Sánchez Dragó y el sexo tántrico: «A mis 80 años hago mejor el amor que a los 20»

D. S. C

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10/04/2023
Actualizado a las 16:23h.

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En la obra de Fernando Sánchez Dragó hay ciertos temas que son comunes, incluso desde sus primeros libros, pero que con los años se ha ido escorando hacia un punto de vista poco ortodoxo: el sexo. El escritor y periodista asumió las relaciones íntimas de una manera diferente, especialmetne cuando se refería a sus costumbres. Tanto es así que se consideraba un auténtico embajador del sexo tántrico.

Especialmente con sus últimas parejas, el autor presumía de conseguir una cierta trascendencia a través de esta costumbre. «A mis 80 años hago mejor el amor que a los 20», señalaba hace unos años, cuando adoptó esta forma de vida.

La ajetrada vida sexual de Sánchez Dragó le convirtió en objeto de curiosidad de muchos, incluso más allá de quienes no le conocían por su obra literaria. Él, lejos de esconder esta faceta, presumía de ella. «He hecho un poco de todo, con la edad que tengo, imagínate, me ha dado tiempo a hacer de todo. Hay algunas cosas que no he hecho, por ejemplo, la famosa lluvia dorada no la he practicado nunca, ni tampoco me ha atraído nunca especialmente pero entiendo que a otras personas le atraiga», relató en el podcast 'Lo que tú digas', del youtuber Álex Fidalgo, en 2020.

No fue la única frase notable que dejó. Muy sonado fue su comentario acerca de cómo hacía disfrutar a su novia, la periodista Emma Nogueiro (57 años más joven que él). Según aseguraba, en sus relaciones ella llegaba «a tener 18, 20 o 22 orgasmos en una sesión de sexo».

Sánchez Dragó entendía el sexo de una manera trascendental. El escritor iba más allá de la pura cuestión física, sino que entendía cada relación íntima como algo que ayudaba a elevar el espíritu.

En el citado podcast, que se grabó durante el confinamiento, explicó qué suponía para él estar alejado de su novia. «El sexo es energía y se puede canalizar. Canalizo la energía por canales distintos a los del sexo. Estoy separado de mi novia, no la he tocado ni con la punta de este dedo meñique desde hace dos meses y una de las cosas que evidentemente echo de menos en este encierro es hacer el amor, por decirlo de una manera fina, me gusta más hacer el amor que follar», decía de manera explícita.

En este sentido, Dragó aseguraba que gracias a su dominio del sexo tántrico podía mantener una vida sexual más que plena bien pasados los 80 años.

«Hasta hace dos meses yo hacía el amor con ella (su novia) varias veces por semana: tres, cuatro, cinco... según, durante varias horas al día con completa satisfacción por ambas partes», aseguraba.

Uno de sus libros donde mejor expresó sus teorías y acercamientos a las teorías sexuales orientales fue 'Shangri-la y el elixir de la eterna juventud' (2016). En él, daba una receta de una poción en la que aseguraba que daba una vitalidad fuera de toda duda y que podía cambiar la vida de muchos.

Sin embargo, numerosos críticos le señalaron porque los ingredientes de esas pócimas podían no solo no cumplir con esas presumibles virtudes, sino que podían ser dañinas para la salud.

Su vida sexual le granjeó numerosas polémicas, y no solo por la diferencia de edad con sus parejas. Sonadas fueron sus palabras dirigidas hacia Irene Montero, cuando aseguró que sus parejas sexuales nunca le habían pedido que se pusiera un preservativo. «Me he acostado, doña Irene, con muchas mujeres de las llamadas decentes y ninguna, jamás, me ha pedido que me pusiera un condón. Que eyaculara fuera, sí, y lo he hecho», aseguró.

Las comparaciones de Fernando Sánchez Dragó en relación a la sexualidad (afirmaba que practicaba el sexo tántrico porque era una lucha contra «la dictadura de la genitalidad») le sirvieron muchas veces para expresar de la manera más vehemente sus opiniones. «Mi patria son mis zapatos o, como creían los egipcios, mi verga», dijo en su momento.