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Valdemingómez abrirá la mayor planta de compostaje de la región para generar 100.000 toneladas de abono

Los vecinos lamentan que el Ayuntamiento de Madrid concentre todo el tratamiento de residuos en Vallecas

La explanada y la maqueta de la futura planta de Los Cantiles, en Valdemingómez JAIME GARCÍA
Cris de Quiroga

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El camino hasta la explanada en obras, esas estrechas carreteras que conectan las distintas zonas del Parque Tecnológico de Valdemingómez, está salpicado de basura. En esa explanada del gran vertedero de Madrid, en el lugar donde antes funcionaba la demolida planta de La Paloma, las máquinas trabajan para levantar la mayor planta de compostaje de la Comunidad de Madrid y una de las más grandes de España. La infraestructura, que estará lista este verano, se dedicará en exclusiva a tratar los restos orgánicos del cubo marrón, el quinto contenedor que se empezó a utilizar en 2017 y que cada año genera más residuos.

El Ayuntamiento de Madrid le ha puesto el nombre de Los Cantiles, igual que todas las plantas del parque de Valdemingómez, bautizadas como elementos geográficos de la zona (Las Lomas, Las Dehesas, La Galiana...). «Los cantiles son un ecosistema yesífero, representado en el Parque Regional del Sureste, muy próximo a Valdemingómez», contó este miércoles la directora del Parque Tecnológico de Valdemingómez, María José Delgado, tras visitar las obras desde una colina con vistas a la explanada de tierra revuelta.

Allí, una maqueta mostraba la futura imagen de la planta, una estructura en movimiento con grandes engranajes y espirales metálicas para procesar el digesto, una especie de barro, la fracción orgánica que resulta del proceso de biometanización de la basura procedente del cubo marrón. Madrid genera a diario 1,4 millones de toneladas de residuos; de ellas, 500.000 toneladas (el 36,4% del total) son residuos orgánicos y restos de poda. Y los camiones de la limpieza cada vez recogen menos del cubo naranja y más del cubo marrón.

«La tendencia es que el residuo orgánico sea creciente respecto a otros y, por tanto, necesitamos una planta que en los próximos años nos permita tener la capacidad suficiente para poder tratarlos», resumió el concejal delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. Los Cantiles está concebida para producir «compost de calidad», unas 100.000 toneladas anuales, que servirán para nutrir zonas verdes, parques y jardines de la capital y comercializarse en el sector agrícola.

Los trabajos para erigir esta planta de última tecnología, que ha costado a las arcas municipales un total de 41 millones de euros —31 millones destinados a su construcción y otros 10 millones a su explotación durante tres años—, empezaron en junio de 2022. Con un plazo de 15 meses, el Área de Medio Ambiente prevé que la infraestructura esté operativa entre julio y agosto. Mientras tanto, el digesto se trata de forma provisional en unos túneles de compostaje bajo la extinta planta de La Paloma.

Biocombustible o abono

Las plantas de Valdemingómez funcionan como una fábrica: si la materia prima que ingresa es buena, el producto también lo es. Según datos municipales, en Madrid se puede reciclar el 80% de los residuos del cubo marrón. Tras su recogida, la basura se reintroduce en el ciclo de la economía circular de dos maneras: transformada en biometano, que se inyecta en la red de gas natural o se utiliza como biocombustible en algunos autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), y en abono. En 2022, la capacidad para producir biogás creció un 80%, una cantidad suficiente para calentar 55.000 hogares o mover 500 autobuses.

A un par de kilómetros de la explanada en obras, al otro lado de la autopista, empiezan los bloques de viviendas del Ensanche de Vallecas. «La nueva planta es un avance en tanto que Madrid necesita recoger mejor su materia orgánica, pero una vez más lo que vuelve a hacer es concentrarlo todo en Vallecas... Se podría haber repartido por la ciudad en cinco partes más pequeñas», lamenta el presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Quique Villalobos, que convive con los malos olores del vertedero. Los Cantiles, no obstante, promete unos «biofiltros de enorme potencia» para minimizar las emisiones. Y los vecinos, de momento, tienen otros frentes abiertos, como cerrar la incineradora de Valdemingómez. La marcha será el domingo.

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