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Marta Luisa de Noruega, la princesa díscola que renunció a todo por su admirado chamán

Se casará el 31 de agosto con el 'sanador espiritual' Durek Verret en lo que será la boda royal más extravagante

De espíritu libre, su anterior marido, el escritor maldito Ari Behn, se suicidó en 2019

Marta Luisa de Noruega y el chamán bisexual Durek Verret: la boda real que nadie vio venir

La Princesa Marta Luisa de Noruega, en la presentación de su libro 'Born sensitive: our stories'. GTRES

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Será el 31 de agosto cuando el universo royal asista a la boda más extravagante en tiempos, la de la Princesa María Luisa de Noruega y el chamán bisexual –proclamado por él mismo- Durek Verret. Un enlace que en realidad es consecuente con la naturaleza díscola, irreverente, alternativa y pasional de la propia protagonista.

Ella misma ha renunciado a sus deberes y privilegios reales con el fin de culminar su nuevo enlace, algo ya de por sí diferenciador dentro del universo monárquico, que como mucho alcanza a ver princesas dispuestas a todo menos a perder las ventajas que otorga una tiara. No es el caso.

Nacida el 22 de septiembre de 1971 en Oslo, fue la primera hija del entonces príncipe heredero Harald y la princesa heredera Sonja de Noruega. Lleva el nombre de su abuela paterna, la princesa heredera Märtha, y de su tatarabuela, la reina Luisa, madre del rey Haakon VII. A pesar de ser la primogénita del Príncipe Heredero, es la cuarta en la línea de sucesión.

Los monarcas del país nórdico siempre concedieron gran importancia a dar a sus hijos una educación lo más similar posible a la de otros niños noruegos. Asistieron a una guardería municipal y a una escuela primaria local, y la joven princesa demostró desde temprana edad aptitudes para las artes: el canto, la música y el baile. Sus pasiones junto a los caballos. Y pronto desarrolló también otra pasión, la del culto indivisible de la mente y el cuerpo.

Fisioterapeuta certificada, ha publicado libros, impartido clases, lanzado un canal de YouTube y colaborado en líneas de belleza y ropa. Y con el tiempo ha llevado las cosas tan lejos que hasta cotiza como autónoma. En enero de 2002, junto con la expansión de sus ambiciones empresariales y el comienzo de su condición de contribuyente, la princesa también comenzó a alejarse de sus deberes reales. Después de consultar a su hija, el Rey Harald, que accedió al trono en 1991, le quitó el título de Alteza Real y se redujeron sus deberes oficiales, lo que le permitió tener más libertad para cultivar su independencia. También en cuestión de amores.

Su polémica boda con Ari Behn

Aquel 2002 fue un gran año para Marta Luisa. Se casó con el escritor alternativo Ari Behn en una ceremonia deslumbrante en la Catedral de Nidaros de Trondheim y la pareja tendría tres hijas: Maud Angelica (nacida en 2003), Leah Isadora (2005) y Emma Tallulah (2008). Pasarían temporadas viviendo por todo el mundo, desde Nueva York y Londres. Finalmente regresarían a Noruega para establecerse en Lommedalen, un idílico y bucólico valle rural en el condado de Akershus.

Pero nadie sabía lo que ocurría tras las puertas del hogar. Ari Behn, un ser atormentado y sin autoestima, se entregaría a la bebida para intentar narcotizar sus demonios interiores. En 2016, el matrimonio anunció el divorcio y el día de Navidad de 2019 Ari Behn exorcizaría todos sus problemas quitándose la vida.

La aparición del chamán

El desgraciado Ari Behn asistió meses antes a un suceso que provocó la conmoción de todo el universo royal. En mayo de 2019, la princesa anunció públicamente que estaba inmersa en una relación con el sanador espiritual estadounidense –un chamán de toda la vida- Durek Verret. Un auténtico seductor con más de 260.000 seguidores en Instagram y célebre en el mundillo de Hollywood. Entre sus clientas están Gwyneth Paltrow, Selma Blair, Nina Dobrev o Rosario Dawson, entre otras. Todas mujeres.

En este tiempo, Marta Luisa ha sido conocida por comunicarse con animales y ángeles, mientras que Verret ha convivido naturalmente con la crítica por insinuar cosas como que el cáncer es una elección. En su web también vende un medallón que, según afirma, lo ayudó a superar el covid. Su futura mujer agregaría: «Ambos creemos en la escuela de medicina, pero la medicina alternativa puede ser un gran complemento además de la medicina escolar».

Y esto es lo que es la díscola e irreverente Marta Luisa, una princesa que ha llevado su instinto y sentimientos hasta las últimas consecuencias sin atender al gen de su linaje. Incluso si se manifiesta en una atípica boda de cuatro días con un chamán bisexual.

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