José Mª Álvarez del Manzano: «Me horroriza el pronóstico de un Madrid de diez millones de habitantes»
COLONOS
El antiguo regidor de la ciudad tiene en la mente cuando la capital de su infancia era manejable
José Mercé: «A mí me sale del corazón decir que Madrid es la capital del flamenco»
![Álvarez del Manzano en su despacho](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/13/1489196927-RXInuObMEQPcW9Q1xWJGUnN-1200x840@diario_abc.jpg)
José María Álvarez del Manzano (Sevilla, 1937) es memoria viva de la ciudad. El antiguo primer edil, aparte de un balance a la distancia de su paso por el bastón de mando y un elogio del municipalismo, recuerda el Madrid de su infancia, ... el que disfrutó cuando llegó con tres años de Andalucía.
Ese Madrid que apenas tenía tráfico y era cómodo en las cercanías del parque del Oeste hasta el punto de permitir los juegos infantiles.
Revisita con nostalgia a su 'rival', Tierno Galván, y sabe que la ciudad tiene su identidad abierta en el hecho de que un sevillano como él haya podido ser alcalde de la capital. Admira que Felipe II, tan vallisoletano, decretara, con gran visión, la capitalidad de Madrid.
—Dicen que la infancia es un patrimonio que queda. ¿Cómo fue su infancia madrileña?
—Se desarrolló en el paseo de Rosales en la esquina con el parque del Oeste. Allí está el recuerdo de mis juegos infantiles. De una isleta por donde dábamos vueltas a la carrera. Era un Madrid cómodo, manejable.
—Sevillano nacido en la avenida de la Palmera... ¿Cómo hay que hacerse madrileño?
—Hay que hacerse madrileño asumiendo que Madrid es una ciudad muy abierta. Y que en general es una ciudad muy amable.
—Por dejar cerrado el capítulo de la niñez, ¿ha vuelto a Sevilla?
—Sí, pero no como residente. He ido mucho de excursión, a los toros en la Maestranza que son una maravilla. A la Semana Santa...
—Usted tiene unos apellidos muy madrileños...
—Bueno, mi abuelo fue catedrático de la Universidad Central, en San Bernardo y vivía en Madrid. Y mi padre nació en Madrid. Tengo también una parte andaluza: mi madre es granadina, mi padre estudió en la Universidad de Granada. Mis hermanos nacieron en Granada, mi otro hermano nació en Sevilla conmigo. Yo soy el ejemplo típico del madrileño, que es plural. Origen paterno asturmadrileño; origen materno andaluz. Un conjunto de lo que es España.
— Sin entrar en avatares políticos, ¿qué es lo que puede aportarle Madrid a España?
—Sin entrar en política, ser lo que siempre fue. El centro auténtico de España, aparte del geográfico. Lo que ocurre en Madrid tiene trascendencia en toda España. Madrid es donde se suceden los grandes acontecimientos, donde se toman las grandes decisiones desde que Felipe II estableció la capital.
—Aunque Felipe II era muy del Escorial, de aislarse, de la espiritualidad serrana...
—Felipe II hizo que la capital dejara de ser itinerante con una visión extraordinaria y se estableciera en Madrid.
—¿El centralismo puede arreglar algunas cosas?
—Bueno, una cosa yo creo que es el centralismo político y otra es el centralismo moral. El centralismo tiene ventajas y dificultades: hay acumulación burocrática, a veces, que impide la toma de decisiones fluidas; y otras veces tiene la ventaja de tomar decisiones certeras en un momento concreto. Yo creo que es bueno que haya cierta descentralización, y también es bueno que exista una capital.
—Si tuviéramos que trazar una línea, elegir una imagen, o pedir un deseo... ¿Cómo era su Madrid, qué echa de menos?
—El Madrid de mi infancia era un Madrid más cómodo, éramos menos y andábamos más. Íbamos desde Ferraz al fútbol, al Bernabéu, a los toros. Era un Madrid más cercano. Luego, la afortunada venida de tanta gente la ha hecho más difícil de entender. Pero todavía es asequible.
—Aunque la población, en Madrid y alrededores, sigue subiendo...
—Pensar en esos pronósticos que dicen que Madrid en los cincuenta de este siglo va a ser una ciudad de diez millones de habitantes me horroriza. Me produce cierta preocupación.
—¿Qué estampa cotidiana de Madrid le da la vida?
—Los grandes parques. Madrid es una ciudad donde, vivas donde vivas, en menos de quince minutos tienes un parque. Madrid es una ciudad con muchas zonas verdes, y eso es lo que más me apasiona. Por eso me empeñé mucho en mi época, con Esperanza Aguirre, en plantar muchos árboles. Llegué a plantar más de un millón de árboles. Seguimos la tradición de otro gran alcalde, que fue José Luis Álvarez, de empezar a plantar árboles en las zonas que era necesario.
—Llegó a conocer bien a Tierno Galván, 'el Viejo Profeso'...
—Yo llegué a pedir su dimisión. Lo conocí de niño, en unas reuniones que tenían una serie de señores entre los cuales estaba mi padre y acudía Tierno Galván. Una vez vino a mi casa y lo vi. Cuando fui de número 2 en las listas de José Luis Álvarez en las primeras municipales, Tierno Galván, que me llamaba siempre José María, me dijo literalmente en la Plaza Mayor, donde fuimos a hacernos una foto, «pero José María, ¿tú también te ves en esto?'». Y a partir de ese momento empezó a llamarme de usted, pero también José María.
—¿Cómo era ampliando el zoom?
—Muy complicado, muy listo. Recuerdo muchas anécdotas suyas. Cuando se puso enfermo me llamó para contármelo. Lo asistí en la clínica Ruber como amigo en sus últimos momentos, junto a Juan Barranco. Siempre diferencié entre el adversario y el amigo. Yo he sido amigo de mis enemigos políticos.
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