La granizada que llegó a los túneles del Metro de Madrid e inundó el barrio de Salamanca
HISTORIAS CAPITALES
Dos obreros desaparecieron en un pozo en el puente de Toledo durante el temporal
La tormenta perfecta que inundó la M-30 y el Bernabéu en 1995
![La salida del Metro en Atocha, repleta de granizo en 1971](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/06/LLUVIAS-3-RCUg24IAdj0ncC6f4sBE1jJ-1200x840@diario_abc.jpg)
El miércoles 1 de junio de 1971, los cielos se abrieron sobre el centro de Madrid entre las dos y media y las tres y media de la tarde. Llovió con ganas, y lo que es peor, también granizó. Tanto, y con tal pasión, que ... los granizos llegaron hasta los túneles del Metro, donde sorprendieron a los usuarios. La tromba caída sobre la ciudad se cobró además dos vidas: las de dos obreros que desaparecieron en un pozo del puente de Toledo.
Los periódicos del día lo reflejaban con crudeza: «En general, las alcantarillas de las vías públicas no tuvieron capacidad para absorber la gran cantidad de granizo caída». Y relataban que «la intensidad de la cortina de la precipitación fue tan grande que los automóviles se veían obligados a circular con las luces de cruce encendidas».
Los Bomberos tuvieron que emplearse a fondo, y atender decenas de llamadas para achicar inundaciones en sótanos y pisos bajos. Lo curioso es que esto pasaba en pleno corazón de la capital, y no como era habitual, en suburbios o zonas cercanas al río. En la glorieta del doctor Marañón, «el agua bajaba en verdadero aluvión». Donde no había pendientes, el agua quedaba estancada «alcanzando un alto nivel, que llegaba hasta los motores de los automóviles y ocasionaba su detención», contribuyendo con el atasco al caos generalizado. La mayoría de las salidas fueron al barrio de Salamanca.
La Feria del Libro, que celebraba su XXX edición como es tradicional, en el parque de El Retiro, se vio muy afectada por la granizada. Muchas casetas resultaron dañadas, según contaban entonces porque no estaban demasiado bien hechas y fueron incapaces de resistir los aguaceros. Algunas editoriales cifraban sus pérdidas en más de 200.000 pesetas (equivalentes a unos 1.200 euros).
Lo peor fue lo sucedido a dos obreros que estaban trabajando en un pozo de unas obras en el puente de Toledo cuando les sorprendió la intensa tormenta. Los compañeros de los desaparecidos descendieron al pozo y encontraron las herramientas de trabajo de los hombres, pero no a sus colegas. Avisaron al servicio de bomberos, y un vehículo de este cuerpo estuvo recurriendo, infructuosamente, las márgenes del río Manzanares, a lo largo de dos kilómetros, hasta el barrio de la China.
![Imagen principal - Arriba, visitantes en la Feria del Libro esquivan los charcos. Abajo, izq, portada de ABC sobre la tormenta. Dcha, la lluvia y el granizo caen sobre la calle Serrano](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/06/feria-libro-U70834763644Osb-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Arriba, visitantes en la Feria del Libro esquivan los charcos. Abajo, izq, portada de ABC sobre la tormenta. Dcha, la lluvia y el granizo caen sobre la calle Serrano](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/06/portada-abc-U22142386081DnV-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Arriba, visitantes en la Feria del Libro esquivan los charcos. Abajo, izq, portada de ABC sobre la tormenta. Dcha, la lluvia y el granizo caen sobre la calle Serrano](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/06/LLUVIA-2_20241002183357-U16303307870fis-278x329@diario_abc.jpg)
La violencia de la tormenta se dejó sentir en forma de atascos en tuberías, desagües y registros. Y sobre todo, en zonas como la calle de Preciados, la de Serrano, Velázquez -y su estación de Metro-, Alcalá, Cibeles o Atocha. Un coche de bomberos se hundió cerca de este último punto, y fue preciso avisar a una grúa del cuerpo para extraerlo.
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Dicen los expertos que una tromba de agua de estas características se produce con poca frecuencia, cada 25 años. La caída aquel día de 1971 en la capital sólo tuvo parangón, efectivamente, en la noche de San Juan de 1995, cuando el cielo se cayó literalmente sobre Madrid, con tres tormentas consecutivas y el saldo luctuoso de una mujer de 25 años que desgraciadamente perdió la vida.
El tremendo aguacero inundó el Metro -un clásico-, sótanos, garajes, rompió las compuertas que represaban el Manzanares y obligó a suspender la final de la Copa del Rey en el Bernabéu.
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