Gastronomía
El mercado más emblemático de San Sebastián recuperará la dignidad perdida
Los puestos de La Bretxa, testigos de la vida donostiarra desde 1870, saldrán del sótano al que fueron confinados en la última reforma. Su planta superior acogerá un gran espacio gastronómico
La mejor parrilla de España está en esta sidrería vasca
![Pescaderas en los puestos de La Bretxa en los años 30 del siglo pasado](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/abc/abcnacional/2022/10/07/mercado-bretxa-san-sebastian_20221007184854.jpg)
La Brecha -Bretxa- es uno de los topónimos más simbólicos de la historia donostiarra. La venganza francesa por la toma de Sicilia y Cerdeña llevó al duque de Berwick a asediar San Sebastián en 1719. El lugar por el que rompió las murallas de la ciudad dio nombre a este eje de vida y comercio de la Parte Vieja. Desde 1870, allí se levanta el mercado que lleva su nombre. Un espacio transformado al albur de los tiempos, pero siempre testigo de la historia, la cultura y las tradiciones de la perla del Cantábrico.
Hace algo más de dos décadas, una reforma confinó a sus puestos -los mismos que vieron correr a Martín Berasategui de niño alrededor de la carnicería de su padre- a la planta sótano. En su lugar se abrió un fracasado multiespacio con cines y otros servicios. Una nueva remodelación, proyectada para inicios del año que viene, devolverá la vida del mercado a nivel de calle en el edificio Pescadería.
Un total de 31 puestos -24 de ellos ya existentes en la planta menos uno- estrenarán la nueva etapa. Detrás de ella está Baika Mercados, gestora de otras grandes plazas como la de Puertochico (Santander) o La Ribera (Bilbao). «Con la anterior reforma se perdió todo el sabor de un mercado tradicional», explican a ABC Íñigo Clemente, desde esta gestora, y Uxoa Aramendi, gerente de La Bretxa.
En la primera planta habrá un espacio dedicado a la promoción de la gastronomía. «Habrá catas y la idea es que sea un punto de encuentro, que se integre en la ciudad, como un destino gastronómico», dicen. «Tenemos muy claro que no queremos traicionar la esencia. No vamos a ser un mercado de San Miguel, ni La Boquería. Los locales de hostelería, de hecho, pasan de los nueve actuales a solo dos», puntualizan..
Ilusión y esperanza
Los hermanos Íñigo y Juanjo Etxezarreta, carniceros en el puesto que fundaron sus padres en 1956, ven con ilusión el cambio. «Recupera la dignidad que perdió cuando nos mandaron al sótano», explican. «Aquello nos dolió, pero luego no nos fue mal», reconocen. «Nos han hecho más daño las grandes superficies -el proyecto incluye la ampliación del supermercado que ya opera en el edificio- y que la gente haya dejado de confiar en los pequeños comercios.
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Ellos, por suerte, tienen ya una tercera generación en marcha con Enetz y Aitor trabajando allí, sus respectivos hijos. Son parte del futuro de un mercado que seguirá luchando por su esencia.
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