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La mejor profesora de FP: «Hay varias formas de devolver la ilusión por el aprendizaje a los jóvenes»

Patricia Santos Campos, mejor profesora de FP por tercer año consecutivo en los premios Educa Abanca, explica el camino para que los alumnos vuelvan a tener ganas de progresas en sus estudios

«Muchos adolescentes eligen estudios para ganar dinero, no porque les gusten. ¡Es un gran error!»

En la imagen Patricia Santos Campos
Laura Peraita

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La profesora Patricia Santos Campos ha conseguido este año ser premiada por tercera vez como mejor docente de Formación Profesional en los Premios Educa Abanca. Explica que en esta profesión es difícil determinar si alguien es 'el mejor' docente porque tratamos con personas y contextos diferentes. «Estos certámenes tienen algo muy bonito y es que es el alumnado el que te considera merecedora del reconocimiento y dedica su tiempo a nominarte y explicar por qué debes ser premiada y en la segunda fase son docentes los que valoran con una rúbrica tu labor del año en concreto, los proyectos que has impulsado, el modo en el trabajas valores, cómo compartes el conocimiento y experiencias o cómo sigues formándote en áreas educativas. En mi caso, aunque pueda ser increíble, no me lo esperaba en ninguna de las ocasiones. La primera no conocía el certamen, en la segunda no pensé que pudiera ganarlo alguien por segunda vez porque no había ocurrido en ninguna etapa ni especialidad y, en la tercera, fue algo similar. Es cierto que estos reconocimientos tienen como objetivo mejorar la imagen de nuestra profesión poniendo en valor experiencias y prácticas educativas exitosas y creo que esto es importante».

Aseguras que te gusta el reto de trabajar con alumnos desorientados, de centros que viven en un contexto difícil. ¿Por qué?

Creo que la escuela debe ser una oportunidad para todas las personas y especialmente a estos centros acuden alumnos que suelen tener menos oportunidades. Si entendemos que la educación debe empoderar a las personas y permitirles su desarrollo personal y social, creo que el principal reto es ofrecerles espacios de aprendizaje personal, social y profesional que permitan responder a los desafíos del mundo actual, eso es lo que pretendemos en este tipo de centros tanto el profesorado, equipos de orientación, personal no docentes y equipos directivos. En un mundo que es volátil, incierto, complejo e interconectado es imprescindible desarrollar competencias que nos permitan resolver los problemas de la vida real, adquirir herramientas para aprender a lo largo de la vida y trabajar nuestra inteligencia emocional como pieza clave para relacionarnos positivamente a nivel social y con nosotros mismos.

La escuela debe ser una oportunidad en todo caso, pero aún más en centros de contexto difícil, debe ser una oportunidad para desarrollar nuestro espíritu crítico y ofrecernos herramientas para afrontar los cambios, y en el mundo actual, permitirnos desarrollar nuestra competencia digital. Y con esto no quiero decir que debamos dejar de lado la cultura, porque esto sería un error, pero, para aprender saberes constituidos, es imprescindible transmitir la importancia que tienen los conocimientos como elementos emancipadores para el ser humano, enseñar que lo importante es aprender, no sacar una 'nota'. La educación del 'ser' creo que es la base de cualquier educación y nos abre la puerta a la cultura, que es imprescindible.

Además, desde que tuve la oportunidad de trabajar en un centro con un contexto difícil me di cuenta de lo importante que es pasar alguna vez por ellos. Supone mirarse a un espejo, darte cuenta de tus carencias, te reta a aprender y a reflexionar sobre lo importante, sobre cuál es la base de todo, sobre el por qué has elegido esta profesión. No es cómodo en muchas ocasiones, pero necesario para dar sentido a nuestro trabajo bajo mi punto de vista.

¿Por qué se desilusionan los estudiantes en las aulas?

Porque no siempre siente que lo que aprenden está conectado con su vida real o sus intereses. En la Formación Profesional, esto puede ser aún más evidente si las prácticas o los contenidos no se relacionan directamente con las habilidades que necesitan en el mercado laboral. Además, la falta de motivación puede venir de metodologías poco dinámicas o de un entorno donde no se fomenta la creatividad ni la participación activa. Por eso, es fundamental escucharles, hacer el aprendizaje más práctico y cercano, y recordarles constantemente que tienen un gran potencial para conseguir lo que se propongan, implementar metodologías activas que les hagan protagonistas de la propuesta e invitarles a proponer y crear. También es esencial cambiar el paradigma, el modo en el que nos relacionamos condiciona el éxito de la relación pedagógica. El alumnado acude a la escuela con unas expectativas y objetivos y nos tienen que ver como personas que pueden ayudarles a alcanzarlo. Por eso hay que reflexionar bien sobre las propuestas que hacemos poniendo especial cuidado en lo que enseña cada una de las decisiones que tomamos, los medios y las formas también enseñan, a veces incluso más.

¿Cómo consigues motivarles, aumentar su autoestima y devolverles la ilusión por aprender y progresar?

Aunque no siempre se consigue con todos porque no siempre estamos en el momento para aprender por circunstancias vitales, para motivar a mis estudiantes, lo primero es conectar con ellos a nivel personal, entender sus intereses y preocupaciones. Intento que sientan que son importantes, porque lo son, y que lo que hacen tiene valor. Uso metodologías activas, en concreto apuesto por el aprendizaje basado en retos. Planteo retos que no solo les enseñen contenidos, sino que les permitan enfrentarse a desafíos reales. Por ejemplo, trabajamos en iniciativas con un impacto social positivo, como colaborar con causas solidarias o buscar soluciones a problemas de la comunidad. Esto les da un propósito mayor y les ayuda a ver cómo lo que aprenden en el aula puede transformar el mundo que les rodea. Los retos les permiten ver el impacto de lo que aprenden, y siempre les doy un feedback positivo, resaltando sus logros, por pequeños que sean.

También creo mucho en la importancia de darles confianza. Les animo a salir de su zona de confort, pero les apoyo en cada paso, haciéndoles ver que cometer errores es parte del aprendizaje. Les cuento anécdotas personales de las que he aprendido que se relacionan con nuestros objetivos de aprendizaje, anécdotas de todo tipo, pero especialmente de mis errores. Intento transmitirles que 'nada es imposible, pero tampoco gratis' y que si finalmente no lo alcanzamos hay que aprender a gestionar la frustración y enfrentar la realidad con resiliencia. Además, fomento el trabajo en equipo, la creatividad y la toma de decisiones, habilidades esenciales para su futuro.

¿Qué papel deben tener las familias en esta etapa para que sus hijos no desistan en el empeño de progresar en su formación?

Las familias tienen un papel fundamental en todas las etapas y también en ésta su papel es fundamental. En la Formación Profesional, el alumnado están en un momento crucial, donde necesita sentirse apoyado y valorado, no solo en el aula, sino también en casa. Las familias pueden ayudar mucho mostrándoles interés por lo que están aprendiendo, celebrando sus logros, por pequeños que sean, y recordándoles que la educación es un camino que vale la pena recorrer.

Es clave que exista una buena comunicación entre las familias y sus hijos. Escucharles sin juzgar, entender sus preocupaciones y estar disponibles para dialogar es esencial. Esto les hará sentir que no están solos y que cuentan con alguien que les apoya y comprende, incluso en los momentos difíciles.

También es importante que las familias no les presionen con expectativas poco realistas, sino que les animen a ir a su propio ritmo, respetando sus decisiones e intereses. Y, sobre todo, que les refuercen la idea de que el esfuerzo y la constancia son la clave para progresar, incluso cuando las cosas no salgan a la primera. Si logramos que los jóvenes sientan esa confianza y apoyo desde su entorno familiar, será más fácil que mantengan la motivación y la ilusión por formarse y crecer.

¿Crees que la FP ha logrado alcanzar el reconocimiento suficiente en nuestro país?

La Formación Profesional va dirigida a cualquier persona que quiera aprender de forma práctica y orientada a un entorno real, independientemente de su edad o situación. Aunque tradicionalmente se piensa en jóvenes que terminan la ESO o el Bachillerato, la FP es una opción ideal también para quienes buscan reorientar su carrera profesional, actualizar sus conocimientos o adquirir competencias específicas para incorporarse al mercado laboral.

La FP es para estudiantes que quieren aprender haciendo, que buscan una formación conectada con la realidad del sector en el que quieren trabajar. También es perfecta para quienes valoran itinerarios flexibles, ya que permite compaginar estudios con prácticas en empresas y, como en el nuevo modelo de FP, continuar creciendo académica o profesionalmente si así lo desean. En resumen, la FP está abierta a todas las personas que tengan ganas de progresar, de formarse en algo que les apasione y de entrar con fuerza en el mundo laboral

¿A qué alumnado va dirigida principalmente?

A cualquier persona que quiera aprender de forma práctica y orientada a un entorno real, independientemente de su edad o situación. Aunque tradicionalmente se piensa en jóvenes que terminan la ESO o el Bachillerato, la FP es una opción ideal también para quienes buscan reorientar su carrera profesional, actualizar sus conocimientos o adquirir competencias específicas para incorporarse al mercado laboral.

Es para estudiantes que quieren aprender haciendo, que buscan una formación conectada con la realidad del sector en el que quieren trabajar. También es perfecta para quienes valoran itinerarios flexibles, ya que permite compaginar estudios con prácticas en empresas y, como en el nuevo modelo de FP, continuar creciendo académica o profesionalmente si así lo desean.

¿Qué le dirías a las familias que solo se plantean la opción universitaria en sus hijos por desconfiar de la FP?

Les diría que no hay una única vía para el éxito, y que la Formación Profesional puede ser una opción tan válida como la universidad, dependiendo de los intereses y aptitudes de sus hijos. La FP no es un camino limitado; de hecho, cada vez más es una vía directa hacia un empleo estable, con formación práctica y adaptada a las necesidades del mercado laboral. Además, hoy en día la FP está muy valorada por las empresas, porque los estudiantes salen con habilidades concretas que pueden aplicar de inmediato en el trabajo.

Es importante que las familias entiendan que la FP no es un segundo plano, sino una elección estratégica. Además, con el nuevo modelo de FP, el alumnado puede continuar su formación académica si en el futuro deciden dar el paso hacia la universidad. Es decir, la FP no es una barrera, sino un trampolín que ofrece múltiples caminos.

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Sobre el autor Laura Peraita

En ABC desde 1994 como periodista de formación, empresa, motor. Desde 2011 al frente de ABC Familia, donde escribo y modero debates de lo más importante en la vida: nuestros peques, parejas y mayores.

Laura Peraita

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