Así afectan las redes sociales a las relaciones interpersonales y el ritmo de vida de los jóvenes

Según el estudio 'Nacer en la era digital: La generación de la IA', elaborado por Qustodio, los menores de 18 años españoles pasan una media de cuatro horas al día delante de las pantallas. De esas cuatro, casi una hora (59 minutos) la dedican exclusivamente a las redes sociales.

«Las redes sociales fortalecen la sensación de pertenencia y comunidad al ofrecer la posibilidad de conectarse con personas en cualquier lugar y mantenerse informados sobre temas de interés. No obstante, también pueden provocar comparaciones poco realistas o desajustes horarios, lo cual termina por afectar a actividades tan importantes como el estudio o el descanso», explica Delia García Moratilla, psicóloga de Blua de Sanitas.

Los menores de 18 años españoles pasan una media de cuatro horas al día delante de las pantallas. De esas cuatro, casi unahora(59 minutos) la dedican exclusivamente a las redes sociales. ¿Qué son las pantallas para los menores? ¿Cómo podemos entender su realidad?

Las pantallas representan para los menores una herramienta fundamental de comunicación, entretenimiento y aprendizaje. En su día a día, el entorno digital no es simplemente un complemento, sino un espacio donde interactúan con sus amigos, acceden a información y desarrollan parte de sus ideas. Para entender su realidad, es crucial reconocer tanto los beneficios como los riesgos del uso de las pantallas. Estas facilitan la socialización, el acceso al conocimiento y la creatividad, pero también pueden generar dependencia, por ejemplo, por el miedo a perderse algo (FOMO), afectar el bienestar emocional, aparecer ciberbulling grooming, exponer a una imagen distorsionada de la realidad 'fake news' y reducir el tiempo dedicado a otras actividades esenciales, como el estudio, el descanso y la interacción cara a cara.

¿Cuáles son las características que definen a los adolescentes?

La adolescencia es una etapa de transformación en la que los jóvenes construyen su identidad y exploran su lugar en el mundo. En este proceso, las redes sociales juegan un papel fundamental, ya que se han convertido en un espacio donde los adolescentes pueden expresarse y sentirse parte de una comunidad. El sentido de pertenencia es una característica clave de esta etapa, y las plataformas digitales refuerzan este sentimiento al permitirles interactuar constantemente con amigos, referentes e incluso desconocidos con quienes comparten intereses. Sin embargo, la adolescencia también se define por una tendencia a la impulsividad y la experimentación. Esto puede llevarlos a actuar sin medir las consecuencias, exponiéndose a riesgos como sobreexposición en redes, la comparación constante con modelos reales o la búsqueda de validación a través de 'me gusta' y comentarios. El impacto de estos factores en su autoestima y bienestar emocional puede ser significativo, generando ansiedad, estrés e incluso síntomas depresivos en algunos casos.

España es el país que más tiempo pasa en las redes sociales. ¿Deberíamos todos reflexionar sobre esto?

Reflexionar sobre nuestros hábitos digitales nos permite identificar si estamos haciendo un uso saludable de las redes o si, por el contrario, nos están afectando de manera negativa. Implementar hábitos como establecer horarios sin pantallas, priorizar la comunicación presencial y fomentar actividades fuera del entorno digital puede contribuir a recuperar un equilibrio saludable.

Y para que haya un equilibrio, para que no haya un uso abusivo, ¿qué propone usted?

En lugar de simplemente restringir su uso, es más efectivo proponer actividades que resulten iguales de estimulantes y satisfactorias. El deporte, las actividades artísticas, la lectura o el voluntariado son opciones que pueden despertar su interés y ayudarles a desarrollar nuevas habilidades. Participar en actividades presenciales les permite reforzar sus vínculos sociales de una manera más profunda y significativa, promoviendo interacciones cara a cara que son esenciales para su desarrollo emocional.

¿Qué influencia tiene el uso que le den los padres?

Los más jóvenes aprenden principalmente a través de la observación, el modelado o aprendizaje por imitación, por lo que, si ven que sus padres establecen un uso equilibrado de la tecnología, priorizan las interacciones cara a cara y gestionan su tiempo en pantalla de manera responsable, será más probable que adopten esas mismas conductas, especialmente si reciben un refuerzo o comentario positivo posterior. Es importante que los adultos también reflexionen sobre su propia relación con las redes sociales. Si constantemente están pendientes del móvil durante las comidas, respondiendo mensajes en momentos de convivencia familiar o utilizando pantallas antes de dormir, es difícil que los adolescentes comprendan la importancia de la desconexión digital.