Un nuevo alumbrado para reducir el gasto energético y el impacto ambiental en el eje Prado-Retiro

Para acabar con este mosaico de luces y sombras y buscar un criterio común y, al mismo tiempo, reducir el gasto energético y el impacto ambiental, el Ayuntamiento de Madrid ha encargado una auditoría con la que redactar un plan especial y ordenar así el «paisaje nocturno del paseo del Prado y el Buen Retiro».

Según consta en el contrato de servicios, al que ha tenido acceso ABC, el coste anual de la conservación de todas las farolas de las calles incluidas en el perímetro blindado por la Unesco asciende a 225.600 euros, mientras que el consumo eléctrico supone 197.900 euros más al año. En cuanto al mantenimiento del alumbrado ornamental de las fuentes, se destinan 55.700 euros cada ejercicio; a lo que hay que sumar el monto de las facturas eléctricas, que se eleva a los 103.700 euros.

Además del ahorro energético, el plan persigue una disminución del impacto ambiental. «Madrid debe trabajar de forma conjunta en la disminución de la contaminación atmosférica de la ciudad. La tendencia hacia el incremento de la temperatura de la ciudad y la disminución media de las precipitaciones es un hecho preocupante si no se toman las medidas adecuadas», expone la subdirectora general de Paisaje Urbano y Arte Público en el pliego de prescripciones técnicas del contrato.

La iluminación de los edificios que se erigen a lo largo de todo el ámbito protegido depende de los propietarios de cada inmueble. Es por eso que estos días al atardecer -a raíz del polémico decreto de ahorro energético del Gobierno central-, el Banco de España o el Instituto Cervantes quedan fundidos en negro, solo alumbrados por el reflejo de los potentes focos del palacio y la fuente de Cibeles.

Sin embargo, el plan director que se redactará pretende tener una mirada más larga, de conjunto. Por ello, planteará los «criterios sobre cuáles edificios deben ser iluminados y cuáles no». Asimismo, según indican los pliegos técnicos del contrato, «se establecerán reglas sobre qué partes de cada edificio conviene resaltar y cuál debería ser la posición de los puntos de luz y su dirección óptima». Por último, tal y como consta en la documentación, «se darán orientaciones sobre temperatura de color, contaminación lumínica y criterios de contexto urbano (cornisas, torres, perspectivas de calles, etc.)».

La dirección general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid abrió la licitación el pasado 5 de agosto y el plazo para presentar las propuestas concluye el próximo lunes, 29 de agosto. El presupuesto base es de 88.507,91 euros (impuestos incluidos), que se repartirá en dos anualidades del presupuesto del área: 59.005,28 euros para este año y 29.502,63 euros para el próximo.

«Los elementos que sirven de soporte al alumbrado (columnas, báculos, farolas, luminarias, etc.) presentan unas características y un diseño diverso derivado de actuaciones desarrolladas en distintos momentos históricos que no llegaron a introducir criterios de orden en cuanto a la homogeneidad», argumenta el director general de Patrimonio Cultural en el informe que adjuntan para justificar la necesidad de encargar un plan específico de alumbrado nocturno para esta zona tan emblemática de la capital.

«Dada la importancia que por su repetición tienen estos elementos en la construcción del paisaje urbano, la introducción de criterios de armonía y homogeneidad en su diseño y posición es fundamental si el objetivo es la lectura de este ámbito como una pieza unitaria del paisaje cultural», añade en su escrito.

De hecho, tal y como recuerda el director general, la Unesco «establece la responsabilidad de conservar el bien en todos sus aspectos siguiendo las directrices marcadas por el organismo internacional y en el que la iluminación, en un entorno de jardín histórico y con multitud de edificios de gran valor patrimonial, tiene un papel principal». «La iluminación ornamental de fachadas, fuentes, esculturas o jardines históricos no puede ser realizada sin unas pautas de jerarquía, orden y sostenibilidad», arguye, a su vez, el coordinador general de Cultura, Jorge Morata, en la resolución que autoriza el contrato.

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Por esta razón, la auditoría tendrá como objetivo apuntalar el camino ya iniciado por el departamento de alumbrado: «Completar la transformación a un modelo de máxima eficiencia energética sustituyendo todos los puntos de luz por otros de tecnología led»; revisar la «distribución de los puntos de luz» para reducir el «contraste lumínico»; y «homogeneizar los soportes y luminarias».

En concreto, los trabajos que se adjudicarán a una empresa especializada en el sector serán, en primer lugar, la realización de una «auditoría del estado de la iluminación urbana, ornamental y comercial». En ese estudio se analizarán las tipologías del alumbrado actual, se evaluarán los consumos y se valorarán las emisiones de CO2, entre otros aspectos.

En segundo lugar, se hará una propuesta para «una nueva iluminación de calle» que concretará cómo deben ser los sistema de soporte (los báculos, farolas, etc.), se seleccionarán los sistemas de iluminación y se realizará un mapa para ubicar dónde debe situarse cada punto de luz.

El análisis tendrá un apartado específico que se dedicará al plan de iluminación de los jardines históricos, donde también se estudiará cómo alumbrar zonas especiales como monumentos. Asimismo, se incluirá una previsión para futuras infraestructuras y eventos que se vayan a realizar en el ámbito.

Otro epígrafe versará sobre los «criterios para la iluminación arquitectónica»: una primera selección de los edificios que se deben iluminar y los criterios para su selección; pautas para el diseño de estas luminarias; anteproyecto de alumbrado de los inmuebles seleccionados; y una «evaluación energética».

Por último, se redactará «una guía para la iluminación y reclamos comerciales de acuerdo a las características del ámbito y las ordenanzas vigentes».