De icónico peluquero a despedido por su propia hija: la complicada relación familiar de Lluís Llongueras
A sus 87 años, el célebre estilista español ha fallecido esta mañana en su domicilio de Barcelona
Los peinados icónicos de Llongueras: desde la duquesa de Alba a la reina Sofía, pasando por las folclóricas y otras estrellas internacionales
![Lluís Llongueras durante un posado en Barcelona](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2023/05/29/lluis-llongueras-RsL2G9oZEqIfn81lRzlFiFO-1200x840@abc.jpg)
Lluís Llongueras logró convertirse en uno de los peluqueros más conocidos de España. Tenía un método de peluquería propio y por sus manos pasaron algunas de las personalidades más conocidas de la historia contemporánea: de Isabel Presyler a Doña Sofía, pasando por Bianca Jagger o Salvador Dalí. Su trabajo le costó. Desde los 14 años, labró una carrera en la reconocida Can Dalmau hasta que consiguió su gran impulso profesional convirtiéndose en una eminencia creando su propia marca. Por ello, la triste noticia de su fallecimiento, a los 87 años, ha teñido de negro la industria de la moda y de las artes.
El icónico peluquero no temía a la muerte, creía en el más allá. Tenía claro que en el otro lado le estarían esperando su abuela Lucía, sus progenitores y su hija Cristina. «No pienso ni me obsesiono con la muerte, pero soy un hombre muy organizado para mis negocios, mis trabajos, mi familia… También para mi muerte. No quiero que me incineren. Quiero que me entierren con mi familia. Y ya está», deslizó, en 'S Moda', en 2019.
Fue en 1958 cuando consiguió abrir la que se convirtió en la primera de otras tantas peluquerías en la Ciudad Condal, un espacio repleto de creatividad que lo llevó a ser protagonista de un hecho sin precedentes: la inauguración del primer salón de peluquería unisex en España en 1972. Poco después abrió el Instituto Internacional Llongueras y recibió el título de Maestro Internacional en la sede de Intercoiffure en París, de manos del gran maestro peluquero Alexandre de París. Destacar que a finales de los setenta, sus pelucas de cabello natural arrasaron entre grandes personalidades y aristócratas.
Ambicioso y con ganas de seguir creciendo profesionalmente, Llongueras se terminó de convertir en un referente de la industria de la belleza en los noventa con motivo de las primeras Jornadas Llongueras de Peluquería e Imagen en París, en el Espace Cardin. Y en su dilatada y exitosa carrera profesional ha recibido numerosos e importantes galardones: el Premio AIPP International Legend Award en el Royal Albert Hall y el prestigioso International Legend Award del Art & Fashion Group de Estados Unidos, en 1990, entre otros.
Difícil entramado familiar
Aunque en su vida no han sido todo luces, también ha habido largas sombras que mermaron su felicidad y tranquilidad durante años. En octubre de 2010, su hija Esther, administradora de las empresas familiares, decidió echar a su progenitor de PEYMA a través de un escueto burofax porque «las tareas que realiza no lo son a satisfacción de esta empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas». «Su actitud es sancionable con el despido que se le insta, de conformidad con el artículo 54.2 del Real decreto 1/1995 del 24 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido por la Ley del Estatuto de los Trabajadores», proseguía el escrito. Conocedora de la «improcedencia del despido», se le ofreció una «cantidad de 6.258,63 euros en concepto de indemnización máxima, a razón de 45 días por año trabajado a partir del 1 de diciembre del 2006». También 888,07 euros netos «en concepto de liquidación, saldo, finiquito y nómina».
En respuesta a este escrito, Llongueras explicó a 'EFE' que «intentando ser buen padre, al formar esta empresa, se pusieron las acciones a nombre de varios familiares». Y lo que ocurrió era que sumando las acciones de su exmujer, Lolita Poveda, y de sus dos hijos mayores, Esther y Adan, acumulaban más del 50%. Por ello, podían tomar cualquier decisión sin tener que consultárselo. Esta batalla judicial finalizó en 2012 cuando llegó a un acuerdo de separación patrimonial firmando, legalmente, la paz con su primera familia -se casó en segundas nupcias con Jocelyne Novella, en agosto del 2006-. Cerrado el conflicto -Lluís cedió el 10% que poseía de la empresa PEYMA a su exmujer y sus hijos, mientras que estos cedieron, a su vez, el 46 por ciento del capital de ISUC-, todos los protagonistas optaron por guardar silencio y rehusar hacer nuevas declaraciones que pudieran avivar el conflicto. Algo que sumado a la nula relación que había -tras hacerse pública la doble vida del peluquero- creyeron que era lo más conveniente.
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