Roberto Moldavsky: «Milei nos ha dado mucho a los humoristas argentinos»

El bonaerense Roberto Moldavsky empezó en esto de los monólogos cómicos -de manera profesional- algo tarde, a los 48 años, pero fue lanzarse y besar el santo del humor. Después de conquistar su Argentina natal, su ingenio ha recorrido una larga lista de países como Costa Rica, Colombia, EEUU, Chile, Perú, Paraguay, México, Uruguay, Inglaterra, Irlanda e Israel, donde vivió un tiempo en un kibutz. Ahora nos toca a los españoles troncharnos de risa con su show 'Lo mejor de mí', que ha batido récords de asistencia allá por donde ha pasado y esta semana recala en el Teatro Alcázar los días 23, 24, 30 y 31 de octubre (después pasará por el Teatro Borrás de Barcelona los días 25 de octubre y 2 de noviembre).

¿Cómo es este show? El público debe estar preparado para interactuar?

Hay una parte de interacción, que es más original que lo que se suele ver. Pero el show es muy 'stand-up' clásico con banda de músicos. Busco que el público se identifique con cosas que nos ocurren todos en estos tiempos tan locos, en los que las redes sociales parecen haber abierto las puertas de todas las casas. A veces hablo de ciertas cosas y el público me pregunta si es que he puesto cámaras en su casa, porque sé todo lo que les pasa (risas). Me ha ido muy bien con el espectáculo en todas partes, y estoy muy feliz de poder traerlo a España.

¿Y usted qué tal se lleva con las redes? ¿Usa Tiktok para ampliar su público, por ejemplo?

Sí, pero no con la frecuencia que exige porque ya soy un tipo grande, y no me acostumbro a esa exigencia. Soy de otra generación y me gusta contestar los mensajes, pero en las redes lleva demasiado tiempo como para hacerse 'instagrammer' o 'tiktoker'.

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¿Hay alguna particularidad del público español que le llame la atención?

Lo que me hace gracia de los españoles es que tienen esa manía de no completar las oraciones. «Si fueras español...», «si fueras más joven...», y ahí se quedan. Igual que el «si Franco viviese...». Todo son frases para que el otro interlocutor las termine. Por lo demás, son muy parecidos a cualquier público del mundo por lo que dije antes. Todos nos parecemos cada vez más.

¿Se están acotando demasiado los límites del humor?

Creo que se puede encontrar un equilibrio entre intentar no ofender, no herir ciertas sensibilidades, y ser provocador. El humor no tiene la culpa de las cosas que denuncia. El humor no genera racismo, ni inflación. Yo tengo dos hijos jóvenes que vienen a mis ensayos y me hacen el filtro de las cosas con las que no debería bromear. Hago algunas concesiones, pero no todas, porque no puedo fingir ser alguien que no soy.

Ahora mismo, ¿dónde hay más sentido del humor? ¿En Argentina o en España?

Creo que va bastante parejo, porque hay un intercambio cultural muy fuerte. Aquí triunfa Ricardo Darín, y en Argentina, por ejemplo, Santiago Segura ha tenido un éxito brutal estos últimos años.

La política siempre es una fuente inagotable para el humor. ¿Cómo ve al señor Milei?

Nos ha dado mucho a los humoristas, estamos muy agradecidos a Javier Milei. La grieta es cada vez más grande en Argentina, hay familias que se están dejando de hablar por votar diferente, pero no por ello debemos de hacer humor con ello, porque es la única forma de relajar, de calmar los ánimos.

Vivió varios años en Israel, ¿qué piensa de Netanyahu?

Es otro que da para un show por las barbaridades que dice. Para el humor es buenísimo, para la vida real es malísimo.

Empezó con este oficio a los 45 años. ¿Alguna vez ha pensado cómo hubiera sido su vida si hubiera empezado a los 25?

No creo en el destino, pero pienso que las cosas se dan cuando se tienen que dar. Necesitaba vivir lo que he vivido para ser quien soy ahora. Y además, me gusta lanzar el mensaje de que nunca es tarde para cambiar tu vida.