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El Papa Francisco se salta el protocolo al despedirse de Rania de Jordania

La reina de Jornania acompañó a Abdalá II y al príncipe Ghazi durante una visita oficial al Vaticano

Los reyes de Jordania junto al Papa Francisco REDES
Javier Martínez-Brocal

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Los reyes de Jordania visitaron de nuevo juntos el Vaticano, donde Abdalá II y Rania se reunieron con el Papa Francisco durante 25 minutos. Aunque el rey ha venido en otras dos ocasiones, la última vez que viajaron juntos al Palacio Apostólico fue en agosto de 2013, pocos meses después de la elección papal. Además, en mayo de 2014 fueron anfitriones de Francisco durante su viaje a Tierra Santa.

El Papa salió a la puerta de su estudio para recibirlos y después de hacerse unas fotos juntos, los acompañó hasta su escritorio. Fiel al protocolo, la reina llevaba un elegante traje oscuro con adornos color marfil y un velo del mismo tono.

«¿Cómo va su rodilla?», preguntó Abdalá al obispo de Roma antes de abordar cuestiones de Estado. «Muy bien, muy bien», le respondió Francisco quitando importancia a la lesión que le impide caminar más de diez pasos y le obliga a usar un bastón cuando está de pie.

Según explicó el portavoz del Vaticano, a puerta cerrada abordaron la delicada situación en Oriente Medio. También el Papa dio las gracias al monarca hachemita por su labor como «protector de los Santos Lugares» en Jerusalén y por cómo Jordania acoge a refugiados que escapan de Siria e Irak.

Durante el intercambio de regalos, el rey pidió con delicadeza a Rania que explicara a Francisco los obsequios que le habían traído. Mientras el Papa sonreía con atención, ella le mostró un frasco con agua del río Jordán, una pequeña caja con incienso natural y un facsímil de una antigua edición del Corán.

El Papa les entregó un medallón de bronce con el curioso proyecto de la actual plaza de San Pedro, que incluía un tercer brazo de columnas, el documento sobre la Fraternidad humana que firmó en 2019 junto al principal líder espiritual de los musulmanes sunís, y dos de sus encíclicas.

«Rezo por usted, tal y como me pidió», le aseguró el monarca. «Es usted muy amable, muchas gracias», le respondió el Papa.

Ayudado por el bastón, el Papa les acompañó hasta la puerta. Tras estrechar la mano a la reina, el Papa se salió del protocolo y se despidió de ella inclinándose levemente como gesto de respeto. La visita no pudo prolongarse pues los reyes tenían otra cita este mismo jueves en Londres con Carlos III de Inglaterra.

«Me ha conmovido profundamente la calidez y la humildad de Su Santidad, así como su inquebrantable compromiso con la paz y el diálogo interreligioso», publicó la reina Rania de Jordania en redes sociales tras salir del Vaticano.

La única persona que les acompañó fue el príncipe Ghazi bin Muhammad, primo hermano de Abdalá y su consejero para las relaciones entre cristianos y musulmanes. Precisamente, hace dos meses el príncipe Ghazi se casó con la española Miriam Ungría.

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