Mafalda de Bulgaria abre su corazón tras su divorcio: «Un dolor inmenso»

Mafalda de Bulgaria, nieta del último zar búlgaro, ha abierto al fin su corazón y ha roto su silencio cuatro meses después de su divorcio del empresario británico Marc Abousleiman, una experiencia que le ha provocado «un dolor inmenso» y que al tiempo ha propiciado el nacimiento de «una nueva Mafalda».

Ella es nieta de Simeón II, quien llegó a vivir en el exilio, y segunda de los tres hijos que tuvieron el Príncipe Kyril y la marchante de arte y aristócrata mallorquina Rosario Nadal. Nacida en Londres hace 30 años, ha vuelto a España para vivir después de encontrar un nuevo amor con el que olvidar los estragos causados por su divorcio.

Mafalda de Bulgaria se ha sincerado en una entrevista publicada por el diario 'El País' en la que ha tratado numerosas cuestiones. Incluidas las profesionales. Ella es también Ona Mafalda, su nombre artístico y bajo el cual acaba de publicar 'Ya no soy esa', una versión actualizada del clásico 'Yo no soy esa', de Mari Trini.

Aquel fue un himno que ella reivindica ahora porque se considera feminista. «Soy mujer, y lucho por mí y por todas. Quizá porque nunca lo vi [el machismo] en casa, me chocó fuera. En la escuela de música, daban por supuesto que eras la cantante, y no la compositora o la productora, o que no sabías tocar un instrumento», recuerda.

Al respecto, Mafalda de Bulgaria (aka Ona Mafalda) añade: «Obviamente, hay situaciones más complicadas para otras mujeres. Soy consciente. Pero es importante que, quien tenga una voz, tiene que apoyar a las otras. De hecho, fui a la manifestación del 8-M, que llovía a mares, pero como soy inglesa a mí la lluvia no me para. Ahora que Madrid parece Londres estoy en mi salsa».

La artista ha decidido abrir un nuevo capítulo de su vida a muchos niveles. Para empezar, se cura en Madrid de las heridas que le ha dejado su divorcio del financiero libanés Marc Abouleisman, ocurrido el pasado invierno. Se casaron en 2022 después de compartir estudios en el Liceo Francés de Londres, pero lo que parecía una hermosa historia de amor se quebró muy pronto.

«No se lo deseo a nadie, y menos a nadie tan joven como yo», asegura sobre su separación. «Es un cambio muy grande y un dolor muy grande también. Me he pasado año y medio preguntándome qué quiero y qué quiero hacer ahora. Tenía muchas emociones en la cabeza y otras tantas cosas pasando a mi alrededor. Pierdes un poco el norte», confiesa.

Su gran terapia ha sido la música, exteriorizar sus sentimientos a través de las canciones, sacar fuera «todo ese caos y ese dolor» subida a un escenario y delante de una audiencia. Y hay un momento en el que todo cambio, un simple suceso doméstico como fue romperse la nariz en un accidente. «Fue una catarsis. Decir: 'Ok, tengo que soltar todo esto que tengo dentro'», relata.

«Ahora soy una nueva Mafalda», dice con total rotundidad. ¿Y cómo es esa nueva Mafalda? Ella lo cuenta: «Más atrevida, que no teme tomar riesgos y que no permite que nadie ni nada ni ningún prejuicio le impidan llegar donde quiere». «He aprendido mucho de la industria, y de la vida», agrega.

Tiene sangre real, no reniega de ello, pero matiza cómo es realmente la vida de su familia, lejos probablemente de los tópicos que podrían manejarse. «En mi caso, en mi familia, no vivimos de esto, ese no es nuestro trabajo», dice. Y concluye: «Nosotros no tenemos ningún familiar que vaya a ser un futuro rey, o una futura reina. Todo el mundo tiene su trabajo, tiene que hacer sus cosas y salir adelante».