El traspaso de Tráfico a Navarra: otra chapuza socialista para contentar a sus socios de Bildu

El traspaso de las competencias de Tráfico a Navarra fue anunciado a bombo y platillo por Bildu, que de esta forma escenificaba las concesiones que arrancaba al Gobierno de Pedro Sánchez por mantenerlo en el Palacio de la Moncloa.

Que fuesen los herederos de Batasuna los que dieran publicidad a la decisión; ni siquiera la presidenta foral, la socialista María Chivite, era un ninguneo evidente para ella, pero también una humillación para el Instituto Armado. Y ello porque Bildu no deja de ser la formación política sucesora de aquellos que defendían y jaleaban a los que asesinaban a sus agentes.

Lo más curioso de todo es que ni cuando se firmó el traspaso de la competencias ni ahora la Comunidad Foral está en condiciones de asumir la competencia porque no tiene los medios humanos ni materiales para ello.

Mandos de las Fuerzas de Seguridad describían con una frase gráfica lo que suponía el anuncio del traspaso: «Es un juego de políticos trileros -decían-. Una cosa es asumir una competencia y otra distinta es dar el servicio. Me quedan diez años para jubilarme (ahora serían nueve) y no creo que lo vea».

En términos prácticos, por tanto, la sentencia del Tribunal Supremo no va a tener consecuencias, ya que sigue siendo la Guardia Civil la que de facto gestiona el tráfico en la mayor parte de las carreteras navarras. Eso sí, obligará al Gobierno a retrotraer el proceso de cesión de la competencia al momento inicial y a actuar, esta vez sí, de acuerdo con la ley.