Pautas para mejorar la inteligencia emocional a través del apego seguro
Los expertos ofrecen una serie de recomendaciones para que los padres puedan influir positivamente sobre su autoestima, independencia y resiliencia
Realizar «curas de presencia con tus hijos», la sabia recomendación de un profesor de Educación Infantil
![El vínculo de apego se construye cuando la figura de referencia ofrece amor, atención y cuidados](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2022/09/29/padreabrazo-R1QfrzHUkaXBm8qfQe9nTDI-1240x768@abc.jpg)
Desde los primero años de vida se comienzan a aprender habilidades socioemocionales que facilitan la salud mental, el bienestar global y la convivencia. No obstante, los niños necesitan para adquirirlas un espacio seguro donde los vínculos con sus figuras de referencia sean estables, genuinos y recíprocos. El vínculo del apego se construye cuando la figura de referencia ofrece amor, atención y cuidados, y regula los desequilibrios fisiológicos y emocionales del menor durante la etapa inicial de su desarrollo. Al nacer, el apego tiene que ver con las necesidades de alimento, comunicación, afecto o higiene y, a medida que el niño va creciendo, se suman necesidades sociales, afectivas y de regulación de emociones y conductas.
Existen dos tipos de apego según distintos estudios psicológicos: el seguro e inseguro. El apego inseguro se da cuando los progenitores, de forma repetida, responden sin calidez, seguridad o sensibilidad a las necesidades del menor. Un apego inseguro repercute en las habilidades socioemocionales de los niños pudiendo crear traumas infantiles o trastornos del apego que se manifiestan a edades adultas.
Sin embargo, el apego seguro consiste en responder de forma coherente y oportuna a aquello que demanda el niño, regulando su estrés y aportando seguridad y confianza en ellos mismos. Establecer un apego seguro con los hijos contribuye al desarrollo de sus habilidades sociales e inteligencia emocional.
Con el fin de ofrecer distintos consejos para que los padres puedan establecer un apego seguro con sus hijos e influir positivamente sobre su autoestima, independencia y resiliencia los expertos de Recurra Ginso han puesto en marcha la campaña «Una mente sana empieza en la infancia». Consideran que es importante saber que el vínculo del apego está en constante evolución y ha de modificarse a medida que los niños crecen y evolucionan. Por ejemplo, las primeras interacciones con un bebé serán muy diferentes a las que se tienen con un adolescente, ya que las prioridades de los menores cambian.
«Las primeras interacciones de un padre con su hijo son básicas para su desarrollo psicobiológico y determinarán cómo el niño va a afrontar las situaciones de la vida. Si estas interacciones construyen un vínculo inadecuado pueden provocar un trauma que se puede arrastrar a lo largo de la edad adulta y repetirse como patrón en sus otras relaciones. Por ello, los padres deben dedicarse a construir un vínculo emocional fuerte con sus hijos para evitar que trasladen traumas a su adultez», explica Olaya Rodríguez, psicóloga sanitaria en este centro terapéutico.
Pautas generales para ejercer un apego seguro sobre los hijos
Hacer que el niño se sienta visto
Es imprescindible que el niño se sienta importante en la familia, para ello debe conocer su lugar dentro de la misma, considerando la jerarquía, y sentirse escuchado y valorado en las decisiones familiares que le implican.
Cuidar el lenguaje con el que se comunica
El lenguaje es una herramienta muy importante que puede determinar la percepción que el niño tiene de sí mismo. Por ello, es primordial que los padres comuniquen tanto las hazañas de sus hijos como sus malos actos de una forma objetiva, sin juzgar ni reiterar en numerosas ocasiones comentarios negativos, ya que estos comentarios construirán la personalidad del menor.
Crear un entorno seguro
El niño debe sentir a su familia como un cobijo, un lugar seguro donde recibe amor y calidez. Para ello, los padres pueden establecer límites si el menor lo necesita y demostrar su apoyo aunque el niño haga las cosas mal.
Potenciar el desarrollo de las competencias emocionales
Consiste en validar y valorar las emociones del menor, ayudándole a gestionar sus sentimientos y explicándole el posible significado de los mismos. Los niños también aprenden al observar cómo gestionan las emociones y los problemas sus propios padres, por lo que es importante prestar atención en la gestión emocional de los adultos.
A pesar de que el apego influye directamente en la creación de la personalidad, los expertos de Recurra Ginso insisten en que este no es determinante. El vínculo de apego puede repararse con una combinación de sensibilidad y conocimiento de los padres, y con ayuda psicoterapéutica que guíe y asesore cada caso. En este sentido es necesario que el trastorno del vínculo se identifique cuanto antes para que se pueda trabajar y así reparar cualquier posible trauma infantil antes de que se desarrolle y repercuta sobre las relaciones sociales del joven.
En aquellos casos donde el menor ha pasado a disposición de un centro de internamiento, la reparación del vínculo es una tarea fundamental para los educadores, quienes junto a los padres deben trabajar en reparar el vínculo del afecto y solventar el problema. «Es muy importante que en los centros se establezca una figura que sea respetada y tenga solidez y criterio sobre los jóvenes. En muchas ocasiones, cuando los menores llegan a los centros tienen dificultades para ver a los educadores como una figura de apoyo, ya que no entienden que la misma persona que corrige su conducta o le impone una sanción, sea la misma persona que le ayude en un momento de malestar. Por ello, es fundamental que los educadores intenten aplicar las proporciones correctas de firmeza y cariño para construir esa figura confiable y de referencia», explica Antonio Jiménez, subdirector del centro terapeútico.
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Cuando las familias se involucran en las terapias con menores que presentan un apego inseguro, el porcentaje de éxito aumenta y la posibilidad de transformar el vínculo crece. Para ello, los expertos recomiendan que las familias dejen a un lado la culpa y la verguënza y prioricen la comunicación con los menores con el fin de ayudar a su evolución personal.
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