Podemos desprecia la reconciliación con Sumar mientras Yolanda Díaz mira desde la barrera
Los de Belarra niegan el diálogo formal con el partido de la vicepresidenta, que sí apunta ya a contactos discretos
Belarra renovará parte de la dirección de Podemos que heredó de Iglesias

La cosa está que arde y el pulso entre Sumar y Podemos por la supervivencia, cada día más candente ahora que vuelven a escenificar la falta de acuerdo en torno a la unidad de la izquierda alternativa al PSOE. Sin elecciones a la vista, ... por el momento, ambas formaciones han comenzado ya engrasar sus respectivas maquinarias electorales, especialmente la de Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo, a la que se le multiplican los frentes de guerra (actualmente, está inmersa en su particular batalla con Hacienda por la tributación del salario mínimo), cambió de discurso hace apenas tres semanas para tender puentes con la formación morada, con la que ahora desea reconciliarse de cara a unas próximas generales y reeditar la coalición del 23-J que permitió a Pedro Sánchez reeditar su Gobierno de coalición, esta vez, con Sumar en vez de con Unidas Podemos.
Un giro de guión que coincide, además, con el revés de su proyecto en los sondeos al tiempo que los de Ione Belarra ganan terreno y le recortan cada vez más puntos en los sondeos. por más que Díaz insista en que «las encuestas son fotos de un día». Esto, unido al hecho de que el regreso de Irene Montero a la primera línea de la política nacional está a la vuelta de la esquina, ha provocado que Díaz haya comenzado a verle las orejas al lobo. La líder de Sumar, que dice estar siendo «clarísima» y que pretende hacer creer a la opinión pública que este tono reconciliador viene de atrás, opina ahora que «no hay ninguna circunstancia significativa que pueda justificar no caminar juntas» y que «quien no quiera estar ahí lo va a tener que explicar» en clara alusión a la formación morada, a la que pide «altura de miras» con el país, dejando caer que la pelota siempre ha estado en su tejado y no en el de Sumar.
Encontrar culpables de su división
Por el camino, trata de encontrar culpables de su división relegando al olvido, entre otros asuntos, los vetos en las listas electorales del 23-J gracias a los cuales Díaz consiguió dejar fuera de Sumar a dirigentes morados como la exministra de Igualdad o Pablo Echenique. Voces internas de Movimiento Sumar aseguran, además, que ellos «nunca» han querido fuera del espacio Podemos ni dicho «jamás» que estuvieran contentos con la ruptura parlamentaria de diciembre de 2023. Con unas palabras u otras, insisten en haber transmitido siempre el mismo mensaje aunque sí admiten que si hay algo que ha acelerado todo esto es el contexto geopolítico internacional, y en especial, el auge de Donald Trump y Elon Musk, al igual que opinan que la aprobación de la reducción de la jornada laboral y del salario mínimo han acelerado la necesidad de Podemos de «sacar cabeza» con el adelanto de su congreso ordinario a abril, que, salvo sorpresas, perpetuará en el poder al tándem Belarra-Montero.
Pero las versiones son contradictorias en estos momentos. El partido de Belarra niega que se haya producido cualquier tipo de diálogo formal con Sumar, que, sin embargo, sí da a entender que existen ya contactos «discretos» entre ambas formaciones. Son varios los dirigentes de Podemos que aseguran que no existen conversaciones a nivel de dirección nacional, pero tampoco territorial, donde Sumar asegura lo contrario con la vista puesta ya en los comicios de Andalucía y Castilla y León, los más próximos en el calendario.
No obstante, admite Podemos que, llegado el caso, tendrán que hablar con otras organizaciones, pero que ahora mismo están centrados en volcar todos sus esfuerzos en el rearme del partido tras años difíciles y la que insiste en llamar «operación Sumar para acabar» con ellos. «No estamos mirando a ninguna fuerza y mucho menos a Sumar», sentencian. «Nosotros mantendremos los debates con los tiempos que marquemos en Podemos. La cuestión de las alianzas caerá por su propio peso», trasladan fuentes internas, que consideran que en estos momentos se trata de una discusión «manida » y «contraproducente».
Los aliados de Sumar arropan el guro de discurso de Díaz y su apertura al diálogo con los morados en pleno relanzamiento del proyecto
De acuerdo con la versión de Podemos, Díaz parece haber tirado la piedra y escondido la mano, ya que la líder de Sumar no se habría puesto aún en contacto con Belarra y estaría esperando de brazos cruzados a que fuese ella quien moviera ficha. Algo que parece poco probable, dado que, hasta la fecha, la formación morada ha optado por ignorar la llamada a la unidad de Sumar. En público, sus dirigentes no hacen sino regatear las preguntas de los medios para no contestar si se plantean o no reeditar el pacto. Sus dirigentes se salen por la tangente y acusan a Díaz de estar ejerciendo de altavoz de un PSOE cuya voluntad es llevar a cabo un adelanto electoral ante la debilidad de su actual Ejecutivo. Una eventual cita con las urnas a la que, por cierto, la vicepresidenta segunda no sabe aún si se presentará. «Tengo que tener un debate conmigo misma», ha llegado a decir.
No sólo desprecia Podemos la mano tendida de Díaz, sino que además opta por agitar una coalición electoral de Sumar con el PSOE, entre los que existen «pocos matices», opinan fuentes de la cúpula morada, al tiempo que afirman que poco les une ya con los magentas. «Ni estratégica ni políticamente», sentencian. En este sentido, y tal y como han trasladado a sus bases a través de un comunicado, consideran que los socialistas son los que deberán hacerse cargo e integrar a Sumar o, al menos, a los sectores que ven más supeditados a Ferraz.
En cuanto a los aliados de Sumar, si bien IU ha llevado la voz cantante en la propuesta de una sola candidatura, el resto también arropa el reciente giro de Díaz y la apertura al diálogo con Podemos en pleno relanzamiento del proyecto con vistas a su segunda asamblea estatal, prevista para los días 29 y 30 de marzo. De hecho, hay quien considera que este proceso congresual, que culminará con el rediseño de sus, tesis política y orgánica, además de la elección de los dos nuevos coordinadores generales de la formación, en la interinidad desde su paso a un lado el pasado mes de junio, tiene mucho que ver en este cambio de tono. Es el caso de Compromís, que dice no sentirse interpelado por los procesos de unidad de la izquierda, o los comunes. Más Madrid no acoge, sin embargo, la oferta de reconciliación con el mismo entusiasmo. Opinan los de Mónica García que no estamos en campaña electoral, por lo que hablar de estos problemas solo hace un «flaco favor» al espacio.
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