La papeleta clave de los indecisos: un 15,9% elige entre hoy y mañana
Los últimos sondeos señalan cierto estancamiento de Illa y una mayor progresión de Puigdemont
ERC es el partido con mayor franja de votante no convencido, decisivo para saber si el secesionismo suma mayoría
El municipio que anticipa quién será el ganador de las elecciones en Cataluña: el conocido como 'Ohio catalán'
La ventaja de Junts tensiona a ERC y condiciona los pactos
![El candidato del PSC, Salvador Illa, en el acto de cierre de campaña en Pavelló Vall d'Hebron](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/10/CierreIlla-RhQG2AMJcjU81YicFZFtnFN-1200x840@diario_abc.jpg)
Nunca tan pocos votos pueden decidir tanto. Los partidos cerraron ayer la campaña de las elecciones catalanas, unos comicios en los que, más que nunca, la fragmentación y el número de personas que se declaran indecisas hacen casi imposible hacer un pronóstico, no solo del ... resultado aproximado sino de las múltiples combinaciones -o ninguna si la situación es de vetos cruzados y de bloqueo- que pueden surgir de las urnas mañana. La victoria de Salvador Illa (PSC) no parece discutible -aunque los últimos sondeos señalan que Carles Puigdemont (Juns) se le acerca-, algo no obstante que no garantiza que pueda llegar a ocupar la Generalitat y dejar atrás 14 años de gobiernos independentistas marcados por la quiebra social y política que ha supuesto el 'procés'.
Casi más importante que el resultado de Illa es conocer si la suma de los partidos independentistas alcanza el mínimo de 68 escaños en los que está fijada la mayoría absoluta, un escenario que las encuestas no parecen ahora anticipar de manera rotunda pero que no es descartable si se atienden las estimaciones por la parte alta de las horquillas y si se ha producido, en los últimos días de campaña, hoy mismo durante la jornada de reflexión o mañana antes de depositar el voto, una movilización no detectada. Algunos datos para añadir emoción al momento: si bien un 46% de los catalanes afirmaba tener decidido el voto mucho antes del inicio de la campaña, un 12,1% dijo que iba a hacerlo al comienzo; un 22,8% durante la última semana; un 6,9% durante la jornada de reflexión y hasta un 9% el mismo día de las elecciones. Comicios de 'foto finish', tal y como señaló la encuesta del CIS publicada el pasado lunes, el último día permitido por ley para dar a conocer sondeos.
Es por ello que en todos los partidos se traslada un mensaje de cautela: un 15,9% de los catalanes decidirá su voto entre hoy y mañana, cifra que ya es de por sí significativa y que aún lo es más cuando se cruza con la que aportan otros trabajos demoscópicos. Es el caso del trabajo que dio a conocer el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, unos días antes, y que apuntaba que dentro de la franja de indecisos, el mayor porcentaje (un 21%) se da entre quienes dudan si votar al PSC o a ERC. Es decir, un voto que no solo oscila entre dos partidos sino entre los dos bloques principales -independentistas y constitucionalistas-, con el consiguiente impacto que ello puede tener en la posterior política de pactos y la posibilidad de que la suma de partidos secesionistas supere las 68 actas.
Progresión parada
El resto de indecisos oscila entre opciones menos desequilibrantes en cuanto a bloques, pero sí muy preocupantes para Esquerra, partido que, desde que Carles Puigdemont anunció su canditatura con Junts, no ha dejado de retroceder. Al respecto, el trabajo del CEO señala que además de quienes dudan entre PSC y ERC, un 20% no sabe si votará a Esquerra o Junts, un 12% pivota entre ERC y la CUP y un 10% entre ERC y los Comunes.
Es decir, hasta un 63% del voto indeciso mañana atañe a ERC, el partido cuyo resultado será clave para conocer lo que le depara a Cataluña los próximos años, más cuando las dudas que manifiestan sus votantes -trasladables a lo que sucede en su cúpula directiva- aluden también a la política de pactos, tal y como desveló en este caso el trabajo de GAD3 para ABC. Dicho estudio, en coincidencia con lo que también trasladaba el del CEO de la Generalitat, apuntaba que los votantes de ERC están divididos prácticamente en dos partes iguales en cuanto a la preferencia del gobierno para los próximos años: el 37% quieren reeditar la coalición de gobierno con Junts que funcionó entre 2015 y 2022 -cuando estos abandonan el Govern-, mientras que el 39% prefieren que la Generalitat esté en manos de una coalición de izquierdas con Illa. En ambos casos, siempre como segunda fuerza.
El resultado de ERC, su capacidad de aguante más bien, será pues determinante para saber si el independentismo conserva el Govern, en cuyo caso lo hará presidido por un Carles Puigdemont que durante estos días redobla sus mensajes apelando al voto útil independentista. Los sondeos más recientes -'publicados' en el extranjero para sortear la ley electoral- parecen confirmar que el llamamiento del fugado está funcionando -con flujo de votos a Junts desde ERC, Aliança e incluso la CUP-, con una progresión que le acerca a Illa. La victoria de Puigdemont dentro del bloque independentista nadie la discute: la duda está en si la suma con el resto será suficiente para gobernar. Recoger los frutos de su victoria no dependerá tanto de sus números como el de sus potenciales socios o facilitadores de la investidura.
Otro tanto le sucede al PSC -pendiente de que Comunes no se descuelguen demasiado- y que sí está notando cierto parón en la progresión que sí detectaron los sondeos durante la primera semana de campaña. Entonces, la ola emocional que generó la «carta a la ciudadanía» de Pedro Sánchez despertó al tradicional votante socialista que habitualmente vota en las elecciones generales pero se abstiene en las autonómicas. Un votante normalmente ubicado en el área metropolitana de Barcelona, de habla castellana, y que el partido está trabajando de manera especial con la ayuda del mismo presidente, con hasta cuatro mítines durante la campaña, el último ayer en la capital catalana. Se trata de una bolsa de votantes nada desdeñable y que puede ser decisiva si Illa se acerca a los excelentes resultados de Sánchez el 23J: 1,2 millones de votos y 31,1% del electorado para el este último frente a los 652.858 votos y 23,03% de sufragios del aspirante autonómico en 2021. Un resultado, el de Sánchez, que no detectaron los sondeos, por cierto.
Donde hay también mucha riña es en el campo de la derecha, donde la gran progresión del PP apuntaba a que superaría con seguridad a Vox, algo que en la recta final de campaña ya no parece tan claro. El acento que han puesto los populares en sacar en este último tramo asuntos como el de la inmigración o la seguridad, blandiendo al respecto la «fórmula Albiol», señalarían que la pugna está abierta, si bien los últimos 'trackings' apuntan a que el PP recupera posiciones.
Abstención no comparable
Donde sí hay coincidencia es en señalar la importancia que va a tener el nivel de participación, con más opciones para los partidos pequeños cuanto más alta sea la abstención, en tanto que el mínimo del 3% para contar en el recuento puede ponerles en aprietos en algunas circunscripciones. Al respecto, la comparación con la baja participación de un 2021 pandémico (51,3%) no es acertada, como tampoco, por excepcionalmente altas, las cifras de los años del 'procés'; 79,1% en 2017, los comicios en los que ganó CS; 74,9% en 2015, los comicios 'plebiscitarios' en los que el independentismo se presentó coaligado y que pusieron rumbo al desastre. Quizás la comparación haya que empezar a hacerla con los años previos a todo aquello, cuando Cataluña vivía en una 'normalidad' política que podría empezar a recuperar. Todo dependerá de pocos votos.
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