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El lado más íntimo de Yolanda Díaz: su desconocido marido, su padre sindicalista y su cambio físico

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha pasado en apenas unos años de ser una simple abogada en su Galicia natal a liderar el proyecto político de la izquierda más progresista en las elecciones del 23J

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Yolanda Díaz, candidata de Sumar a las elecciones generales del 23J EP
María Albert

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En apenas dos décadas, Yolanda Díaz ha pasado de una vida tranquila en un barrio obrero de su A Coruña natal a convertirse en una de las principales figuras políticas de nuestro país. La hasta ahora vicepresidenta segunda del Gobierno llega ahora a sus primeras elecciones generales como líder de Sumar.

A sus 51 años (1971), la ministra de Trabajo vive una nueva realidad en Madrid, muy alejada de Fene, el pueblo que le vio nacer junto a la ría de Ferrol. Protagonista de titulares y con todos los ojos puestos en ella, la política gallega ha tratado de dejar en un segundo plano su vida privada.

Pero ¿qué hay realmente detrás del lado más personal del nuevo baluarte de la izquierda en las elecciones del 23J? Esto es todo lo que tienes que saber sobre Yolanda Díaz.

Un padre con pasado comunista y sindicalista

Desde bien pequeña, fue inculcada con los ideales obreros por una familia sindicalista y de izquierdas que evidencia que lo de la política muchas veces va en la sangre.  Su padre, Suso Díaz, militó en la clandestinidad durante años en el Partido Comunista (PCE) y ejerció el cargo de Secretario General de Comisiones Obreras en Galicia. De hecho, llegó a pasar varios meses en la cárcel por negarse a pagar una multa de 150.000 pesetas por manifestarse contra el asesinato de dos trabajadores de Bazán.

No fue el único familiar de Díaz que pasó por la rama política, pues su tío Xosé llegó a ocupar un escaño por el BNG en el Parlamento gallego. No es de extrañar entonces que uno de los primeros recuerdos de la ministra esté relacionado con una de las figuras clave en el comunismo español: «Éramos los niños del partido, tenía cuatro años cuando Santiago Carrillo me besó la mano», recordó en una entrevista en 'El País'.

De hecho, el progenitor de Yolanda tampoco ha dejado atrás estos afanes políticos. El sindicalista cerró las listas de la candidatura de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde a las elecciones municipales de la Coruña, encabezada por José Manuel Sande. «Me parecía oportuno ponerme en último lugar de la lista para significar que me parece muy positivo que los partidos de Unidas Podemos vayan todos juntos», explicaba el propio Suso en una entrevista con 'El Mundo'.

De abogada de éxito a su salto a política

En cuanto tuvo edad para hacerlo, Yolanda Díaz no dudó en afiliarse al Partido Comunista. Sin embargo, su primera intención no fue dedicarse profesionalmente a la política: aunque siempre quiso ser filóloga, acabó estudiando Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela.

Realizó tres másters en Urbanismo, Relaciones Laborales y Recursos Humanos y acabó especializándose en esta última materia. Tras pasar unos años trabajando como pasante en un despacho de abogados de Santiago, acabó colegiándose en 1998 y abriendo su propio despacho en Ferrol.

A pesar de esto, la vida le deparaba otro destino: en 2005, con 33 años, dio el salto a la política como coordinadora general de Esquerda Unida, aunque acabó quedándose fuera del Parlamento gallego tras presentarse a las elecciones a la Junta de Galicia. Apenas un par de años más tarde, en 2007, se convirtió en teniente de alcalde por el mismo partido en Ferrol mientras continuaba con su trabajo como abogada laboralista.

En 2012 fue elegida viceportavoz del grupo Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en el Parlamento de Galicia, cargo que abandonó en 2017. Poco antes había comenzado a acercarse políticamente a Unidas Podemos, llegando a ocupar un escaño con En Marea . En 2020 sería nombrada ministra de Trabajo y Economía Social y, tras la renuncia de Pablo Iglesias, vicepresidenta segunda en julio de 2021.

Ahora, Yolanda Díaz seguir agrandando su currículum político al frente de su propia plataforma, 'Sumar', que se desmarca como la alternativa a Podemos en la izquierda de cara a la batalla por La Moncloa.

Su desconocido marido y una hija en común

Esta nueva aventura política no la ha recorrido Yolanda Díaz sola. A su lado ha tenido a sus dos apoyos más fuertes: su marido Andrés, con el que lleva casada casi dos décadas, y su hija Carmela, nacida en 2012.

Al igual que ella, la pareja de Díaz también nació en Ferrol y ambos se conocieron antes de que esta diera el salto a la política, aunque siempre la ha apoyado en sus afanes profesionales. La vicepresidenta, que asegura estar «profundamente enamorada», se casó el 15 de noviembre de 2003 con Juan Andrés Meizoso, en una íntima ceremonia celebrada en el centro cultural Torrente Ballester de Ferrol. Yolanda decidió prescindir del tradicional blanco de novia y optó por un vestido rojo.

Juntos tuvieron a la pequeña Carmela , a la que también llaman Carmeliña, de 11 años, a la que Yolanda no tenía problema en pasear por las reuniones de trabajo mucho antes de que lo hicieran otras como Carolina Bescansa o Irene Montero. Su nombre es un homenaje a la madre de la política, que falleció en el año 2013, y tal y como ha comentado en alguna ocasión la ministra, es aficionada al ballet.

Aunque la familia tuvo que hacer frente durante años a los kilómetros que separan Madrid —donde residía la política— y Galicia —donde su marido y su hija estaban establecidos—, a finales de 2021 decidieron trasladarse a la capital . Andrés trabaja allí como delineante , mientras que la pequeña Carmela también se cambió de colegio.

El cambio físico de Yolanda Díaz tras convertirse en vicepresidenta

Yolanda Díaz comenzó su carrera política al frente de la filial gallega de Izquierda Unida, caracterizada entonces por su rebelde cabellera morena , con el peinado característico de los años 2000. Entonces, la ministra aún no había renegado de sus facciones duras y su pelo alborotado, que mantenía en una media melena . Hacía gala entonces de sus vestimentas monocolor y lucía habitualmente pañuelos en torno al cuello.

Así se mantuvo durante años, cambiando el corte de pelo conforme se adentraba más en otra época. Cuando llegó al Congreso en 2016 de la mano de En Marea, Díaz se presentaba al público español con un corte bob castaño , aunque su vestimenta pasó a ser algo más refinada que en su paso por la política autonómica.

Sin embargo, lo que muchos han definido como la dulcificación de Yolanda Díaz comenzó en realidad en el año 2019, cuando la gallega se aventuró por primera vez a dejar crecer su cabello y aclararlo con mechas rubias . Es entonces cuando comienzan a verse los primeros cambios de peinado de la política, que asiste a diferentes actos con ondas y recogidos mucho más sofisticados.

En 2020, tras ser nombrada ministra de Trabajo, vemos a Yolanda abandonando el moreno y dando paso a su tan característica melena rubia. Ahora, Díaz incluso a aclarado aún más su pelo, apostando por un rubio más 'Barbie' de lo que estamos acostumbrados, lo que ha conseguido darle un toque mucho más femenino y refinado.

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