La viuda de un guardia civil fallecido en Barbate se niega a que Marlaska le coloque una medalla: «No hubiera querido esto»
Ha sido durante la capilla ardiente que se ha celebrado en Pamplona
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El ambiente en el seno de la Guardia Civil de Pamplona ya era tenso desde que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció el sábado por la tarde su intención de acudir a la capilla ardiente de David Pérez Carracedo, uno de los dos agentes fallecidos después de ser arrollados por una narcolancha en Barbate (Cádiz). Pero ha terminado por explotar cuando el ministro se ha dispuesto a condecorarle a título póstumo. Visiblemente emocionada, la viuda ha rechazado que fuera el ministro quien colocara la medalla sobre el féretro.
No ha trascendido la imagen del momento, ya que la capilla ardiente se ha realizado sin presencia de medios de comunicación. Sin embargo, varias personas que han presenciado el momento han relatado a los periodistas que se congregaban en torno a la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona que ha sido un momento de gran tensión.
Según esos testimonios, la viuda ha gritado varias veces «mi marido no hubiera querido esto» cuando ha visto que Grande-Marlaska cogía la medalla y se disponía a acercarse al féretro, y de ese modo ha impedido que el ministro cumpliera su propósito.
Después de una tensión que ha durado varios minutos, el ministro del Interior ha optado por desistir y ha sido el agente que portaba la caja con la medalla quien la ha cogido y la ha colocado sobre la bandera de España que cubría el féretro. En ese momento se habrían escuchado en la sala, según fuentes presentes, aplausos entre los asistentes a la capilla ardiente.
ABC se ha puesto en contacto con la comandancia de la Guardia Civil de Navarra, donde han rehusado comentar la escena. En la delegación de la Asociación Unificada de la Guardia Civil en Navarra, por su parte, no se han mostrado sorprendidos por lo ocurrido cuando han recibido la llamada de este periódico. Consideran que se trata de una reacción «natural» ante la «dejadez» de medios que sufre el cuerpo.
Desde el Ministerio del Interior explican que lo ocurrido en la capilla ardiente «se trata de una ceremonia celebrada en la intimidad» y han optado por no dar más detalles de lo ocurrido. Además, Grande-Marlaska ha optado por abandonar la capital navarra después de su visita a la capilla ardiente y no ha acudido al funeral que se ha celebrado en la catedral de Pamplona. Al término del mismo se han escuchado gritos de «Marlaska dimisión».
Han sido cientos las personas que han llenado las inmediaciones de la catedral para mostrar su apoyo a familiares y amigos. También estaban allí muchos de los compañeros de David Pérez Carracedo, algunos muy emocionados. Han hecho un pasillo de honor y han recibido el féretro entre aplausos. A su llegada la banda de música de la Guardia Civil ha interpretado el himno de España y el cuerpo sin vida ha accedido al interior seguido de familiares, allegados y autoridades.
Pérez Carracedo, de 43 años, nació en Barcelona pero llevaba más de una década destinado en Pamplona. Era padre de dos hijos, de 6 y 9 años, y la familia se había asentado en la localidad navarra de Sarriguren, a escasos cinco kilómetros de la capital foral. Su trágica muerte se produjo en Barbate, donde le habían trasladado unas semanas antes como refuerzo en la lucha contra el narcotráfico.
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