Tamara Falcó sufre una lesión por la que tendrá que llevar muletas
La marquesa de Griñón ha tenido una caída a escasas semanas de su boda con Íñigo Onieva
Tamara Falcó ya ha elegido a la persona que le acompañará hasta el altar

Parece que no hay día en 'El Hormiguero' que no se hable de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. La socialité utiliza el programa en el que trabaja como colaboradora para contar los últimos detalles de la preparación para su gran día.
Lo que nadie se esperaría jamás es que la marquesa de Griñón se ha lesionado el pie a pocas semanas del enlace. Ayer por la noche, Tamara Falcó dejó a todos boquiabiertos al entrar al plató ayudada por unas muletas.
«Venía corriendo a La Tertulia y me gusta llevar los zapatos un poco grandes, y me he caído», reconoció entre risas. «Es un pequeño esguince, es mi primer esguince», explicó.
Pese a todo, la hija de Isabel Preysler y el desaparecido Carlos Falcó ha querido tranquilizar a sus seguidores asegurando que no se trata de una lesión grave y estará curada para que pueda perfectamente recorrer el pasillo hacia al altar del brazo de su hermano mayor, Manolo Falcó (58 años), fruto del primer matrimonio de su padre con Jeannine Girod. «Me han dicho que me lo pueden recolocar», zanjó, asegurando además que no era necesaria una escayola.
Un susto con el que ocupó la parte de la tertulia en la que hablaba sobre su relación con el empresario, por lo que apenas pudo dedicar unos minutos a hablar de su romántico viaje a París. Quizás la última 'escapada' antes de darse el 'sí, quiero' el próximo 8 de julio en la finca de El Rincón.
Un viaje a la 'ciudad del amor' en el que la pareja ha visitado el Musée d'Orsay, la Place Vendôme, la torre Eiffel, ha ido de tiendas por la lujosa avenida de los Campos Elíseos y la galería 24 Sévres, ha paseado a orillas del río Sena, deteniéndose para disfrutar de las espectaculares vistas desde el mirador de Montmartre. Tras un día intenso de turismo, Íñigo y Tamara se han relajado degustando la cocina tradicional francesa en algunos de los cafés y restaurantes más famosos de la ciudad como el Café de Flore, L'Avenue o los restaurantes Lapérouse o Le Colibri.
Unas visitas que ambos han querido dejar constancia a través de sus respectivas cuentas de Instagram, donde la socialité y el empresario plasman su vida de lujo alejados de la cotidianidad del resto de mortales.
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