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Isabel Hurtado, esposa de Ginés, el 'rey de los bocadillos': «Nuestras relaciones sexuales eran penosas»

El polígrafo muestra la verdad de los 34 años de un matrimonio marcado por la infidelidades

Laura, la hija de Ginés, 'el rey de los bocadillos', prefiere la amante a la novia de su padre

Isabel Hurtado se sienta en el 'Polideluxe' sábado deluxe

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Isabel Hurtado se ha sentado en el polígrafo para arrojar luz sobre el inexplicable culebrón de su marido, Ginés, 'el rey de los bocadillos', cuyas peripecias sentimentales llevan de cabeza a media España. Ginés ha pasado de su ex amante Luisa a su 'esposa' Yaiza, tras una peculiar ceremonia en 'Supervivientes', manteniendo su matrimonio con Isabel, de la que supuestamente se estaba divorciando.

Isabel ha mostrado el lado básico de su marido, incapaz de pensar en hacer un trío, pero capaz de proponerle a su mujer que se hiciera amiga de amante. Y todo, para tenerlas a ambas controladas. Porque lo que hemos descubierto de este creador de contenido y bocadillos es que es, supuestamente, un manipulador que controlaba el móvil, las llamadas y los movimientos de su mujer, a la que no dejó trabajar libremente y que se vio obligada a dejar sus estudios porque él se lo pidió.

A Ginés «se le ha subido la fama a la cabeza. Hizo un cambio radical. Antes no salía a ningún sitio. Luego quería que la gente le conociera. A mí todo eso me parecía surrealista», apunta Isabel: «A veces me daba vergüenza verle». La fama le hizo ganar mucho dinero, tanto que puede llevar una economía secreta: «Acabo de descubrir que tiene un piso en Sevilla», confiesa Isabel, que recuerda cómo el dinero sigue siendo importante para su marido: «Teníamos 8000 euros en casa y desparecieron 4000, que se los gastó en regalos y le echó la culpa a mis hijas. Encima tuve que repartir con él lo quedaba».

Que Ginés va a los suyo es algo que queda claro: «Intenté divorciarme en varias ocasiones, pero él me chantajeaba emocionalmente amenazando con suicidarse. La primera vez me dijo que se iba a ahorcar. La segunda me hizo creer que se había tomando una caja de pastillas. Le llevé al baño para vomitar. Al día siguiendo descubrí las pastillas en la cocina». Isabel no puede recuperar el tiempo perdido, pero siente que su vida no ha sido la esperada: «Estuve enamorada al principio, hasta que descubrí que no era lo que yo creía». Por si fuera poco, el sexo tampoco fue satisfactorio: «Nuestras relaciones eran penosas. Nunca hubo fuegos artificiales, porque él no es de preámbulos ni nada». A pesar de todo, «algún orgasmo sí tuve».

Isabel ha comentado que Luisa, la amante de Ginés durante diez años, usaba sus estados de whatsapp para mandarle mensajes e indirectas como «Si tu marido viene a casa con pintalabios en la camisa no es porque esté con un payaso», todo para provocarla. También reconoce que ha recibido mensajes sobre Yaiza, a la que tilda de ser «un cáncer de mujer» y una acompañante de lujo.

Después de descubrir que Ginés mantuvo tres relaciones a la vez, Isabel ha reconocido que no piensa volver con él. «Cuando vuelvas hablaremos», le dijo en Honduras cuando fue a visitarle. Esa conversación no podemos perdérnosla.

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