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Pisos francos de testaferros y amor por los bolsos Chanel: así actuaban los criminales georgianos que asaltaban casas de lujo en Madrid

La Policía detiene a 25 atracadores que robaron en viviendas de la capital y Alcobendas

Detención de dos de los integrantes de la organización ABC
Carlota Barcala

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Se habían asentado hacía meses en pisos de la Comunidad de Madrid, aunque no los alquilaban ellos para evitar levantar sospechas y dificultar la labor policial. Algunos habitaban en la zona de Alcobendas; otros, en distritos de la ciudad de Madrid, cerca de sus posibles víctimas. Son los 'Ladrones en Ley', criminales georgianos especializados en robos con fuerza en viviendas de lujo, y veinticinco de ellos han caído gracias a una operación de la Policía Nacional en colaboración con las autoridades de la antigua república soviética.

La peligrosa banda, a la que se empezó a investigar en 2022, destacaba por dos premisas: la primera, sus miembros se organizaban en células itinerantes que se movían por pisos francos pertenecientes a testaferros; la segunda, su potente estructura criminal –según los investigadores– estaba muy jerarquizada, con férreos códigos de conducta para proteger a su líder. «Eso le convertía en una organización impermeable a la acción policial, al reestructurarse inmediatamente si algún integrante era detenido sin que afectara a su actividad«, aseguran fuentes policiales.

Pero pese a sus cuidadas prácticas, cayeron en el error y los agentes consiguieron engrilletarlos. Antes de esto, los delincuentes habían robado en al menos 14 viviendas de la región. Para cometer los golpes, se subdividían en grupos formados por entre dos y cinco personas, cada uno de ellos bajo las órdenes de un responsable, y hacían uso de una «extensa red logística» que les suministraba documentos falsificados, además de los pisos francos de testaferros que favorecían su movilidad.

Los saqueos estaban completamente estudiados y planificados. En una primera fase, examinaban las fincas, edificios y casas concretas, con la colocación de marcadores de plástico o hilos invisibles en las puertas. «Vigilaban continuamente para poder encontrar el mejor momento para actuar, por eso tenían sus domicilios en esas zonas en las que actuaban», explican las mismas fuentes. Tras comprobar que la vivienda estaba deshabitada esos días de control, cometían los robos, normalmente por la noche, los fines de semana o los periodos vacacionales.

Mientras uno de ellos observaba desde fuera del inmueble o el chalé, los otros accedían al interior, empleando ganzúas para abrir las puertas o métodos como el 'bumping' (dar un golpe seco a una llave para mover los pitones y cilindros de una cerradura), 'impresioning' (introducir láminas en la ranura de la cerradura para que se grabe la forma de la llave cuando el propietario la inserte) o 'magic key' (sistema de ganzúa para cerraduras de gorjas).

Las claves

Jerarquía

Actuaban con férreos códigos de comportamiento para proteger siempre al líder, y se dividían en grupos de entre dos y cinco personas con un responsable. El tercer eslabón lo compone el receptador, encargado de dar salida a los objetos robados.

'Modus operandi'

Vigilaban durante días las viviendas –siempre cerca de sus pisos– y actuaban de noche, fines de semana o vacaciones. Entraban con métodos como las ganzúas, 'bumping', 'impresioning' o 'magic key'. Ninguno de ellos deja rastro en las cerraduras.

'Vor v zakone'

Es el nombre, en ruso, de la organización criminal. Sus orígenes se remontan a la etapa soviética y sus miembros se caracterizaban por deber abandonar a la familia y la obligación de formar y vivir junto a otros delincuentes.

Dentro, cogían todos los objetos de valor que les fueran posibles, pero tenían una predilección: los bolsos y zapatos de la marca Chanel, a tenor de los múltiples complementos incautados. También se hacían con joyas, dinero, aparatos electrónicos e instrumentos musicales. En ese momento, entraba en juego la figura del tercer eslabón, el receptador, que daba salida a los objetos enviando los beneficios, a través de empresas de dinero, a otros países de manera constante.

Siete registros

Los agentes llevaron a cabo siete registros en domicilios de Alcobendas y Madrid capital y detuvieron a 25 personas –todas de nacionalidad georgiana, excepto uno, boliviano– con edades comprendidas entre los 60 y los 20 años.

En esas casas intervinieron 32 relojes de alta gama, 259 piezas de joyería –colgantes, pulseras, anillos, pendientes y piedras preciosas–, 79 aparatos electrónicos –móviles, tabletas y portátiles–, ropa y complementos de lujo e instrumentos musicales. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevos arrestos de estos 'Ladrones en Ley' ('Vor v zakone', en ruso), una organización criminal de origen soviético con culto al líder y a la jerarquía que en sus orígenes se caracterizaba por el deber de abandonar a la familia, vivir con otros delincuentes y llevar múltiples tatuajes para marcar el rango de cada miembro.

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