Leo Rivera ('Siete vidas'): «Por probabilidad, al haber tanta, en Madrid encuentras gente maravillosa»
COLONOS
De Talavera, lleva toda la vida en un Madrid que para él es mágico por su paisanaje, por los teatros y por La Elipa
Javier Veiga: «Madrid es maravillosa. Es una pena que a veces su imagen se distorsione por algo ajeno
![El actor en el interior del teatro Pavón](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/25/1487683923-RSGghRFR1zmNOMJQCNgJyOI-1200x840@diario_abc.jpg)
En pocos casos la juventud se ha preparado tanto para un sueño. Leandro Rivera, Leo Rivera como nombre más o menos artístico, no es el actor que sale de la nada. Su vida profesional en esta ciudad, y fuera de ella, tiene mucho de ... perseverancia. No es casual que haya tenido papeles en un género tan exigente como es el musical: 'Hoy no me puedo levantar' o 'Marta tiene un marcapasos' dan muestra de lo versátil que es el actor talaverano.
Se ha ponderado su juventud, pero ha trabajado, por ejemplo, a las órdenes de otro 'colono', Pedro Almodóvar en 'Volver'. En su biografía es fundamental el papel del director de casting Luis San Narciso, que se fijó en él y de esta forma fue convirtiéndose, a fuerza de trabajo, en uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla.
Leandro Rivera, que adora la Gran Vía, no para pasearla en sentido estricto, sino para sentirla como lugar donde el teatro fluye y hay animación después de las funciones, contesta con simpatía a este cuestionario sobre su vida en Madrid y cómo la ciudad ha entrado en él. Como tantas familias, llegó de la cercana/lejana Talavera de la Reina, «con cuatro años», en 1984, con lo cual su infancia no pueden ser recuerdos de esa tierra donde lo manchego se va volviendo extremeño y se suavizan los acentos. Recibe en el teatro Pavón, donde representa 'Una piel fina', una de las cuatro en las que trabaja de forma simultánea. Dice que es debido a «dormir poco y currar mucho», que algo tiene su respuesta de cervantina.
Detesta el «agobio» indisoluble de la ciudad, pero ese agobio, producto de la gran población, le hace conocer «gente maravillosa». Su infancia son recuerdos de La Elipa, su barrio, al que canta con orgullo, y recuerda que fue, de Madrid, de las últimas generaciones de críos que «llamaban al telefonillo». y quedaban para jugar en el parque. Algo que se ha perdido, y que de alguna manera extraña.
De su paso por esa serie histórica que fue 'Siete Vidas', rememora que fue «un regalo de la vida».
—Representa una obra titulada 'Piel fina'. ¿Esta ciudad tiene la piel fina?
—Yo creo que en Madrid, y en cualquier sitio, cuanto más fina tengas la piel, cuanto más gente haya a tu alrededor, más posibilidades tienes de que alguien te toque ahí donde duele.
—Hablando de piel fina, la siguiente pregunta es consecuente a la primera. ¿Qué es lo que detesta de Madrid?
—Lo que menos me gusta de Madrid es la prisa, el agobio.
—Ni se lo ha pensado. Pero algo habrá que compense tanta prisa y tanto agobio.
—Pues lo malo lo compenso con la gente. Al haber tanta, por probabilidad, encuentras mucha gente maravillosa en Madrid.
—Actúa, a la vez, en cuatro obras en Madrid ('La piel fina', 'Arte', 'El crédito' y 'El secuestro'). ¿Cómo se lleva eso y no morir en el intento?
—Pues se lleva sin parar. Durmiendo poco y currando mucho.
—Si hasta Dios descansó al tercer día, ¿cómo hace usted para desconectar?
—Siempre he tenido perros, y me gusta ir a la Casa de Campo, al menos una hora.
—¿Puede contarme qué le dice el personal, esto es, el madrileño, cuando se lo cruza por la calle?
—(Ríe). Depende de la hora. Si es por la mañana, poca cosa. Eso sí, si es por la noche te piden una foto.
—Digamos que la fama va por horas. Igual ni lo recuerda por cuestión de edad, pero ¿tiene alguna imagen dela mudanza de Talavera de la Reina a Madrid?
—Pues es que llegué muy joven, ya te digo, con cuatro años.
—Aun así, ¿cuál es su relación con su cuna?
—Tengo la familia de mi padre allí. Y solemos cerrar las giras en el teatro Palenque de Talavera.
—¿Qué le queda de talaverano?
—Como talaverano me queda... Mira hay una cosa muy curiosa que pasa en Madrid, y es que siempre te encuentras en un grupo a un talaverano, que somos muchos.
—Pero, ¿y de carácter? Es algo que no tiene que ver con el tiempo que haya estado usted en su pueblo natal.
—De carácter me queda poco, porque donde yo me he criado ha sido en La Elipa.
—Hable de La Elipa.
—Mira, es un barrio de toda la vida de Madrid. Recuerdo que mi generación fue una de las últimas que quedaban para jugar al parque, que llamaban al telefonillo. Soy de las últimas generaciones que se han criado en Madrid de esta forma.
—¿Pasea la Gran Vía?
—Pasear, pasear, paseo por otros sitios.
—El lugar de trabajo, los teatros. Algo le dirán.
—Eso sí es fantástico, los teatros del centro, que después de la función te permite salir a cenar, tomar una copa. Eso pasa menos en los teatros del Canal, por ejemplo.
MÁS INFORMACIÓN
—Trabajó, y bastante, en una serie muy madrileña, y un icono de las producciones televisivas, 'Siete vidas'. ¿Cómo fue aquello?
—Lo recuerdo como un regalo de la vida increíble. Era el primer papel fijo. Estar con gente como Amparo (Baró), Gonzalo (de Castro). No me lo creía. Fue una escuela acojonante. Aprendí muchísimo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete