El Gobierno vasco presenta un pacto por «la política ejemplar» sin que Bildu condene a ETA ni los actos proetarras
El lendakari, Imanol Pradales, defiende que la cuestión del terrorismo es «anterior y superior» y que el documento ya habla de «derechos humanos»
Otegi pone a Illa como ejemplo para abordar el «estatus nacional» del País Vasco
Semáforo verde y carril despejado para la actividad política en el País Vasco. El lendakari, Imanol Pradales, ha presidido este jueves el primer Consejo de Gobierno en el Palacio de Miramar (San Sebastián) con el que se pone fin al parón veraniego. El peneuvista, ... protagonista por primera vez de este acto tradicional, ha aprovechado para presentar un pacto para la «política ejemplar» en la región, pero sin concretar si este obliga a EH Bildu a condenar a ETA.
Con la playa de la Concha a sus espaldas, Pradales ha comparecido para dar comienzo a su gestión gubernativa tal y como la dejó antes de las vacaciones: tratando de mostrar un talante dialogante y diferenciando sus formas de las del resto de España. Para eso, el Gobierno ha hecho público los principios de un decálogo, anunciado ya tras su investidura a finales de junio, con el objetivo de devolver un «prestigio» que la acción política habría ido perdiendo «en las últimas décadas».
«Lo que pretendo es buscar un consenso y reforzar la cultura democrática en el país, hemos tenido una historia difícil y complicada», ha dicho el lendakari, quien ha insistido en que el objetivo del pacto no es limitar la figura de la oposición. «Tiene que controlar al Gobierno», ha afirmado en rotundo, pero lanzando un dardo a EH Bildu, pidiendo una de tipo «constructiva», a diferencia de lo que le parece la actual, que ha definido como una de «guante de hierro con puño de seda».
Precisamente en torno a la izquierda aberzale han girado buena parte de las preguntas sobre el documento, que el Ejecutivo regional enviará al Parlamento vasco para su ratificación por parte del resto de partidos. A la pregunta de si éste conmina a que EH Bildu condene a ETA, Pradales ha querido situar ambas cuestiones en planos diferentes. «Es anterior y superior», ha dicho sobre la necesidad de deslegitimar la violencia de la banda terrorista.
«La posición del Gobierno es la deslegitimación absoluta de la violencia, consideración como injusta, reconocimiento de todas las victimas, construcción de una memoria inclusiva y defensa de los valores éticos y democráticos», ha seguido Pradales. Y ha añadido que el documento presentado, que aboga por rechazar «las mentalidades que pretenden imponer una única forma de entender la sociedad», ya habla de los «derechos humanos» en uno de sus puntos.
Ninguna referencia a ETA, más bien, a la condena de sus más de 850 asesinatos, o a la celebración de actos de apoyo a los miembros encarcelados por su actividad terrorista. Muchos de los cuales se han venido repitiendo este verano y que han dado impulso a EH Bildu para reclamar una «solución integral», en referencia a la excarcelación de tres cuartas partes de los más de 140 que permanecen en las prisiones del País Vasco y Navarra.
Concretamente, el punto tres del decálogo, al que ha hecho referencia Pradales para despachar la contradicción relacionada con el partido que lidera Arnaldo Otegi, establece diez compromisos para mantener un «comportamiento ético ejemplar». Y, como los dos anteriores describe una serie de actitudes en términos amplios, sin especificar medidas sobre las que se pueda valorar su aplicación práctica.
Así, habla de «primar el bien común», «actuar con total honestidad en la actividad política, sin trampas ni artimañas», «priorizar la escucha y el diálogo constructivo» o «reconocer al diferente» siempre y cuando «las ideas respeten los Derechos Humanos». También, respecto a los medios de comunicación, «respetar su autonomía sin intervenciones», «evitar la desinformación, la hipérbole excesiva o los usos interesados de los datos».
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