El PSOE se ve arrinconado ante el pulso entre ERC y Junts
Aragonès se burla del Gobierno al decir que cederán al referéndum igual que a la amnistía y los socialistas culpan al PP de darle «una plataforma electoral»
El fiscal general niega por segunda vez al Senado un informe sobre la amnistía
![El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, al inicio de la sesión de la Comisión General de Comunidades Autónomas celebrada este lunes en el Senado en la que se debatirá la ley de amnistía](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/04/08/aragones-Rq1LuuQNkDsULoJZQdIq88H-1200x840@diario_abc.jpg)
De nada ha servido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la plana mayor socialista se hayan esforzado en vender que con la amnistía se «pasa página» a la división en Cataluña y empieza un capítulo de concordia, porque el independentismo, insaciable ... e instalado ya en la precampaña electoral catalana, ha vuelto a arremeter con medidas inconstitucionales y que amenazan la igualdad entre españoles. Ideas sacadas del primer 'procés' con las que el presidente de la Generalitat amenazó ayer en el Senado: referéndum y nuevo pacto fiscal.
Pere Aragonès se burló ayer del Gobierno de Sánchez al asegurar que cederá a la consulta para la independencia de Cataluña igual que hizo antes con la amnistía y los indultos. Y eso que la semana pasada dijo que iba a ir al Senado a «trolear» al PP. Las palabras del también candidato de ERC tienen dos derivadas: por un lado, busca exhibir la debilidad parlamentaria de Sánchez, que le obligó a enmendar su estrategia y cambiar de opinión; y por otro, la de no quedarse atrás en la carrera por ser más independentista que nadie, después de que el líder y candidato de Junts a las catalanas, el prófugo Carles Puigdemont, planteara hace unos días desde Francia que solo él es capaz de doblarle el brazo al Estado y criticara la connivencia de ERC con el PSOE en Madrid. Los independentistas se crecen ante su electorado sirviéndose de los volantazos del PSOE para proyectar su campaña.
Un alto cargo del PSOE admitía ayer que el hecho de que Junts y ERC recrudezcan la batalla por la Generalitat y el liderazgo del independentismo «estrecha» el espacio del candidato socialista al 12 de mayo, Salvador Illa, y revienta el discurso de que con su estrategia de acuerdos y diálogo se amansa al soberanismo.
Al contrario, esta justa separatista tiene al PSOE y al PSC sitiados en el marco argumental de la negociación de un hipotético referéndum independentista que ministros y dirigentes socialistas intentan neutralizar sin éxito. La oposición tira más leña al fuego y PP y Vox advierten también que Sánchez es capaz de todo «por seguir en el poder».
Ayer, la portavoz del PSOE, Esther Peña, tuvo que contradecir una vez más a Aragonès después de que diera por hecho en la Cámara Alta que Sánchez pasará por el aro para convocar una consulta para la independencia y aceptará negociar un nuevo sistema de financiación para Cataluña. «Los socialistas hemos sido y somos tajantes a este respecto, no hay ni habrá referéndum», respondió Peña en Ferraz y luego añadió: «Esas fórmulas divisivas pertenecen al pasado y los socialistas estamos trabajando con Salvador Illa codo a codo para construir un futuro en Cataluña de grandes acuerdos y convivencia, un futuro mejor para España y Cataluña, sin fracturas».
Hace unos días, desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra portavoz y el titular de Presidencia, Pilar Alegría y Félix Bolaños, quitaron trascendencia al asunto del referéndum al asegurar que son mensajes electoralistas de Junts y ERC de cara a las elecciones. En esa rueda de prensa, Bolaños también confirmó que el Gobierno impugnará ante el Tribunal Constitucional la decisión de la Mesa del Parlament de admitir a trámite en febrero una iniciativa legislativa popular (ILP) para la independencia. «Estamos en contra de la tramitación de cualquier ley aislacionista en Cataluña», aseguró entonces el ministro. «Vamos a escuchar muchas cosas y muchas cosas no son ciertas, como esta que usted me pregunta, el Gobierno apuesta por un acuerdo y el diálogo», añadió, apelando al contexto electoral.
Aprobado el informe
En este sentido, incómodos y arrinconados por la batalla catalana, los socialistas sacaron ayer el comodín de atacar al PP y acusarle de convertir la sesión parlamentaria en un altavoz para Aragonès. «El circo que querían en el Senado le ha quedado deslucido al PP, ha faltado parte de la plantilla presidencial de su partido», dijo Peña, señalando que no estuvieron presentes todos los presidentes autonómicos populares. «Esta sesión de hoy en la que no se ha guardado el decoro y las formas, ha parecido más una plataforma electoral para Aragonès que para dilucidar cualquier cuestión territorial que tenga que ver con el país», añadió.
La portavoz socialista se expresó así porque las declaraciones de Aragonès fueron durante la Comisión General de las Comunidades Autónomas, órgano presidido por el PP. El ataque que Aragonès pretendía llevar a cabo con el PP en dicho foro, como él mismo anunció hace solo unos días diciendo que iba a ir a «trolearles», se convirtió en realidad en uno contra el PSOE, al que dejó en evidencia durante su intervención, al recordar que muchos de sus dirigentes -nombró a Miquel Iceta, Illa o el propio Sánchez- decían que la amnistía era imposible y que ahora ya no lo es. «Ahora, la amnistía es inevitable, como lo van a ser el referéndum y la financiación singular», amenazó durante el debate de la comisión, que aprobó finalmente el informe de la ponencia con 36 votos a favor y 24 en contra.
El suyo fue un discurso sin novedades, pero que dejó claro el cambio de opinión que el resultado electoral, y no la búsqueda de la convivencia, obró en el socialismo. «Recuerdo ahora lo que decía Illa -'ni amnistía ni nada de eso'- y también Iceta. Hay muchos ejemplos del Gobierno, del PSOE… también por supuesto de dirigentes del PP y Vox, y todos decían que era inconstitucional, que no tenía cabida. A dos días de las elecciones, Pedro Sánchez manifestó que el independentismo quería amnistía y referéndum, pero que no había habido amnistía ni referéndum. Pues bien, de un día para otro la amnistía dejó de ser inconstitucional e imposible como pasará con el referéndum. Votar jamás puede ser un delito», señaló.
El presidente de Cataluña reiteró que, «tras la aprobación inevitable de la amnistía», llega el momento del referéndum, pero sin ver la primera como un punto de reconciliación. «Jamás olvidaremos la violencia judicial y los años de cárcel y de exilio», señaló en referencia a Puigdemont, Rovira, Comin y otros huidos de la Justicia. Aragonès reseñó que, además de la amnistía y del referéndum, «se debe negociar a la vez una financiación singular para Cataluña», otro de los asuntos que ERC ha puesto sobre la mesa, sin que el Gobierno se haya negado a ello. «Por mucho que griten, seguiremos defendiendo los derechos de los catalanes. Nadie nos da miedo. Es nuestra obligación defenderles del odio y el desprecio» y del estrangulamiento económico que, según Aragonès, sufre su comunidad. Un déficit de 22.000 millones que quieren que el Estado enjuague con una negociación singular para Cataluña.
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