Juan Lobato no descarta presentarse a las primarias para las autonómicas de 2027
El exlíder del PSOE de Madrid quiere continuar por ahora con su actividad en el Senado
Óscar López se muerde la lengua sobre la visita de Lobato a la notaría
Lobato llega sonriente y «con ganas» al primer Pleno en la Asamblea tras su dimisión y ocupa su escaño en segunda fila
Juan Lobato en el primer Pleno en la Asamblea, después de dimitir como secretario general del PSOE-M
El diputado raso Juan Lobato entró el jueves en la Asamblea como uno más de los 27 del Grupo Socialista. De la noche a la mañana, se ha quedado sin tarea en la Cámara madrileña. Tras dimitir como secretario general del PSOE de Madrid, ... dejó de ser portavoz parlamentario y no pertenece a ninguna comisión, por lo que su trabajo en Vallecas se limitará, al menos hasta febrero, a asistir a los pocos plenos que quedan este mes y pulsar el botón de las votaciones, rodeado de sus personas de más confianza, empezando por Mar Espinar, sentada ahora a su derecha, y siguiendo por Jesús Celada, Marta Bernardo, Tatiana Jiménez, Rafael Martínez, Emilia Sánchez, José Luis García, Horacio Díez, Leticia Lorenzo, Carlos Moreno y Esteban Álvarez.
En el Senado es diferente. Lobato quiso ser senador por designación autonómica a principios de la legislatura, para dar un barniz nacional a su perfil político, tener más presencia en el debate general y dotarse así de más fortaleza en su oposición a Ayuso. Su dimisión como líder de los socialistas madrileños no implica su renuncia al acta de diputado autonómico ni a la de senador, que va unida a la anterior. Al contrario, tiene intención de seguir en ambas Cámaras y colaborar en el proyecto socialista para tratar de vencer, algún día, al PP de Ayuso.
Después de las turbulencias internas que ha vivido en primera persona en el PSOE de Madrid, Lobato ha echado el freno y quiere tomárselo todo con más calma, pero en sus planes no está abandonar la política. Su deseo es seguir, por tanto, en la Asamblea y también en el Senado, al menos en una primera fase. En el PSOE hay cierto debate sobre qué debe pasar con su acta de senador. El nuevo portavoz parlamentario, Jesús Celada, explicó el jueves pasado que tendrá que ser la nueva Ejecutiva regional la que decida si es la persona idónea para continuar como senador autonómico. Pero otros recuerdan que el acta es suya y no le pueden obligar a renunciar a ella.
Sea como fuere, Lobato pretende seguir en la Cámara Alta, al menos en los próximos meses. Allí no le falta trabajo: es vicepresidente segundo de la Comisión de Hacienda y vocal de cuatro comisiones: Constitucional, Economía, Presupuestos y la General de las Comunidades Autónomas. Pero es muy probable que la nueva Ejecutiva de Óscar López reconsidere algunas decisiones de la anterior, y una de ellas podría ser la del nombre del senador designado por la Asamblea. Si Lobato se opone, el choque estaría asegurado, pero quienes le conocen no le ven en una batalla así en su partido.
Juan Lobato asistirá al congreso regional de febrero como un militante más, aunque su opinión sobre Óscar López es conocida. Poco antes de dimitir, cuando aún no sospechaba que lo haría, ninguneó la candidatura del ministro: «Ni que fuera Michelle Obama». Fuentes próximas al exportavoz señalan que en esta nueva etapa se pondrá a su disposición para colaborar «en los contenidos» del proyecto.
Pero los planes de Lobato pueden tener un objetivo propio. Como ya informó ABC, su equipo de confianza le aconsejó, en las horas duras previas a su dimisión, que se echara a un lado y tomara impulso para volver más adelante con más fuerza. Algo parecido a lo que hizo Sánchez en 2017, a bordo del Peugeot 407. Fuentes de su entorno confirman que no descarta en absoluto volver a la primera línea de la política autonómica, con la vista puesta en las elecciones de 2027.
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ContinuarEn el proceso interno que se ha abierto en el PSOE se ha proclamado ya a López secretario general, pero no necesariamente tiene que ser el candidato electoral. De hecho, entre 2015 y 2021 los secretarios generales fueron Sara Hernández y José Manuel Franco, y el candidato, sin embargo, Ángel Gabilondo. Para los comicios autonómicos de 2027, los socialistas tendrán que elegir a su cabeza de cartel en primarias, si hay más de una opción. El entorno de Lobato calcula que esa convocatoria se haría en torno a septiembre de 2026, y presentarse es una opción a la que no renuncia.
Los lobatistas están convencidos de que tendría el apoyo mayoritario de la militancia. En 2021 ganó las primarias con el 61,2% de los votos. «Y ahora tendría más, lo notamos todos los días en la calle», aseguran fuentes próximas a él, que distinguen la posición de «los cuadros dirigentes del partido», estrictos en el seguimiento incondicional a Sánchez y a la hora de exigir la dimisión de Lobato, y las bases del partido, que «lo ven como una persona que ha puesto límites».