». «De Estados Unidos», dijo. Era el primer ser humano en cruzar el Atlántico dos veces.
Creó la primera escuela de pilotaje para mujeres y luchó por los derechos cívicos junto a Eleanor Roosevelt
El presidente Hoover y el Congreso la condecoraron tras una gira triunfal por Estados Unidos y fue elegida el personaje del año por distintos medios. Poco después, voló desde la capital de México a Nueva Jersey con gran seguimiento popular. Amelia se había casado con un agente de publicidad de Nueva York.
Siempre en busca de nuevos retos, acometió en 1937 el proyecto de dar la vuelta al mundo, siguiendo la línea del Ecuador. En Hawai, se estropeó el aparato y tuvo que cancelar el viaje. Dos meses después, tras lograr un nuevo avión, partió desde Florida. Voló hacia Venezuela y desde allí cruzó de nuevo el Atlántico en dirección a África. Luego aterrizó en Pakistán y en Singapur. El 2 de julio despegó de Nueva Guinea con 4.000 litros de combustible. Llevaba recorridos 34.000 kilómetros. Fue la última vez que se la vio con vida, ya que, horas después, comunicó que el depósito estaba en la reserva. El aparato cayó al mar cerca de las islas Nukumanu.
El presidente Roosevelt movilizó a seis buques y 66 aviones para localizar a Amelia Earhart, pero la búsqueda, que duró dos semanas, fue infructuosa. En 1940, se localizaron unos restos en una isla que podrían ser de esta mujer. Estudios posteriores desecharon la posibilidad. Nadie alberga hoy la esperanza de saber qué sucedió aquel día.
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