Sánchez y Díaz sellan su acuerdo de coalición sin mencionar la amnistía
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han presentado las medidas en el Museo Reina Sofía
PSOE y Sumar prometen reducir la jornada laboral, subir el SMI y orillan sus desacuerdos
Sigue en directo la última hora sobre las negociaciones para investir a Sánchez como presidente
El PP critica con ironía la «sorpresa» del pacto y exige a Armengol una fecha para la investidura
Cuarenta y ocho páginas de acuerdo de Gobierno encabezadas por las siglas del PSOE y de Sumar, un acto de postín en una de las principales salas del Museo Reina Sofía para presentarlo, sendos discursos del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ... y de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ante la plana mayor del Ejecutivo y de la cúpula de sus respectivas formaciones... y ni una palabra, oral o escrita, sobre la amnistía, la clave de bóveda de la investidura que Sánchez trata de lograr con el imprescindible apoyo de los independentistas catalanes, y muy en particular del prófugo Carles Puigdemont, que exigen ese olvido legal de los delitos relacionados con el ‘procés’. Y para la que aún no hay fecha, más de veinte días después de que el secretario general del PSOE fuese designado por el Rey.
Tras la negociación durante todo el lunes de los últimos flecos, en la que se implicaron personalmente Sánchez y Díaz, ambas formaciones anunciaron a primera hora de este martes el acuerdo. A mediodía los líderes del PSOE y Sumar lo presentaban, sin preguntas de la prensa, y enfatizaban su alto grado de coincidencia entre aplausos de los suyos.
«Querido presidente, sé que no siempre estamos de acuerdo, sé que llegar a acuerdos es difícil. Pero también sé que lo único que nos mueve es defender a España y a sus gentes. Y que siempre encontramos la forma de seguir avanzando», enfatizó Díaz, antes de que Sánchez tomase la palabra para reivindicar que «es mucho lo que se ha hecho y queremos que se sepa».
El acto, obviamente, no tenía ni el halo de novedad ni la carga de morbo político del abrazo que Sánchez se dio con Pablo Iglesias hace cuatro años, tras meses de fuertes discrepancias, y que abría la puerta al primer Gobierno de coalición de la democracia, que ahora se aspira a revalidar. Con Sumar, como antes con Unidas Podemos, el PSOE se queda lejos (152 escaños) de una mayoría para gobernar, que de nuevo tendrá que buscar con nacionalistas e independentistas vascos y catalanes.
En cuanto al texto, ambas formaciones se ponen el listón de alcanzar el «pleno empleo», prometen reducir «la jornada laboral máxima legal sin reducción salarial para establecerla en 37 horas y media semanales», aunque de manera progresiva hasta 2025, así como subir el Salario Mínimo «garantizándose en el Estatuto de los Trabajadores que aumentará acompasado al 60% del salario medio».
Suprimir vuelos cortos
El acuerdo tiene también su acento verde, con propuestas reclamadas por los grupos ecologistas como eliminar determinados vuelos cortos entre ciudades españolas siempre que exista una alternativa viable en tren, algo de lo que presumió especialmente Díaz durante su parlamento. Fuentes conocedoras de la negociación relatan que el PSOE puso especial cuidado en que no se afectase a los vuelos internacionales o a las conexiones con los mismos.
En el ámbito institucional, y de manera algo ambigua, se abre la puerta a rebajar las mayorías cualificadas para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el objetivo declarado de impedir «que la deslealtad constitucional de algunos actores políticos afecte al prestigio y a la salud de las instituciones públicas». Sumar peleó, sin éxito, por un enunciado menos críptico en esa materia.
Del texto sobresalen los acuerdos entre ambos partidos, como el impulso a la ley de paridad, a la educación infantil gratuita, modificar los despidos para darle más garantías al trabajador o el estatuto del becario, una de las grandes banderas de Díaz como ministra de Trabajo, y quedan más disimulados o directamente excluidos los desacuerdos. Nada de la herencia universal, una de las propuestas ideológicas que con más ahínco defendió Sumar en campaña.
Ni del Sahara Occidental, tras el volantazo pro marroquí de Sánchez, y ni palabra de la OTAN, la organización de la que la vicepresidenta ha sido durante toda su carrera una furibunda detractora y que Sánchez defiende a marchamartillo. A cambio, y sin salir del ámbito internacional, PSOE y Sumar se comprometen al reconocimiento de Palestina, si bien es algo que ya aprobó el Congreso en 2014 con el apoyo del PP. Además, la izquierda vuelve a prometer acabar con la ‘ley mordaza’ de Rajoy. Igual que en 2019, y ahí sigue.
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