ELECCIONES CATALANAS
PP y Vox recrudecen su pugna en un escenario de máxima igualdad
Feijóo endurece su discurso en campaña para concentrar voto de los descontentos con Pedro Sánchez
Más de 80.000 firmas animan a no votar al Partido Socialista de Illa
![Alberto Núñez Feijoo, en un acto de campaña este martes en Cornellá (Barcelona)](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/07/FeijooCornella-R0qMGOhEVh8BeOJ2aHk4cmK-1200x840@diario_abc.jpg)
Nada más salir de la boca de metro de Sant Ildefons, en pleno corazón de Cornellá, se vislumbra que se trata de territorio Illa. Una carpa del PSC preside la avenida principal de esta población cercana a Barcelona, donde la inmigración se hace notar ... al paso de un colegio público. Y aquí, donde los socialistas llevan décadas ganando las elecciones, acudía ayer Feijóo a buscar el voto para un Alejandro Fernández estancado, al que las encuestas sitúan lejos de los augurios de los primeros días y cada vez más cerca del empate con Vox. Una batalla que parecía superada y a la que el PP mira de reojo en este final de campaña catalana en la que el objetivo, más allá de crecer -inevitable no hacerlo viniendo de los tres escaños obtenidos en 2021-, es quedar por delante de los de Abascal. Y no parece una tarea sencilla.
Si hay algo que ha caracterizado a la campaña catalana desde antes incluso de empezar es su virulencia. Una lucha en el barro en la que el PP de Feijóo no se siente nada cómodo. Su mensaje, centrado en las ideas y en un nuevo modelo para Cataluña alejado del independentismo, no cala en medio de la polarización. Sí lo hace el de Vox, más crudo y radical. Directo al corazón. Llamando a las cosas por su nombre a riesgo de perder algún votante por el camino. Una lucha por el espacio de la derecha que el PP desdeñó en el inicio de la campaña, más centrado en atacar el flanco del centro con los descontentos del PSC que de plantar cara a los de Abascal.
Y por ahí, según muestran los últimos sondeos, se le han escapado un puñado de electores que pueden complicar su ascenso. Incluido el cuarto puesto, «primera fuerza constitucionalista» como se empeñan en repetir, que algunas de esas encuestas sitúan en manos de Vox.
El sol que luce en Barcelona a mediodía se torna en lluvia a pocos minutos del inicio del mitin de Feijóo. Problema inesperado para el líder del PP, obligado a esperar hasta que las nubes dan una tregua. Los simpatizantes, que aguantan estoicos con las primeras gotas, corren a refugiarse cuando arrecia la lluvia. Un bien escaso en Cataluña estos días que no tarda en devolver el cielo azul a los vecinos de esta localidad cercana a Barcelona. Allí, Feijóo trató ayer de endurecer su discurso, aunque sin salirse del guion del resto de campaña. Dardos dirigidos a la gestión de los separatistas y el PSC, a los vaivenes de Pedro Sánchez y a los problemas que golpean a Cataluña. Ni una sola referencia a Vox. Si acaso alguna velada, como cuando pidió «a todos los que estén descontentos con Sánchez concentrar el voto en la papeleta del PP. Sumar votos es multiplicar escaños. Si queremos acabar ya con el 'procés', os propongo concentrar el voto, no dividirlo».
Feijóo incidió de pasada en uno de los principales nichos de los de Abascal que está muy presente en Cornellá. «Le pido el voto a los que están a favor de la inmigración legal, pero los que no admiten que la inmigración ilegal se quede en nuestras casas, ocupando nuestros domicilios y nosotros no pudiendo entrar en nuestras propiedades», indicó, al tiempo que puso como ejemplo Badalona, la principal ciudad catalana donde gobierna el PP y en la que Xavier García Albiol ha aplicado mano dura contra la okupación y la inseguridad.
Abascal, volcado
El líder del PP continuó su discurso centrando el mensaje en Sánchez, al que acusó de «ser una fábrica de bulos» y haber «hecho la carta para victimizarse». «¿Qué le ocurriría a un presidente al que le estuvieran investigando a su entorno en un juzgado? Si fuera yo, no me dejarían hablar ni celebrar este mitin», sentenció el gallego, que volverá mañana a Cataluña para arropar a Alejandro Fernández en los dos últimos días de campaña y contribuir así a equilibrar la batalla con Vox.
Santiago Abascal ejercerá de escudero de Ignacio Garriga en la recta final. Ayer cerró un acto en Barcelona en el que volvió a soportar una concentración de autodenominados «antifascistas» con gritos como «Santi, pardillo, tu boca en el bordillo» o «nazi muerto, abono pa' mi huerto». El líder de Vox no se irá de Cataluña en toda la semana, consciente de la importancia de su figura para atraer el voto indeciso de la derecha. En total, cinco actos en cuatro días. Un sprint final sin tiempo para el descanso, en el que Abascal recorrerá todas las provincias en busca de los votos que puedan mantener a su formación como cuarta fuerza en el Parlament.
Se da la circunstancia de que, por primera vez, la campaña de Vox está dirigida desde Cataluña y no la gestiona la dirección nacional, pero el apoyo del líder esta semana se entiende como clave para el resultado final y de ahí el reclamo que ha hecho su número dos y candidato en Cataluña. Abascal solo ha estado ausente de la campaña el pasado lunes, pero sustituyó esa ausencia con la publicación de la carta dirigida a Feijóo pidiéndole un frente común contra Sánchez, en la que sin embargo no escatimaba en reproches a los populares. Una carta que no gustó en Génova, donde la dirección nacional del PP evitó un choque que resultó inevitable ayer en el Congreso.
Cruce en la Cámara Baja
La tensión entre las dos formaciones cristalizó ayer en la Cámara Baja, donde sus portavoces se lanzaron reproches en plena campaña catalana. El silencio del PP, la ausencia de respuesta, exacerbó los ánimos de Vox. «Intolerable», clamó Pepa Millán, portavoz de la formación derechista, en alusión a la decisión de Génova de no contestar siquiera a la carta enviada por Abascal. «Desdén», apostilló, informa Juan Casillas. En el PP, por su parte, criticaron que la misiva se enviase al receptor a la vez que a la prensa, en un movimiento que entienden electoralista.
«Una vez más, Vox se equivoca de adversario», señaló el popular Miguel Tellado en la sala de prensa. «El PP insiste en el mismo error: siempre que le hemos tendido la mano, nos hemos encontrado que se la tiende al PSOE», había dicho antes Pepa Millán. Reproches que afloran la batalla que ambos mantienen en Cataluña por un espacio que parecía conquistado por el PP tras las últimas generales, pero el mensaje directo y duro de Vox en la campaña catalana ha hecho que las tornas se equilibren.
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