Los Juegos Olímpicos de Barcelona, un hito histórico que puso en estado de guerra a los nacionalistas
El impacto político, social y económico de la cita deportiva supuso un grave obstáculo para los planes de Jordi Pujol y compañía en Cataluña
![Antonio Rebollo lanza una flecha para encender el pebetero olímpico en Barcelona 92.](https://s3.abcstatics.com/media/historia/2021/07/20/flecha-kW5D--1248x698@abc-kZiG--1248x698@abc.jpg)
Los Juegos de Barcelona comenzaron el 25 de julio de 1992 con un flechazo hacia el pebetero que encendió la llama olímpica de forma espectacular, un amor a primera vista entre España y el mundo que habría de terminar dos semanas después con el mítico ... ‘Amigos para siempre’ que selló en tres idiomas «los mejores juegos de la Historia». Cataluña apareció frente al mundo como un lugar abierto, mestizo, plural, mientras que España, en general, lo hizo como un país moderno y preparado para lo que fuera. Todos quedaron eufóricos , incluido el COI, todos a excepción de los nacionalistas, a los que eso de la cooperación institucional y la variedad de acentos no les hizo un pelo de gracia. La Cataluña del 92, la del éxito y la de la pujanza, estaba en las antípodas de la Cataluña que anhelaban los políticos que hoy gobiernan en esta comunidad.
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Cuando han pasado 30 años desde esos juegos, queda poco de un legado que marcó un punto de inflexión para Barcelona y el nacionalismo catalán.
Sonrisa y traición
«Hay que distinguir entre lo que decían públicamente y lo que luego hacían por detrás. Jordi Pujol siempre dijo que era leal y que tenía un compromiso con los juegos, y es cierto que participaron en las ceremonias con buena cara, pero al mismo tiempo hay que recordar que la Generalitat aportó relativamente poco dinero (la tercera institución después de España y del Ayuntamiento de Barcelona), puso trabas a algunas obras y muchos jóvenes nacionalistas, en gran parte de CIU , boicotearon los eventos con banderas, protestas y pancartas independentistas», señala Jordi Canal, autor del libro ‘25 de julio 1992: La vuelta al mundo de España’ (Taurus, 2021).
Asociaciones políticas recibieron dinero de la Generalitat para organizarse e imprimir banderas con el lema ‘Freedom for Catalonia’, que copiaron a Mandela. Viejos conocidos como Joaquim Forn, Jordi Sánchez, David Madí o los hijos de Pujol enarbolaron algunas de estas acciones que buscaban politizar los Juegos Olímpicos.
![El entonces Príncipe de Asturias como abanderado español en Barcelona 92.](https://s3.abcstatics.com/media/historia/2021/07/20/desfile-felipe-kzfC--510x349@abc-kZiG--510x349@abc.jpg)
Los nacionalistas en el poder, con Jordi Pujol en el epicentro del mando, no podían faltar a una cita tan importante económica y socialmente para su región, pero les «aterraba» el hecho de que el evento quedara fuera de su control (las decisiones principales las tomaba el COI y el Ayuntamiento de Barcelona ) y que pudiera conllevar «la españolización» de Cataluña justo cuando ellos estaban haciendo lo contrario.
« Estaban nacionalizando el país a través de la televisión, de las escuelas, del proceso funcionarial, y los juegos les parecieron un freno para su estrategia. Quedaron muy preocupados cuando vieron el Camp Nou lleno de banderas españoles, una suerte de sacrilegio, y esa imagen de la comunidad bilingüe, mestiza, cosmopolita colaborando institucionalmente y bien integrada en España. Al final de los juegos, reanudaron el proceso de nacionalización con más fuerza y se cargaron esa imagen», considera este profesor investigador en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París sobre el viraje hacia lo que hoy es la Cataluña fracturada tras el proces.
Los mejores juegos de la Historia
A pesar del boicot nacionalista, la coletilla «los mejores juegos de la Historia» acompaña la fama de Barcelona 92 hasta hoy valiéndose de argumentos bastantes sólidos. No porque fueran insuperables, sino porque marcaron el camino de cómo debían ser a partir de entonces este tipo de eventos. «Hay elementos objetivos para decir que los de Barcelona fueron los mejores hasta entonces y que no fueron desplazados hasta varias ediciones después. Todo salió bien a nivel organizativo, hubo gran apoyo popular en toda España, que es algo que valora mucho el COI, no faltó el seguimiento mediático, y la cita sirvió para transformar la ciudad », apunta el autor de ‘25 de julio 1992: La vuelta al mundo de España’.
![Escena de la inauguración de los Juegos de Barcelona 92.](https://s1.abcstatics.com/media/historia/2021/07/20/7743343-kzfC--510x349@abc-kZiG--510x349@abc.jpg)
La metamorfosis de la ciudad se llevó a cabo sin que hubiera casos de corrupción urbanística , sin que las inversiones se dispararan y a través de un sistema mixto de financiación público-privado que veló porque las infraestructuras no se convirtieran en caras piezas de museo en cuanto se apagaran las luces. «Es muy difícil determinar si unos juegos son rentables o no, pero sí se puede ver que en Barcelona lo que se usó sirvió luego, empezando por el palacio polideportivo de San Jordi , siguiendo con los colectores para el agua, la propia villa olímpica, que se convirtió en un barrio, y hasta el redescubrimiento de las playas. Son cosas que se han amortizado y que pusieron los cimientos para la Barcelona del futuro», recuerda Canal.
A finales de los años 80, España vivía unas circunstancias excepcionales . Salía de una dictadura, no tenía grandes conflictos internos y el mundo empezaba a verla como un país joven, creativo, abierto… Barcelona 2021 sería un sueño imposible hoy. «Las instituciones no se entienden. Vivimos una etapa de crisis en varios aspectos, donde Cataluña ha creado con el intento de separación la mayor crisis política desde la Transición. Además, el entusiasmo de la gente ya no es el que era», afirma el historiador.
![Cobi, la mascota de Barcelona 92 también resultó un éxito a imitar.](https://s3.abcstatics.com/media/historia/2021/07/20/cobi-kzfC--510x349@abc-kZiG--510x349@abc.jpg)
Para empezar, sería muy difícil que el COI concediera a esta región unos juegos olímpicos con el clima político que se respira hoy. Prueba de ello son los accesidentados juegos de invierno de 2030, ciertamente una cita menor, que reclama Cataluña en un proyecto pirenaico sin apenas posibilidades. «Se ha visto desde el primer momento que la candidatura nació coja. Aragón, que también participa en l a candidatura , se ha echado para atrás ante la falta de lealtad mostrada por la Generalitat, que además pretende someterlo a referéndum en caso de que ganara su proyecto», explica Canal, para quien los referendum se han convertido en el recurso para los que no quieren tomar riesgos: «Parecen muy populares, pero no lo son».
«El nacionalismo triunfante ha dejado una Cataluña más cerrada, más ensimismada, desconfiada de lo que viene de fuera, privilegiando una lengua y renunciando al bilingüismo»
Replicar esa Cataluña receptiva y plural de los años noventa tampoco sería fácil en la actualidad. « El nacionalismo triunfante ha dejado una Cataluña más cerrada, más ensimismada, desconfiada de lo que viene de fuera, privilegiando una lengua y renunciando al bilingüismo . La sociedad catalana de hoy es menos cosmopolita, menos abierta, menos bilingüe, de lo que era en los años noventa», asegura este historiador natural de Olot.
Si bien los Juegos Olímpicos de Barcelona fueron muy aplaudidos por la calidez humana y por el gran apoyo popular, la inminente cita de Tokio, en plena pandemia, parece dirigirse hacia una experiencia metálica, anodina, inhumana. «Descafeinada» . En resumen, unos juegos de espaldas al espíritu olímpico y a lo que supuso el 92. «Ya ha sido excepcional que se aplazaran un año, pero más lo va a ser hacerlo de esta manera tan cerrada, condicionada por el miedo. Unos juegos sin público van a ser muy distintos a lo que conocemos. No obstante, hay que recordar que los juegos se piensan hoy para verlos por televisión, algo en lo que Barcelona también puso énfasis», concluye.
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