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Nacho Jacob, tras salir de prisión: «He pasado de viajar en jet privado a vender mi ropa en Wallapop»

Tras pasar diez meses en la cárcel y a la espera del juicio, el conde de Pozos Dulces concede su primera entrevista en exclusiva a ABC. Endeudado y deprimido, se aferra a la fe para salir de la pesadilla en la que se ha convertido su vida

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Nacho Jacob en su entrevista para ABC Belén Díaz
Pilar Vidal

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El 19 de julio de 2022, Nacho Jacob, conde de Pozos Dulces, fue detenido en Murcia acusado de haber abusado presuntamente de cuatro menores. El juez de guardia decretó su ingreso en prisión, donde permaneció durante diez días, tras los cuales quedó en libertad tras el pago de 40.ooo euros en concepto de fianza. Se le prohibió la salida del país y la entrada en el partido judicial de Murcia, se le obligó a comparecer en el juzgado dos veces al mes y tenía prohibido el acercamiento o comunicación con las víctimas. El 23 de diciembre de ese mismo año, volvió a ser detenido en Madrid, esta vez por quebrantamiento de medida cautelar. Se acordó su ingreso en la prisión de Soto del Real, donde permaneció diez meses. Ahora, en libertad provisional a la espera de juicio, está convencido de su absolución. Hasta la fecha, no tiene antecedentes penales ni policiales. Accede a esta entrevista en exclusiva, la primera que concede desde su primera detención hace casi dos años. Lo hace de forma totalmente altruista y aportando todas las pruebas con las que trabaja su defensa, la prestigiosa abogada, Emilia Zaballos y su colega, Francisco Jiménez Aguilar.

Nacho proviene de una familia aristócrata y muy religiosa de Madrid. Estudió siempre en colegios privados y se sentía atraído por el mundo de la música. Empezó a componer a una edad temprana y en 1997 dejó aparcados los estudios de Derecho y grabó un disco con Pepe Rasero, descubridor, entre otros, de Sergio Dalma y Antonio Orozco. Le cambiaron el Jacob por Yacob, por aquello del 'marketing'. Pero su debut se vio eclipsado por el de otro joven artista, Raúl, que triunfó con su pegadizo single 'Sueño su boca'. Aun así, consiguió otra oportunidad, esta vez en Estados Unidos, de la mano de Universal. Pero el sueño americano se quedó en eso y en un par de temas 'Aquella chica' y 'Conmigo sin mí', de su primer y único disco, del que se enorgullece porque llegó a vender 25.000 copias. La desmotivación musical le abocó a su primera depresión y sus primeros ataques de pánico.

«Nunca he sido del todo feliz, siempre he tenido problemas de salud mental, aunque ahora he mejorado mucho», confiesa Jacob. A eso se une la fibromialgia que padece desde los 20 años y cuyos dolores le siguen dejando bloqueado a día de hoy. Nacho sabe lo que es alcanzar la cima del éxito. Con su agencia Jacob Fitzgerad Comunicación consiguió organizar 2.000 eventos en todo el mundo de las más prestigiosas firmas nacionales e internacionales como Disney, L'Oréal, Playstation, Coca-Cola o Apple, entre otras.

Se codeaba con famosos y asesoraba la imagen a personas influyentes de nuestro país y del extranjero. Compartía veranos en Ibiza e inviernos en París, con su amigo Jean Paul Gaultier, y estuvo con Roman Polansky en su casa de Los Ángeles. Una carrera a la que llegó por accidente, cuando un buen día su amigo Pepe le pidió que colaborase con él en la organización de los premios Cadena Dial en Barcelona. «Yo lo hice correctamente y no creo que fuera un mérito mío porque a los artistas les interesaba estar allí. Si lo fue, por ejemplo, llevar a DiCaprio o De Niro al Festival de Cine de Marrakech», recuerda. Y a partir de aquella noche, empezó a organizar fiestas para marcas, hasta llegar a ser elegido uno de los 500 hombres más influyentes de España y uno de los más elegantes.

—Muchos de esos famosos a los que conocía, contrataba y posaban cariñoso con usted en las fotos, ¿le han dado la espalda tras su detención?

—Yo tenía 260.000 seguidores en Instagram y me he quedado en 100.000. Muchos de ellos famosos que ya no me siguen. He intentado hablar por WhatsApp con algunos y no me han contestado. Sin embargo, hay gente que no me esperaba y que me han mostrado su apoyo.

Imagen principal - Arriba, con el diseñador de moda Jean Paul Gaultier. Izquierda, Nacho Jacob junto al cantante italiano Eros Ramazotti. Derecha, junto a su amigo Roman Polanski en Montecarlo
Imagen secundaria 1 - Arriba, con el diseñador de moda Jean Paul Gaultier. Izquierda, Nacho Jacob junto al cantante italiano Eros Ramazotti. Derecha, junto a su amigo Roman Polanski en Montecarlo
Imagen secundaria 2 - Arriba, con el diseñador de moda Jean Paul Gaultier. Izquierda, Nacho Jacob junto al cantante italiano Eros Ramazotti. Derecha, junto a su amigo Roman Polanski en Montecarlo
Los amigos famosos de Nacho Jacob Arriba, con el diseñador de moda Jean Paul Gaultier. Izquierda, Nacho Jacob junto al cantante italiano Eros Ramazotti. Derecha, junto a su amigo Roman Polanski en Montecarlo REDES

—¿Qué se siente cuando uno pasa de tenerlo todo a tener que vender su ropa en las plataformas digitales?

Es muy duro, abrumador, ver cómo todo lo que has luchado durante toda la vida con tanto esfuerzo y dedicación te es arrebatado, tu buena reputación, tus negocios, tu porvenir, tus sueños. No puedo decir que no es duro porque sería mentir, estoy sufriendo y mucho, esperando un veredicto que me provoca mucha angustia, pero estoy convencido de que sacaré un aprendizaje de esta etapa de mi vida y será para mejor, me hará valorar más la vida y las cosas que realmente tienen importancia.

—¿Cómo han sido estos diez meses en la cárcel?

—En Soto del Real me tocó un módulo muy conflictivo. En la cárcel se crea una hermandad muy profunda porque ya no importa lo que ha hecho uno u otro, todo el mundo está ahí y se crea cierta empatía. Un día en las duchas, tres presos comenzaron a insultarme y a llamarme 'violador de mierda', me tiraron al suelo y estuvieron a punto de violarme. Yo intenté defenderme como pude y un grupo de amigos vino en mi auxilio. Tuvimos una pelea con lesiones y sangre. Empezamos una guerra entre dos bandos que terminó en un pacto promovido por el jefe del módulo. A los chavales que me ayudaron les escribo y les he mandado ropa a la cárcel, porque se portaron muy bien conmigo, sin pedir nada a cambio.

—¿Y qué hacía durante el día?

—Escribir unas memorias sobre todo lo que he vivido, no quería que se me escapase ningún detalle de lo que observaba. También aproveché para leer, meditar, rezar y andar mucho.

—¿Cómo fue su salida?

—Yo pensaba que me iban a dejar hasta el juicio y para mí fue una sorpresa que el juez admitiera el recurso. Cuando escuché la palabra libertad fue uno de los días más felices de mi vida. Salí a las nueve y media de la noche, sin un duro, me dieron cinco euros para coger el autobús de Soto del Real hasta Tres Cantos. Llegué a mi casa que estaba destartalada, tenía la nevera vacía, todas las cuentas embargadas y ni un duro. La primera noche no pude dormir, se me caía el mundo. Al día siguiente empecé a vender toda mi ropa y complementos de marca en las plataformas digitales para llenar la nevera. Tardé tres días en poder salir de casa.

«Mi error fue hacerme amigo de una banda de jóvenes delincuentes»

Nacho Jacob

—Recordemos lo que pasó el 19 de julio de 2022, en el que fue detenido en el parking del hotel Nerva en Murcia junto a un menor, al que supuestamente dicen acababa de violar en una habitación. ¿Qué sucedió?

—En la época de la pandemia, tras la muerte de mi madre por un cáncer horroroso, yo me sentía muy solo. Conocí por Instagram a una banda juvenil, de chavales búlgaros con antecedentes penales y policiales. Una tarde, estaba aburrido en Murcia y decidí conocerlos. Me acogieron muy bien, yo les invitaba a cenar, a discotecas, estaban entusiasmados conmigo. Yo presencié cómo robaban y extorsionaban a gente, pero pensé que eso no me iba a pasar porque yo ya era uno más del grupo. Hasta que veo que ponen sobre mí varias denuncias falsas porque lo que buscan es dinero. Se llama sextorsión. Son muy listos, yo he podido tener mucha vida en algunas cosas, pero no tengo calle ninguna. No le vi peligro, estoy arrepentido.

—¿La amistad duró mucho tiempo?

—Unos dos años, pero tampoco los veía con frecuencia. Yo iba dos o tres veces a Murcia al año, porque tenía unos clientes allí.

—¿Y no tuvo relaciones sexuales con ninguno?

Para nada, ellos dicen que han tenido sexo, sea verdad o mentira. De hecho, hay dos de ellos que están en el sumario, que ya tienen antecedentes por hacerle lo mismo a otras personas.

—¿Le detuvieron en el parking como se ha dicho hasta ahora?

—Eso no es cierto, la policía acudió al parking porque estaban haciendo una investigación sobre robos en la zona y se llevaron al chico que estaba conmigo porque nos íbamos a comprar unas zapatillas. Al cabo de un rato, yo fui por mi propio pie a la comisaría de El Carmen para interesarme por él y fue cuando me arrestaron porque había puesto la denuncia. Han investigado mi teléfono, mi ordenador... Y no han encontrado ni una foto de un menor, ni un vídeo, nada.

—¿Y la segunda detención se produjo porque se saltó supuestamente las medidas cautelares?

—Ese fue el abogado de Murcia que tenía contratado y que me sacó un dineral. Me dijo que no me preocupara por nada y que me dedicase a recuperar mi reputación, día a día, y que lo demás se lo dejase a él. Hasta que un día me llama para decirme que han detenido a un compañero suyo del despacho y que puede que me llamen a mí también. Yo no entendía nada hasta que me avisaron de la comisaría de Moratalaz, hasta donde fui por mi propio pie.

Nacho Jacob hace unos días en el Parque del Retiro de Madrid Belén Díaz

Le tuvieron una noche en los calabozos de Plaza Castilla y al día siguiente tras la vista la jueza ordena su ingreso en la prisión de Soto del Real. Era Nochebuena y su familia le esperaba para cenar. «Intenté suicidarme tragándome las pajitas de los bricks de zumo de piña que te dan en el calabozo. Me pillaron a tiempo y consiguieron sacarlas, aunque pasé varios días en la enfermería de la cárcel recuperándome», explica Jacob.

—¿Por qué quería quitarse de en medio?

—Porque me han destrozado la vida, esto es una pesadilla. Yo con 50 años, tenía todo, un trabajo, ganaba mucho dinero, viajaba con todo tipo de lujos, me he llegado a gastar 30.000 euros en una noche y hasta me desfasé con las drogas.

—¿Consumía estupefacientes?

—Ahora ya no. Fue en la época en la que mi madre estaba enferma e intente paliar todo con excesos. Intenté evadirme a través de la droga, cosa que no le aconsejo a nadie porque a mí me acabó llevando a la Clínica López Ibor donde conseguí desintoxicarme después de cuatro meses ingresado. Me sentía vacío, estaba enfermo. He tenido una insatisfacción personal toda la vida.

—¿El tema de su sexualidad puede haber influido en esa insatisfacción?

—No lo sé, yo no había hablado nunca de mi sexualidad, y cuando me detuvieron todo el mundo empezó hablar de ello. Esta es la primera vez que lo reconozco abiertamente, soy bisexual. He tenido relaciones con hombres y con mujeres. Estuve cinco años con una chica maravillosa y dos con un hombre estupendo, las únicas dos relaciones que he tenido. Lo demás ha sido pasajero. Lo he pasado muy mal por este tema, en mi entorno franquista y religioso, no era fácil. Aun así, no dejé que mis padres fallecieran sin decírselo. No profundizamos en ello, pero lo entendieron y me apoyaron.

«Intenté quitarme la vida antes de entrar en la cárcel»

Nacho Jacob

—¿Cree que las cosas suceden por algo?

—Por supuesto, pero las cosas no ocurren cuando nosotros queremos, ocurren cuando Dios quiere. Aún no se el porqué de todo esto, pero debe de tener un sentido que yo aún no conozco y que estoy en la búsqueda de descubrir.

—¿Cree que en su caso se ha hecho un juicio paralelo?

—A mí se me ha criminalizado, se han dicho muchas cosas de mí que no son ciertas. En mi caso, yo ya no soy presunto, me han llamado violador sin preocuparse de leer el sumario o contrastar con mis abogados. Lo que más daño me ha hecho es la prensa. Estoy convencido de que si hubiese sido anónimo y tenido otra profesión, no hubiese trascendido tanto la noticia. En mí se dio la circunstancia de que soy aristócrata y personaje público, y eso es muy jugoso.

—¿Le ha molestado que se refiriesen a usted como el falso conde?

Nunca me presentaba como tal ni alardeaba de ello, para mí es una cuestión honorífica. El título era de mi bisabuelo paterno y mi abuelo tuvo mucha relación con Don Juan de Borbón. He tenido audiencias con el Rey anterior y con Felipe VI. El abogado Carlos Teixidor me ayudó para el reconocimiento y homologación del título en España. Tengo la sentencia en la que se reconoce que soy el conde de Pozos Dulces y contra eso no puede ir nadie. Todos aquellos que han dicho que era falso responderán ante la justicia.

—Aún quedan unos dos años para que se celebre su juicio. ¿A qué tiene miedo?

Lo que más pánico me da es enfermar, por eso lo único que le pido a Dios es que me dé salud y una buena muerte. Aparte de eso, obviamente, aunque creo en la justicia y en que voy a ser absuelto, yo tengo una espada de Damocles y me da miedo, porque me van a juzgar tres personas, que cada uno tiene su opinión.

—Su vida se ha convertido en una auténtica novela o un guión cinematográfico. ¿Le han planteado hacer algún documental tan de moda en la actualidad?

—Sí, una productora muy conocida me ha propuesto un documental, pero actualmente no me encuentro preparado emocionalmente, necesito mi tiempo, ir ordenando tantas cosas que en este año en la cárcel no he podido atender, además de pasar más tiempo con mis seres queridos, en contacto con la naturaleza o meditando.

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