Suscríbete
Pásate a Premium

Sánchez presume de que España es «un socio fiable» y pide apertura a China para «no obligar a Occidente a replegarse sobre sí mismo»

El presidente del Gobierno participa en el Foro de Boao marcado por la reactivación del diálogo con el país asiático, la presidencia europea y la guerra de Ucrania

El Gobierno busca fórmulas para burlar el fallo sobre el coronel Pérez de los Cobos

El Consejo de Estado pide al Gobierno «más rigor» en sus leyes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso en el Foro Boao para Asia EFE // Vídeo: EP
Jaime Santirso

Jaime Santirso

Corresponsal en Pekín

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya está en China, donde durante los próximos dos días protagonizará una visita oficial marcada por la inquietud global ante la evolución de la guerra en Ucrania, y con la que espera apuntalar su envergadura internacional.

Su primera parada ha sido la isla meridional de Hainan. Allí ha aterrizado a primera hora de este jueves para participar en el Foro de Boao para Asia, una cumbre regional similar al Foro Económico Mundial de Davos. En su intervención, Sánchez ha presentado a España como «un socio fiable», «constructivo y responsable» ante «retos globales de una escala sin precedentes». Y ha instado a «abrir Oriente para que Occidente no tenga que replegarse sobre sí mismo».

Se trata del tercer desplazamiento del presidente del Gobierno en menos de una semana, tras la Cumbre Iberoamericana en República Dominicana y el Consejo de Europa en Bruselas, lo que ha propiciado reuniones «con más de cuarenta líderes mundiales de tres continentes distintos», tal y como ha incidido durante su discurso. «En todas las conversaciones he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere una fragmentación de la economía o la guerra».

Sánchez adelanta así el tono conciliador pero ambicioso que pretende emplear a su paso por el gigante asiático. Esta misma tarde pondrá rumbo a la capital, Pekín, donde este viernes se reunirá con el líder chino Xi Jinping. También con Li Qiang y Zhao Leji, recién elegidos como primer ministro y presidente de la Asamblea Nacional Popular respectivamente; es decir, las tres principales autoridades de la República Popular.

Triple propósito

El viaje tiene por contexto el quincuagésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Fuentes gubernamentales le conceden gran importancia ante la expectación generada, dicen, como una oportunidad para tratar de primera mano temas que atañen a la estabilidad mundial. La visita, añaden, cumple un triple propósito.

En primer lugar, reactivar el diálogo tras casi tres años de aislamiento a causa de la política de covid-cero, dando continuidad a la visita de Xi a España en 2018. En segundo lugar, preparar la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, que España asumirá en el segundo semestre del año, presentando el planteamiento español y recabando las expectativas chinas. Y, por último, abordar cuestiones relacionadas con desafíos globales. La más importante de todas ellas es la guerra de Ucrania.

China ha mantenido desde el comienzo de la invasión una pretendida neutralidad que esconde en realidad un apoyo implícito. El régimen nunca ha criticado la agresión, sino que ha apoyado el argumentario ruso mientras incrementaba sus importaciones para sostener su economía ante las sanciones de la comunidad internacional, las cuales se ha cuidado de vulnerar. Sin embargo, a consecuencia del enquistamiento del conflicto, en las últimas semanas China ha adoptado una posición más activa.

Buena prueba de ello fue la publicación a finales de febrero de un documento –equivocadamente caracterizado a menudo como un «plan de paz»– que recoge de manera general su posición ante la guerra y los ambiguos principios de una hipotética «resolución política». Actores diplomáticos de varios países occidentales reconocían a ABC la parcialidad de esta declaración, pero celebraban que el régimen hubiera abandonado la pasividad con un texto que, además, «revela sus contradicciones».

Silencio ucraniano

La más evidente de todas ellas es que Xi todavía no ha intercambiado palabra alguna con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Hay rumores de que podría hacerlo de manera inminente, aunque solo fuera para mantener su apariencia de equidistancia tras su viaje a Moscú la semana pasada, donde mantuvo un amistoso encuentro con Vladímir Putin. Ayer Zelenski elevaba la prensión extendiéndole una invitación a visitar Ucrania, durante su entrevista con la agencia estadounidense 'AP'.

Por todo ello, una de las aspiraciones fundamentales de esta visita oficial pasa por conocer de primera mano los planes de Xi. Antes de salir para China, el propio Sánchez afirmó durante una conferencia de prensa en Bruselas que la paz debe ser «justa y duradera», lo que conlleva que «la integridad territorial de Ucrania, que ha sido violada por Putin, sea respetada». Para la UE, la posibilidad de que China envíe armamento a Rusia representa una flagrante línea roja.

España logra, con esta visita, un puesto privilegiado en la agenda de China tras la reapertura diplomática, adelantándose al presidente francés Emmanuel Macron y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, que llegarán a principios de abril en un viaje anunciado con varias semanas de antelación al español. Asimismo, fuentes involucradas en el proceso han reconocido a ABC la extrañeza de la participación en el Foro de Boao, una institución asiática poco relacionada con la política exterior española.

Todo ello apunta que China habría acelerado la visita de Sánchez, para afianzar el papel del régimen como supuesto «agente de paz» ante uno de los países menos críticos y más influyentes de Europa, con quien comparte además una historia de relaciones amistosas.

En esa línea se ha expresado hoy el primer ministro Li Qiang durante su discurso en Boao, el primero desde su nombramiento. Este ha expresado su rechazo a una nueva Guerra Fría y a «sanciones unilaterales», asegurando que China siempre ha desempeñado el papel de «constructor de la paz mundial y defensor del orden mundial».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación