La mujer que denunció a Conde-Pumpido Varela sabía que tenía en casa un sistema de grabación
Los vídeos aportados por la defensa fueron indicio suficiente para que la juez le dejase en libertad
El atestado refleja que la víctima fue matizando su relato con el paso de las horas
La mujer que denunció al abogado Cándido Conde-Pumpido Varela -hijo del presidente del TC- y dos amigos suyos por agresión sexual grupal era consciente de que el letrado tenía un sistema de grabación en su casa y así lo declaró ante los agentes de Policía que la asistieron como denunciante, según el atestado al que tuvo acceso ABC.
En concreto, A., de origen brasileño, apuntó que antes de que sucediesen los hechos, que sitúa en la madrugada del del 2 al 3 de noviembre, «se percató que había una cámara pequeña escondida en la parte superior del cabecero de la cama, entre unas luces de color rojo».
«Manifiesta que esa cámara enfoca a la parte frontal de la cama, donde hay unos ganchos que Cándido utiliza. En ese momento le preguntó qué hacía eso ahí 'y me respondió que si quería podía romperla, que no grababan», transcribe el acta policial de su declaración.
«Refiere -continúa el atestado-, que existen más cámaras por varias estancias de la casa, incluso en la habitación de los invitados». «Pienso que todas las veces que estuve con él grababa y tiene todo grabado, pero no sé qué hace con las imágenes, si se las queda o las comparte con sus amigos», señaló. Concretó a los agentes que «tiene todo el domicilio lleno de cámaras».
Esas imágenes se han convertido en un punto nuclear de la investigación. Conde-Pumpido Varela y los otros dos varones fueron detenidos a lo largo del domingo 3 de noviembre después de que ella llamase a la Policía desde el exterior de la vivienda y asegurase que había sido agredida sexualmente por los tres.
La charla a la mañana siguiente
La defensa del letrado aportó a la Policía una batería de grabaciones de esas cámaras situadas en distintos puntos de la vivienda y destacan dos a las que tuvo acceso ABC: Una está captada a primera hora de la mañana del día 3 de noviembre, cuando se habría ya perpetrado la violación. Ella, en camiseta, charla de manera «distendida», como lo califica la Policía, con el abogado, que permanece tumbado en su cama, cuatro horas después de que sucediesen los hechos denunciados. La otra, es del desenlace de la jornada: él la acompaña al portón de la vivienda que da acceso a la calle y se vuelve al domicilio.
Estos vídeos no son todos los que obran en la causa. Uno de los atestados transcribe otra secuencia en la que Conde-Pumpido Varela entra y sale de la cocina hablando por teléfono mientras de fondo, se escuchan golpes y gritos de mujer con la frase «¡Abre la puerta!».
Los gritos frente a la puerta
«Que deje de dar gritos (....) si yo no quiero que haya ningún problema (...) si quiere hablar yo hablo con ella, me la pasas y hablo, yo no puedo estar con una tía que es que me ha estado dando todas las (incomprensible), que me ha impedido.. no, no», transcriben los agentes. «¡Que yo no he dejado, que es ella la que ha querido irse! ¡Que cuando ha querido irse ha querido que yo la acompañara!», le dice a su interlocutor.
Ella no refirió que acabase golpeando la puerta de la vivienda, sino que él la echó del domicilio después de los hechos, pero Conde-Pumpido Varela sí lo manifestó desde el primer momento a preguntas de su abogado en sede policial. «Cuando le dijo que no iba a llevarla a su casa y le indica que le llevará su amigo F (también denunciado), inicia una discusión en la que el declarante finalmente entra en casa dejándola a ella fuera, lo que provoca que ella se encolerice y comience a montar escándalo en la puerta y aporrear la misma, amenazando con llamar a la policía».
Los matices en la declaración
El atestado también refleja que ella fue matizando su declaración a lo largo de las horas. Al inicio, señaló que conocía a Conde Pumpido-Varela y «manifiesta mantener relaciones sexuales desde hace meses» con él, «si bien, ayunque en un primer momento este le pagaba por sus servicios, desde enero no lo hace, siendo las relaciones consentidas pero sin llegar a tener una relación sentimental».
En una declaración posterior, dijo que la había conocido hacía 15 días en la puerta de una discoteca, lo que sí se ajusta a la versión del abogado y de uno de los dos amigos. Cabe recordar que denunció a los tres por la agresión sexual concretando lo que le habría hecho cada uno. Uno de ellos pudo acreditar sobre la marcha que no estaba en la vivienda el día de los hechos. El otro niega haber tenido contacto alguno con la mujer. Era el que iba llevarla a su domicilio el día 3, pero ante su negativa, se marchó solo.
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