«Muchos prefieren una relación sexual insatisfactoria antes que enfrentarse a la realidad»
Una experta explica cómo afecta una mala calidad sexual en la salud mental de la pareja
Un año sin sexo: «Cada vez me encuentro a más parejas en esta situación»
![Según la socióloga Cecilia Bizzotto «podemos estar años en pareja y desearnos igual o más cada día»](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2022/10/19/sexopar-RW0D5wNdfhs5M2YZ9LfmfAI-1240x768@abc.jpg)
Una relación amoros plena y sana conlleva que la pareja tenga un buen nivel de complicidad, de comunicación, tiempo para disfrutar juntos, confianza... y también satisfacción en el aspecto sexual. No son pocos los sexólogos que advierten sin embargo de que el paso del tiempo puede favorecer que la llama del sexo tienda a apagarse. ¿Qué importancia tiene este hecho en la pareja?
Cecilia Bizzotto, socióloga, portavoz y usuaria de JOYclub España, explica que todo dependerá de la importancia que le demos a las relaciones sexuales y al placer erótico en general. «Hay personas que no consideran el sexo un aspecto importante de la vida y pueden vivir felices en una relación donde la sexualidad no abunda. Sin embargo, diría que para la gran mayoría de personas esto no es así. El deseo es uno de los placeres más grandes de la vida».
¿Cómo afecta una mala calidad de las relaciones sexuales a la salud mental de la pareja? ¿Qué efectos adversos les puede ocasionar?
Si damos importancia a la sexualidad y nos encontramos en una relación donde no hay deseo, no sentimos atracción, es muy probable que nos haga sentir mal. Insuficientes, a veces, por no poder quizá corresponder al deseo del otro. Aburridas, insatisfechas, apagadas… Puede que incluso perdamos la libido en general y que ello nos genere culpabilidad, tristeza y malestar emocional.
Por otro lado, no es necesario tener una relación de pareja para que un mal entendimiento de la sexualidad nos afecte a nuestra salud sexual. Por ejemplo, las personas que tienen una visión restrictiva de lo que es «normal», de lo que está «bien» o de lo que «debería ser» en cuanto a la sexualidad, sienten complejos, inseguridades, insatisfacción… Muchas personas conviven con la idea de que tienen fantasías o anhelos anormales.
¿Cuántos hombres, afectados principalmente por el porno, consideran que su pene no tiene el tamaño adecuado, que sus erecciones no duran lo suficiente o su eyaculación llega demasiado pronto? ¿Y cuántas mujeres creen que sus vulvas son feas e imperfectas, que deberían sentir múltiples orgasmos y hacer squirts con facilidad, que sus cuerpos son inadecuados en general?
Todas estas falsedades que nos han hecho creer en ocasiones provocan baja libido, descenso del deseo y disfunciones sexuales que los mueven a ir a terapias con especialistas. En realidad, la mejor terapia es aceptar nuestras fantasías, conocer y aceptar nuestro cuerpo y permitirnos un placer más libre.
¿Cuáles son los mayores problemas a los que se suelen enfrentar en la intimidad?
Existe muy poca información veraz en relación con el placer, y eso mismo puede tornarse en un gran problema en relación con la sexualidad y a la intimidad de las parejas. No existe una buena educación en sexualidad, no la hemos recibido. Se nos ha educado en torno a unos roles de género que encarcelan, no se nos ha hablado de fantasías, sino que a algunas se las tacha de «prácticas obscenas», se dice que determinadas fantasías «están bien» y otras muchas «están mal» cuando ¿qué hay de malo en disfrutar forma consensuada de las prácticas que nos apetecen?
No se nos ha enseñado la importancia del consentimiento, del deseo y la comunicación. Partimos de la base de que, además, somos demasiado exigentes con nosotros mismos y no nos decimos cosas bonitas muchas veces, no amamos nuestro cuerpo ni tenemos una buena autopercepción corporal. No conocemos suficientemente nuestros genitales ni exploramos el erotismo más allá de ellos.
«Hablar sin tabúes sobre nuestras preferencias sexuales, no sentirnos condicionados a expresar lo que nos inquieta en la cama o la fantasía que queremos cumplir, es garantía de éxito en una relación de pareja»
Se nos dice que el sexo es una triada compuesta por genitales, coito y orgasmo. Y nada más. Si no disfrutas con ello, es que hay algo mal en ti. Y si fantaseas es que «algo malo te pasa». Hay una represión social muy fuerte hacia la sexualidad que no nos deja ser libres, no nos deja disfrutar plenamente del placer erótico y que, por ende, no sólo afecta a nuestra forma de relacionarnos con otros y con nosotras mismas, sino también perjudica nuestra salud mental.
La falta de conocimiento en cuanto a sexualidad y estrategias comunicativas tiene consecuencias muy negativas en nuestra salud mental, en nuestra felicidad, en nuestra forma de vincularnos y de percibirnos a nosotras mismas.
No sabemos tener relaciones sexuales consentidas. No conocemos el consentimiento, no hemos interiorizado que «sólo el sí, es sí». Algunas no sabemos decir que «no» a las prácticas que no nos apetecen y otros están educados en que deben forzar la situación hasta el extremo. Es por eso por lo que vemos estudios que demuestran que el 60% de las mujeres jóvenes han tenido tenido sexo «sin ganas» o «por compromiso». No tenemos herramientas comunicativas ni de autoescucha como para frenar situaciones que no nos apetecen.
¿De qué manera puede mantenerse viva la llama del deseo en una relación de larga duración?
Es algo que hay que trabajar día a día, y no dejar olvidado por mucho que conozcamos a nuestra pareja. Es muy importante hacer un trabajo de campo constante, trabajando el deseo y la atracción. Podemos estar años en pareja y desearnos igual o más cada día. Pero hay factores muy importantes que hemos de tener en cuenta.
Por una parte, no debemos caer en la pereza sexual. No hay que entrar en la monotonía de siempre lo mismo. Si todos nos encuentros eróticos con nuestra pareja consisten en llegar al orgasmo rápido ante de irnos a dormir, sin mimo ni cuidado, caemos en la rutina inevitablemente. Comunicar nuestras fantasías a nuestra pareja, generar expectativas, explorar su cuerpo más allá de la bendita triada genitales-coito-orgasmo… son cosas que van a beneficiar a la salud sexual de nuestra relación, y nos pueden ayudar a mantenernos calientes, desear nuestras pieles, nuestros olores… aunque ni siquiera lleguemos a tener un encuentro sexual. Hemos de trabajar en el arte de la seducción, anhelarnos, decirnos cosas, hacer que nuestra pareja se sienta igual de deseada que el primer día.
Y luego, la adrenalina que provoca la innovación nos puede ayudar muchísimo. ¡Hay mil ideas para mantener la llama encendida! Pero sin un trabajo activo y consciente del deseo y la atracción, no hay mucho que hacer.
¿Y si llega un momento en que una de las partes tiene siempre bajo deseo y la otra parte no? ¿Qué se debe hacer?
Esta es una pregunta que hice a Sergio Fosela, psicólogo y sexólogo especialista en relaciones de pareja, ya que es una situación en la que yo misma me he encontrado. Su respuesta para mí es clave y tiene que ver con lo dicho anteriormente: hemos de mantener la llama, el deseo por la piel, sin necesariamente llegar al sexo. Si nuestra pareja está con la líbido baja por cualquier circunstancia, presionarla o hacerla sentir mal no nos va a ayudar para nada. Al contrario. Sin embargo, si la hago sentir deseada, la acaricio, la beso sensualmente, le hago un masaje de vez en cuando y me preocupo por darle placer, aunque este no sea necesariamente sexual, su deseo se va a mantener latente. Puede ser que esté sufriendo un periodo de estrés, alteraciones hormonales, depresión… Cuando este bache acabe (con la debida ayuda profesional, por supuesto), si no me he separado de ella y hemos mantenido la llama del deseo, podremos volver a disfrutar de nuestra sexualidad conjunta.
El problema que sucede muchas veces es que no besamos, tocamos y acariciamos con pasión porque creemos que eso inevitablemente nos llevará al sexo. Y, si no nos apetece sexo, evitamos este tipo de placeres. Pero: ¿Qué tal si dejamos de asociar el erotismo, el contacto placentero y deseo, al sexo con penetración?
¿Qué importancia tiene el sexo en el éxito de una relación de pareja?
El sexo es una manera muy importante de comunicarnos con nuestra pareja y es vital darle su espacio. Es una forma maravillosa de conocerse más a fondo, de explorar los deseos y fantasías de nuestra pareja y también de saber cuáles son las opciones que más se ajustan a nuestro disfrute. Gozar, con todas las letras, del sexo junto a nuestra pareja es igual de necesario que mantener una dieta sana, hacer ejercicio o abrigarnos en invierno.
Hablar sin tabúes sobre nuestras preferencias sexuales, no sentirnos condicionados a expresar aquello que nos inquieta en la cama, o la fantasía que queremos cumplir, es garantía de éxito en una relación de pareja.
¿Qué beneficios aporta a la salud en general mantener relaciones sexuales con la pareja?
Muchas. El sexo es salud siempre y cuando las relaciones sexuales sean de calidad y ambas partes disfruten de sus cuerpos. Tener viva la relación sexualmente hablando mejora la salud de los dos miembros, ya que aumenta el humor y la liberación de oxitocina nos ayuda a enfrentarnos al día a día de una manera más relajada, con menos estrés. Suele ser habitual que en determinadas épocas del año, cuando estamos de vacaciones, o en épocas de calor, haya un mayor acercamiento entre las parejas, precisamente por estos mismos motivos: tenemos más ganas de sexo y más tiempo para ello, por lo que no es complicado dedicarles tiempo a nuestros encuentros sexuales.
Siempre es un beneficio generar una mayor cantidad de oxitocina, y es algo que sí o sí ocurre en mayor medida en el periodo estival. Nos aleja de la depresión, y promueve el bienestar y la felicidad. Que una persona tenga más sexo en cualquier época del año lleva de la mano, además, la producción de prolactina, la conocida como hormona de la relajación, la cual, por ejemplo, se libera después de tener un orgasmo. La combinación de oxitocina y prolactina, por tanto, nos ayuda a dormir mejor y amanecer más felices, por lo que la influencia del sexo en nuestro estado de ánimo es algo que no debemos pasar por alto.
MÁS INFORMACIÓN
- Otoño, ¿la mejor estación para concebir un bebé?
- «Una mujer no está biológicamente diseñada para llegar a los 40 sin embarazos»
- Las razones por las que discuten tanto las parejas
- Las ganas de sexo de los españoles aumentan cuando su casa está de esta manera
- ¿Qué hacer si mi hijo me pilla teniendo relaciones sexuales?
¿Se siguen ocultando los problemas de pareja por considerarlo un tema tabú? ¿Qué efectos tiene a largo plazo?
Sí, indudablemente. Sin embargo, creo que cada vez más gente es consciente de la necesidad de ir a terapia y buscar ayuda externa cuando hay problemas en la relación o a nivel individual. Es verdad que todavía permanece la idea de que si tu relación va mal, es un fracaso a nivel personal y, por tanto, debes ocultarlo. Muchas personas prefieren vivir relaciones insatisfactorias y esconder los problemas debajo de la alfombra, antes que enfrentarse a la realidad. Es por este motivo por el que muchas personas en vez de buscar soluciones de forma consensuada, prefieren buscar amantes y «poner los cuernos». Hay un punto de valentía, de fortaleza, en la persona que decide arriesgarse y buscar solución a sus problemas de pareja, buscar a un especialista que ayude a gestionarlos, tener largas conversaciones con su compañero para encontrar una solución…
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete