Lo que me apetece
Pedir perdón no es propio de algunas personas
Fue una ocasión única para quedarse callada. Luego le obligaron a pedir disculpas
![Reyes Maroto](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2022/11/11/reyes-maroto-Raaw8GJaPtJs5Lc9UBhV5xI-1200x840@abc.jpg)
Pedro Sánchez apareció en la pantalla sentado con las piernas cruzadas con un horrible traje y peor cuello de camisa, pero acertado el color y aburrida corbata. Le preguntaba Ferreras sobre lo que fuera y siempre esbozaba una sonrisa, una vez sin dentadura, dos con ella. Habló de sus éxitos partiendo del monotema pandemia-volcán-guerra.
Aparte de lo del delito de sedición, desplegó sus dotes de supuesto conquistador alabando a Reyes Maroto y a la vicepresidenta comunista. Esa que antes de llegar al poder tenía aspecto de luchadora desesperada y después de llegar al poder descubrió el mundo fashion y su fisonomía cambió por completo, adornándose con lo último de lo último.
Se subió a los tacones de aguja de carísima suela encarnada, por aquello de su espíritu y pensamiento rojo, inspirándose sin duda en el eurocomunismo de la signora de Enrico Berlinger, muy aficionada a vestir Valentino, recamado en pedrería y ribeteado de martas cibelinas, pero a todo llegará la Vice. Es más, yo creo que si ganase unas elecciones y llegara a ostentar la presidencia, sería como una nueva versión de Evita Perón y se dirigiría a las masas, como la argentina lo hacía a los pobrecitos descamisados, lujosa y demagoga.
De la Maroto solo sé que es una señorita de Valladolid que encontró muy positivo el desastre de La Palma para la recuperación post volcánica, turísticamente hablando. Fue una ocasión única para quedarse callada. Luego le obligaron a pedir disculpas, porque pedir perdón no es propio de ciertas personas. Sobre todo para las que se creen en poder de la verdad, lo que denota siempre cierto egoísmo.
«La vicepresidenta comunista antes de llegar al poder tenía aspecto de luchadora desesperada y después de llegar al poder descubrió el mundo fashion»
En el plano político, todos contra Ayuso. He recibido un Tic-Toc y varios whatsapp del artista Luis Tosar recomendado acudir a una manifestación para defender una sanidad pública en Madrid. Me parece muy respetable su opinión, pero no compartida por mi. Lo que no encuentro normal es que su último hijo lo haya tenido en una clínica privada de la empresa Quirón. Importante despropósito.
Esta semana he contemplado la exposición «Tiempo para soñar» de Concha de la Serna, pintora y poeta, artista multidisciplinar, con una muestra de pintura de pequeño formato en la Sala de exposiciones del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde también presentó la edición de sus obras completas desde 1966-1974 con el título «Vivir».
El empresario farmacéutico argentino Alejandro Roemmers presentó en el Auditorio de Música de Madrid la obra «Sinfonía Argentina», interpretada por la Orquesta de Cámara de Madrid y recitada por el propio autor argentino con gran éxito.
Mi semana transcurrió entre almuerzos y cenas muy agradables. Las cenas se han adelantado en hora y se han acortado en tiempo. Los almuerzos permanecen inalterables en hora de empezar y en la de terminar. Cada día se imponen más los horarios. Recibes una invitación para un coctel y te informan de la hora en la que debes de llegar y en la que tienes que abandonar el acto.
Ya se sabe que hay personas que no tienen nunca hora para irse de las reuniones, sean cócteles, cenas, fiestas e incluso bodas. En los años sesenta y setenta Madrid estaba lleno de lugares donde se iba a cenar de madrugada y donde se servían suculentos platos de pasta o sopas de ajo en conocidos sitios de la Cuesta de las Perdices o en la cercanía de La Moraleja, donde se montaban flamencos hasta el chocolate con churros. Eran tiempos felices.
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