Los momentos de los premios Goya que han pasado a la historia

Si hay un momento icónico en la historia de Hollywood, ése es el de Marilyn Monroe cantando 'Happy Birthday' al presidente Kennedy. Su equivalente en España sería cuando Pedro Almodóvar le dedicó el 'cumpleaños feliz' al por entonces Príncipe Felipe, logrando que lo coreara todo el cine español.

Corría el año 2000 y el manchego ganaba el premio al Mejor Director por 'Todo sobre mi madre': «me han dicho, Alteza, que es su cumpleaños hoy. ¿Es cierto? No sé cuántos años cumple (eran 32 los que celebraba), pero los lleva muy bien. Naturalmente, este Goya va por usted.» El príncipe, sonriendo, se puso en pie para agradecer el detalle. Juan Carlos I y Doña Sofía fueron los primeros reyes, hasta ahora los únicos, que acudieron a una ceremonia: de hecho, no solo fueron invitados a la primera gala sino que recibieron la primera estatuilla de la historia, el Goya 0, en 1987, de manos del presidente de la Academia, José María González Sinde.

Felipe VI y doña Letizia no han acudido a ninguna ceremonia, pero tienen un Goya Honorífico que les fue concedido en 2014 por el entonces presidente de la Academia, Enrique González Macho. Se encuentra expuesto en un aparador del Salón de Tapices del palacio de Zarzuela.

Sobre el escenario, dos de los momentos mas impactantes han sido, sin lugar a dudas, el tremendo 'rap' que se marcó Antonio Resines en 2012, cuando se le olvidó la letra y, con ella, la afinación. El número musical fue un bochorno total que encabeza el ránking de los peores de la historia. Otro fue, sin duda, la aparición del espontáneo Jimmy Jump, que tuvo que ser desalojado por el equipo de seguridad.

Ana Obregón protagonizó una caída antes de salir que acabó por destrozar la estatuilla que iba a entregar. Antonia, la abuela de Daniel Guzmán, vivió uno de los momentos más emotivos de su vida al recibir una tremenda ovación. Y Clara Lago selló su amor por Dani Rovira en 2015 con un beso que vino a confirmar un romance del que todos hablaban menos ellos: fue un gesto romántico como pocos hemos visto en los Goya. 30 años después del Oscar, las estrellas de 'Belle Epoque' se reencontraron para demostraron que, a veces, el tiempo puede sentarnos de maravilla. Y gracias al Goya de Honor hemos podido emocionarnos con los discursos de Tony Leblanc, Concha Velasco o Antonio Mercero, ya muy malito.

Nunca olvidaremos lo mal que recibió Antonia San Juan su derrota. Era la presentadora de la gala y se vino abajo, todo lo contrario que Rosa María Sardá, que se vino arriba, con mantilla y un velo negro simulando un luto que le traía al pairo.

Los Goya han sido, incluso, decorado de un atraco de cine: 30.000 euros en joyas fueron robadas en 2017 en el hotel donde se cambian las actrices antes y después de la ceremonia.