Especulación y ambición
El intento de Pedro Sánchez es mezclarlo todo, como el caso de Begoña Gómez con las protestas contra las sedes del PSOE por toda España que arrancaron para protestar con la amnistía
Sánchez impone a Ribera en las europeas para remontar en las elecciones europeas
La trayectoria política de Pedro Sánchez está marcada por el sobresalto y la excepcionalidad. Su último movimiento está cargado de una sobredosis de estos ingredientes. Hay muchas especulaciones y muy pocas certezas sobre lo que significa la «carta a la ciudadanía» que Pedro Sánchez ... publicó ayer y en la que deja abierta la posibilidad de dimitir.
La ola de adhesiones de dirigentes del PSOE no podía ocultar la estupefacción que recorrió el partido en la tarde de ayer. Eran pocos, muy pocos, los que conocían la información. La sensación generalizada es que en este movimiento no hay una excesiva planificación, lo que no quiere decir que se trate de una improvisación. Sánchez siempre juega fuerte e improvisa poco.
El PSOE es un partido que desde los últimos seis años opera en una dinámica extremadamente personalista. No existe debate interno ni cuestionamiento de la figura del líder. Lo único unánime ayer fueron las adhesiones al movimiento de Pedro Sánchez. En todo su partido y entre sus socios parlamentarios, con matices entre estos últimos. Porque nadie se llama a engaño con Sánchez. A partir de ahí las posibilidades están abiertas. Solo una certeza. Sánchez no puede convocar todavía elecciones porque, según el artículo 115 de la Constitución, tiene que pasar un año desde la anterior disolución de las Cortes para poder hacerlo. Eso se cumplirá el próximo 29 de mayo.
En Ferraz había ayer cargos que apostaban por la convocatoria electoral. Algunos dirigentes que han compartido muchos años con él manifestaban que el hartazgo personal es sincero, pero un colaborador muy estrecho del presidente fijaba el marco: «Lo último es irse. Y el partido, a defenderse ya».
El intento es mezclarlo todo, como el caso de Begoña Gómez con las protestas contra las sedes del PSOE por toda España que arrancaron para protestar con la amnistía. El plazo de cinco días que Sánchez se ha autoimpuesto atenaza al partido. Tenía previstos dos actos en la campaña del PSC, el primero este mismo jueves. Y el sábado hay programado un Comité Federal. Atención a esto. Ese órgano aprueba las listas al Parlamento Europeo.
¿Sánchez candidato ante un eventual agravamiento del caso de su mujer? En el PP hay quienes se malician con ese movimiento. Los plazos ofrecen demasiadas incógnitas. El 9 de junio hay elecciones europeas. Sánchez ha impuesto a Teresa Ribera como candidata para ir con todo a esas urnas. Pero hasta este sábado nada es oficial. El PP sigue sin candidato para esa cita. Lo relevante del marco europeo se producirá después del verano, cuando se negocie el nuevo colegio de comisarios y los altos puestos de la UE. Los socialdemócratas tienen casi garantizado ocupar la presidencia del Consejo Europeo. Y, si Sánchez ambiciona un puesto así, el momento es propicio.
A estas horas son pocos los que saben qué va a hacer. Hay demasiadas dudas en el calendario. Un dirigente socialista lo explica así: «Es cierto que hay mucho hartazgo y esto es una forma de generar adhesión. Y de paso se habla de él y no de otra cosa». Elemental. Lo que cotizaba ayer con menos probabilidad es una dimisión sin más. La opción de una transición ordenada desde el poder siempre ha operado como hipótesis. En ese caso tendría que haber un nuevo proceso de investidura. Los nombres que suenan ahí son el de María Jesús Montero y especialmente el de Pilar Alegría. Elecciones. Resistir. Europa. Cuestión de confianza. O todo a la vez. Lo que todos tienen claro es que el tiempo de reflexión que Sánchez pide no es para rendirse.