Almeida aumenta un 47% el presupuesto para tapar los olores de Valdemingómez
Los vecinos esperan firmar el nuevo convenio para el seguimiento y control del hedor, que soportan al menos 250.000 personas
![Excavadoras trabajan en la planta de Valdemingómez](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/12/07/valdemingomez-R0FFBvtwxo2jvhrUh1ienlO-1200x840@abc.jpg)
El olor no es constante. A veces recuerda a una cloaca, el mismo hedor que desprende un camión de basura. Otras huele a biogás, o a almazara, pero con un matiz putrefacto. Los días plomizos y aquellos en los que el viento sopla desde el sur o el este son los peores para los vecinos del Parque Tecnológico de Valdemingómez (PVT), el mayor vertedero de Madrid, donde se tratan cada día 4.000 toneladas de residuos. La batalla vecinal por controlar los olores cumple ya años y, este miércoles, el Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a mover ficha para intentar atajarlos.
El equipo de José Luis Martínez-Almeida ha aprobado en Junta de Gobierno incrementar un 47 por ciento el presupuesto destinado a mantener a raya los malos olores de Valdemingómez. El nuevo contrato pasará de los 831.040 euros actuales a 1,7 millones de euros durante el periodo 2023-2027. Este servicio consiste en la toma de muestras para su posterior análisis en el laboratorio, una metodología que permite una modelización de los datos, es decir, una estimación a partir del ordenador. «En realidad, son cálculos más hipotéticos que reales», disiente el presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Quique Villalobos, que considera que la estrategia municipal «tiene una eficacia discutible».
El Área de Medio Ambiente y Movilidad pretende analizar todas las plantas de Valdemingómez: La Paloma (planta de clasificación y compostaje y planta de biometanización), Las Lomas (clasificación y valorización energética), Las Dehesas (clasificación, compostaje y eliminación, y planta de biometanización), La Galiana (valorización energética de biogás) y la planta de tratamiento de biogás. Según Villalobos, el ‘modus operandi’ adecuado sería una «olfatometría de campo», con «mediciones en continuo» durante periodos concretos, tanto de la emisión como de la inmisión —la concentración del olor en el aire— que sufren los vecinos. «Nos da miedo que el incremento del presupuesto no sea eficaz», reconoce.
El Gobierno de Almeida ha establecido antes medidas correctoras. El pasado marzo invirtió 6,1 millones de euros en puertas de cierre automático y filtros modernos para la planta de La Paloma y este septiembre autorizó un gasto plurianual de 8,2 millones para mejorar y mantener los sistemas de desodorización de las plantas de biometanización y tratamiento de biogás. Sin embargo, los habitantes del sector VI de la Cañada Real (que viven a menos de 2 kilómetros de Valdemingómez) y del Ensanche de Vallecas, los más afectados, no perciben la diferencia.
Nuevo convenio
«Este 2022 los olores han sido más continuos, del verano hasta aquí hemos notado que se incrementaban, ha habido episodios demasiado largos y muy molestos», asegura Villalobos, vecino del Ensanche de Vallecas, que señala que el «olor predominante» es el de biogás. La pelea por borrar el hedor se remonta al mandato de la exalcaldesa Ana Botella, aunque no fue hasta la llegada de la última regidora, Manuela Carmena, cuando la FRAVM firmó un convenio con el ayuntamiento para establecer un seguimiento del problema y discutir las medidas oportunas.
Desde 2019, Almeida ha aplicado algunas de las principales actuaciones para desterrar los malos olores. Hace año y medio, los representantes vecinales pudieron visitar Valdemingómez y conocer de primera mano las mejoras implementadas. Pero el seguimiento acordado en el convenio, un protocolo para reunirse periódicamente, ha quedado en un segundo plano. «Eso se ha ido parando en este mandato», sostiene Villalobos, «lo importante es que haya reuniones periódicas para revisar los datos y encontrar soluciones». El mes pasado, el área remitió a los vecinos el borrador del nuevo convenio, que han modificado en su contrapropuesta. En las próximas semanas, previsiblemente, obtendrán respuesta del ayuntamiento.
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Con todo, el refuerzo presupuestario es bienvenido. Al menos 250.000 personas soportan los olores de Valdemingómez; más allá del Ensanche de Vallecas (con unos 54.000 censados) y el resto del distrito de Villa de Vallecas (cerca de 120.000), las ráfagas malolientes alcanzan a las poblaciones de Vicálvaro, Rivas Vaciamadrid, Moratalaz, incluso el municipio de Getafe y hasta el nuevo desarrollo de El Cañaveral. Villalobos es uno de los afectados a lo largo de los años: «Son olores muy densos, que se agarran a la garganta, la peste llega a los tendederos o te chafa esa salida a pasear. Hay días que se hace muy duro».
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