La CaCharrería
Banneton, el gadget necesario para hacer un buen pan casero y símbolo del furor 'panarra'
Un aliado para evitar alguno de los desastres que ocurren con frecuencia cuando se amasa y hornea este alimento ancestral en una cocina doméstica
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Para comer un buen pan sobran profesionales que, en sus obradores artesanos, asisten al milagro diario de uno de los alimentos más ancestrales. Pero quienes encuentran placer en hacerlo en casa –o intentarlo, al menos– tienen en el 'banneton' un aliado ... para evitar alguno de los desastres que ocurren con frecuencia a los 'panarras' domésticos. «Al que cuece y amasa de todo le pasa», reza nuestro sabio refranero.
El francés da nombre a estas cestas, claves en la segunda fermentación del pan y que pueden estar hechas de varios materiales porosos y orgánicos. Las hay de mimbre, de ratán o de pulpa de madera. Las primeras embellecen con sus marcas de harina concéntricas las cortezas, mientras que las últimas –o las anteriores usadas con una funda de lino– dan un aspecto más rústico a las piezas y son más adecuados para masas muy hidratadas.
Eso solo es decoración –útil para impresionar a los invitados o presumir en redes sociales de la proeza–, pero lo cierto es que su función va más allá. Además de darle forma y simplificar el manejo de las masas, evita manipularlas y rasgarlas con los dedos al volcarlas en la bandeja para hornear.
Pero antes, en ese crecimiento lento, las mantiene hidratadas y, al mismo tiempo, seca ligeramente la superficie que está en contacto con el banetton facilitando el greñado del pan. Si no se dispone de uno, cualquier recipiente con una tela enharinada cumple las veces. Mejor si no es de plástico.
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