Fuego en la capilla y el cura se equivoca de nombre con Íñigo: las mejores anécdotas de la boda de Tamara Falcó

Pese a los numerosos inconvenientes que han surgido desde que se comprometiesen (la primera vez), finalmente ganó el amor y Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34) se convirtieron ayer sábado 8 de julio en marido y mujer.

Para su gran día, el escenario no podía ser más significativo para la novia, y es que el palacio 'El Rincón' (Aldea del Fresno, Madrid) fue el hogar de su padre, Carlos Falcó, durante sus últimos años de vida, hasta su fallecimiento en marzo de 2020. La pareja logró la autorización episcopal para casarse en la capilla que tiene la finca familiar en sus inmediaciones y así cumplir uno de los sueños de la novia.

A pesar de que habrá que esperar a este lunes para conocer todos los detalles de la ceremonia y posterior fiesta de celebración, cuando salgan a los quioscos la revista 'Hola', con quien los novios firmaron una exclusiva millonaria, gracias a los invitados ya se van sabiendo algunas anécdotas de la que ha sido tildada como 'la boda del año' en nuestro país.

Una de las más destacadas ocurrió cuando, en mitad de la ceremonia, un inesperado fuego apareció en la casulla del sacerdote José Luis debido a la proximidad de las velas que se encontraban en el altar, sin que este pudiese reaccionar. Un incidente que, gracias a Dios, se quedó tan solo en un susto gracias a la rápida intervención de Alejandra Onieva, la hermana pequeña de Íñigo Onieva, quien acudió con determinación y apagó las llamas con rápidos manotazos, evitando así que el fuego se extendiera.

Aunque esta no fue la única anécdota que nos dejó la celebración. Otra que se recordará durante mucho tiempo fue cuando uno de los sacerdotes llamó a Íñigo Álvaro. Una confusión en el nombre que provocó la carcajada de los allí presentes. La ceremonia de la boda consistió en una misa oficiada por tres sacerdotes: el padre Ángel, el padre Cruz y el padre José Luis.

Pese a estos pequeños incidentes, la boda transcurrió con normalidad y finalmente el que oficiaba la ceremonia les declaró marido y mujer.