Santos Cerdán mantiene la interlocución con Ábalos y no le pide la dimisión
La número dos del Gobierno y del PSOE, María Jesús Montero, enseña la puerta de salida al exministro con un partido expectante y en estado de shock
Editorial | Los avales del presidente
Anticorrupción cifra en millón y medio la mordida de Koldo García por los contratos de mascarillas
![El exministro Ábalos (PSOE), esta semana saliendo del Pleno del Congreso](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/24/abal-U60534951868onB-Ruu2B7d8sDEJawoQn1nMW2L-1200x840@diario_abc.jpg)
Después de tres días de tormenta por el caso Koldo, con un PSOE expectante y en estado de shock ante las ramificaciones del escándalo, que salpican a varias administraciones del partido, José Luis Ábalos resiste. O dicho de otro modo, y el matiz no ... es menor, la dirección socialista de Pedro Sánchez evita pedirle que renuncie a su escaño del Congreso, donde se ha sentado esta misma semana en el pleno del miércoles y el jueves, cuando su antigua mano derecha en el Ministerio de Transportes ya había sido detenido por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y puesto en libertad con severas medidas cautelares, acusado junto a una veintena de personas, entre las que figuran su mujer y su hermano, de un presunto fraude millonario con contratos de mascarillas tanto con el Gobierno central como con algunas autonomías socialistas en lo peor de la pandemia.
Según ha podido saber ABC, han sido varios los contactos directos en los últimos días y horas entre Ábalos y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien ha evitado en todo momento pedirle la renuncia a su acta de diputado en la Cámara Baja.
El mismo Cerdán que el jueves presumió de «cortar por lo sano» ante cualquier caso de corrupción que afecte a la formación de la que es número tres. En esos contactos, Ábalos ha dejado claro que no procede ahora mismo su renuncia pese a la implicación de su antigua mano derecha, mucho más no siendo ya ministro. Salvo que haya novedades procesales en relación a su persona, lo que sólo puede pasar por su imputación en el caso, del que ya se ha levantado el secreto de sumario. Según fuentes del entorno del exministro consultadas por este periódico, eso sería «lo razonable», aunque trasladan que «los tiempos no son razonables», por las «urgencias» de algunos.
Todo esto se dirime en privado y en las alturas, mientras que en público el Gobierno intentó empujar un poco más fuera de su escaño a Ábalos. Lo hizo la vicepresidenta primera María Jesús Montero, durante un coloquio organizado por el Grupo Joly en Cádiz, donde de manera algo críptica señaló que «no puedo decir lo que el señor Ábalos quiere hacer o va a dejar de hacer. Yo sé lo que yo haría». Repreguntada sobre qué es lo que haría, y sobre si dejaría el escaño de encontrarse en una situación similar, le contestó al moderador del coloquio: «Usted sabe lo que yo haría».
Hasta ahora, la conducta del principal afectado por el escándalo y del partido en el que hasta hace no mucho tenía un destacadísimo papel como número tres, fruto de su estrecha relación de confianza con el secretario general, responde a patrones anteriores de otros escándalos similares. El propio Ábalos, que cierto es que no rehuyó a los medios en los pasillos del Congreso durante dos jornadas consecutivas, se acogió en primer lugar al secreto de sumario, algo tremendamente socorrido en estas situaciones.
Primera reacción en Rabat
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo la mala fortuna de que la detención de Koldo —el hombre que custodió durante toda una noche sus avales en las primarias de 2017, como el mismo líder socialista relató en su libro 'Manual de Resistencia', y al que incluso llegó a dedicar por la misma época encendidos elogios en las redes sociales— le sorprendiera durante su visita del miércoles a Rabat, donde fue recibido en audiencia por el Rey Mohamed VI.
En su comparecencia en el país vecino, con el gesto algo torcido, negó tajantemente cualquier vinculación entre el caso de las mascarillas y la destitución de Ábalos como ministro en 2021, dentro de una amplia remodelación de su Gabinete. En la delegación de Moncloa desplazada al viaje se trasladaba la impresión durante las primeras horas del escándalo de que Ábalos no tenía por qué dejar su escaño. «¿Se tiene que ir de España?» llegaban a interrogarse de manera retórica.
Al día siguiente, cuando el juez ya había tomado las cautelares sobre Koldo, fuentes del Gobierno insistían en minimizar la relación del exministro con el caso. «Asesores hay 100.000» aducían en relación al tándem Ábalos-Koldo. El propio exministro, en una de sus estelares colaboraciones televisivas, rebajó esa relación con Koldo García, negando incluso que se pudiese decir que era su mano derecha.
Y como en todo culebrón de este tipo que se precie, no ha faltado la sorpresa ante lo revelado. Pues el ínclito Koldo, según Ábalos, llevaba una «vida muy normalita». Continuará.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete