Sigue la guerra por la herencia de Carlos Marín, la voz española de Il Divo

Se cumplen dos años desde que Carlos Marín, la voz española de Il Divo, murió en el hospital de Manchester en el que permanecía ingresado a causa de unas complicaciones que le surgieron tras contagiarse del coronavirus. Este triste final vino acompañado de algunas personas que aseveraron que se debía a que no había querido vacunarse. Algo que, rápidamente, desmintió su familia. «Que no quepa ninguna duda de que se hará todo lo que se tenga que hacer porque las insinuaciones son complejas y atentan contra el buen nombre del artista», deslizó Rosa Marín, hermana del fallecido, a ABC.

También se hicieron públicas las desavenencias entre la familia de Carlos Marin y su exmujer, Geraldine Larrosa, tras la apertura del testamento. Destacar que Innocence, nombre que recibe artísticamente, y el cantante madrileño mantuvieron una relación amorosa durante tres décadas. Y es que, pese a que en 2009 decidieron divorciarse, nunca dejaron de tener una buena relación hasta el punto de que decidieron darse una segunda oportunidad durante el confinamiento e incluso se habrían planteado volver a sellar su amor en Disneyland. Dos años después del triste adiós, ambas partes siguen envueltas en una polémica que parece no tener final.

«El problema lo tienen ellas, está en manos de los abogados. No reclamo nada, sólo lo que está en el testamento que es mi piso y ya está. Nunca he exigido que ellas paguen como van diciendo por ahí. Es mentira. Hay un seguro universal y hay que pagarlo con ese seguro», ha confesado Geraldine a Europa Press. Además, resalta que «no me he inventado nada. Tengo todo bien cogido. yo me estoy defendiendo» y que «ellas quieren que pague yo, pero ellas tampoco tienen que pagarlo. No sé porque dicen que estoy obligando a que lo paguen. Nunca he exigido nada».

Con estas palabras, la cantante francesa hace referencia al piso en el que vivía con Carlos Marín y que le dejó en herencia. Según apuntaron, está valorado en 700.000 euros aunque sobre él pesa una hipoteca de 300.000. Pese a este conflicto familiar, Larrosa lo que más lamenta es haber perdido al «amor de mi vida. Echo de menos su risa y lo cariñoso y gracioso que era. Lo homenajeo todas las noches en el escenario, que es donde le conocí. Es el mejor homenaje que le puedo hacer».