La izquierda revisa su estrategia en Madrid con el futuro de Lobato y Arenillas sin resolver
La nueva ejecutiva socialista decidirá el papel del ex secretario general en la Asamblea y el Senado
Óscar López reclama a sus diputados en Madrid más dureza contra Ayuso y más defensa de Sánchez

Juan Lobato pasó literalmente a segunda fila en el Grupo parlamentario Socialista de la Asamblea de Madrid después de presentar su dimisión como secretario general del PSOE madrileño, el pasado 27 de noviembre. Sentado justo detrás del nuevo portavoz socialista, Jesús Celada, no ... ha faltado a los plenos desde entonces, salvo momentos puntuales, pero en las largas sesiones de debate apenas ha levantado la vista de su portátil, solo para hablar con la diputada Mar Espinar, sentada a su derecha y que forma, o formaba, parte de su equipo de confianza. De vez en cuando, eso sí, sale del hemiciclo para hablar por el móvil de manera más o menos discreta.
Lobato no tiene ninguna función en la Asamblea. Se ha quedado sin actividad y su única obligación consiste, por ahora, en asistir a los plenos y votar. Nada más. No pertenece a ninguna comisión ni tiene ninguna portavocía ni encargo particular. Por eso, en este último mes ha estado volcado, sobre todo, en su trabajo parlamentario del Senado, donde tiene acta por designación autonómica.
Si dimitiera como diputado en la Asamblea, tendría que dejar su escaño en la Cámara Alta. Y por ahora no ha hecho ni una cosa ni otra. Fuentes próximas al ex secretario general del PSOE de Madrid señalan que su intención es mantenerse en el Senado «al menos en una primera etapa». En todo caso, subrayan que el acta «es suya», y el partido no puede obligarle a renunciar a ella. Pero eso es pura teoría.
Varios escaños más allá de Lobato por el lado izquierdo del hemiciclo de la Asamblea, hay un sillón vacío desde el 25 de octubre. Es el de la diputada de Más Madrid Loreto Arenillas, quien ese día, tras destaparse el escándalo relacionado con Íñigo Errejón, anunció que renunciaba a su acta de diputada. Antes, eso sí, había apuntado a su portavoz, Manuela Bergerot, de quien aseguró que como secretaria de Organización del partido conocía al menos un caso de presunto acoso sexual por parte de Errejón, porque se lo había contado ella misma.
Más de dos meses después, Arenillas sigue sin cumplir su palabra: no ha dimitido y mantiene su acta de diputada. Y su partido se niega en redondo a expulsarla de sus filas, porque sabe perfectamente que si lo hace y Arenillas pasa al Grupo Mixto, Más Madrid perdería de hecho un escaño y dejaría de ser el principal partido de la oposición, y Bergerot, por tanto, tampoco sería la líder de la oposición. Esos puestos pasarían a ocuparlos automáticamente el PSOE, quien podría reclamar incluso recuperar sus antiguos escaños en la Asamblea, los que corresponden al principal partido de la izquierda. Más Madrid y PSOE empataron a 27 escaños en las elecciones, pero el primero se impuso por apenas 5.000 votos, lo que le alzó como principal partido de la izquierda.
Arenillas eludió la sanción prevista en la Asamblea para casos de ausencias prolongadas (a partir de tres plenos) con una baja médica. Pero su caso político sigue sin resolverse, mientras su partido mira para otro lado cada vez que se les pregunta por ello.
Así, los dos partidos de la izquierda en el Parlamento madrileño, Más Madrid y PSOE, afrontan un nuevo año en el que necesariamente tendrán que revisar sus estrategias políticas, para lo que tendrán que resolver la situación de estos dos diputados. Lobato ni siquiera estuvo en la reunión que mantuvo Óscar López con el Grupo Socialista, adujo motivos personales, y ha dejado la puerta abierta a presentarse a las primarias en 2026 para ser candidato en las próximas elecciones. Dependerá de cómo transcurra la política autonómica y la nacional. Su escaño en el Senado le sirve perfectamente como escaparate nacional, para realzar su perfil político. En el caso de Arenillas, mientras continúe sin dimitir y su partido sin tomar medidas, el discurso de Más Madrid hará agua y flaqueará de manera evidente por uno de sus puntos supuestamente fuertes: el feminismo. Ayuso nunca lo tuvo tan fácil para debatir con sus adversarios de la izquierda.
Pendientes
Funciones de Lobato
Ahora mismo es diputado raso sin funciones en la Asamblea y senador. La nueva ejecutiva socialista decidirá su papel político.
El escaño de Arenillas
La diputada de Más Madrid sigue sin renunciar a su acta y su partido se niega a mover ficha.
La dirección del PSOE
El congreso de febrero elegirá a la ejecutiva, que decidirá sobre la dirección del Grupo en la Asamblea, su portavoz y su estrategia.
Discurso de Más Madrid
El discurso político y feminista de Más Madrid está 'tocado' por el caso Errejón, cerrado en falso. En plena renovación del PSOE, se juega su liderazgo en la oposición.
El PSOE de Madrid celebrará los días 1 y 2 de febrero su congreso regional. Sin primarias, al proclamarse secretario general Óscar López sin votación de ningún tipo por ser el único candidato, en el cónclave se decidirá la ejecutiva que le acompañará en esta nueva etapa, de corte netamente sanchista, y la revisión del discurso político, que pretende ser mucho más duro con Ayuso y más elogioso y alineado con Sánchez. Esa ejecutiva tendrá que tomar una decisión sobre el futuro de Lobato, en relación con su acta de senador y con su función en la Asamblea. Los lobatistas, que siguen existiendo pero ahora se saben en minoría y más débiles, no tienen previsto plantear ninguna batalla en el congreso. No es el momento. Cerrarán filas y aplaudirán como el que más, a la espera de que cambie el viento en los próximos meses o años, si es que acaba sucediendo.
En Más Madrid, el cierre en falso de su crisis política por el caso Errejón es su asignatura pendiente en el año que está a punto de empezar y la única solución creíble tendría que pasar por el escaño de Arenillas, algo que tienen asumido, pero sin mover ficha a la espera de que lo haga, o no, la diputada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete