La estrategia «libre» de Lobato en Madrid despierta recelos en el PSOE
Su mano tendida a Ayuso y sus críticas a la amnistía han sumido en el desconcierto a una parte de los socialistas madrileños, donde aparecen voces críticas que asoman como alternativa
Vox se desmarca del preacuerdo de Ayuso y Lobato para reformar el Estatuto de Autonomía de Madrid
![El secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, en el Pleno del Senado](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/07/juan-lobato-RFnHIuWE8V5cfmSl2sFWy2M-1200x840@abc.jpg)
La estrategia del PSOE de Madrid en estos últimos tiempos podría resumirse en tres palabras: Lobato contra Lobato. El secretario general de los socialistas madrileños se enfrenta a menudo contra sí mismo, contra su manera de entender la política, que hunde sus raíces en ... el mundo rural y tiene el diálogo y consenso como herramientas cotidianas, y que nada tiene que ver con los tiempos polarizados de 'fachosferas' y 'sanchosferas'. El exalcalde de Soto del Real se ve obligado a hacer equilibrios para ser a la vez fiel y leal a sí mismo y al sanchismo.
La ley de la amnistía ha sido el mejor ejemplo de ese ejercicio de funambulismo de Lobato, que se mueve entre la lealtad al presidente del Gobierno y su manera de entender la política y el servicio a los ciudadanos. Que nadie espere del líder de los socialistas madrileños un voto distinto al marcado por la férrea disciplina de Ferraz. Cuando el pleno de la Asamblea debatió una iniciativa en contra de la amnistía para los golpistas separatistas, el PSOE de Madrid respondió como un ejército: todos a una votaron a favor de la posición del Gobierno. Y Lobato, el primero.
Pero cuando toca pronunciarse de manera individual, su crítica es muy clara: «La amnistía va contra lo que nos define como sociedad», advirtió en una entrevista en Onda Cero a principios de año. Cuando se ponen normas, remarcó, hay que cumplirlas, y eso «lo aprendemos desde chiquititos en el colegio».
Las declaraciones de Lobato no gustaron nada en su partido. Las críticas internas al secretario general del PSOE de Madrid se agudizaron, aunque los políticos siempre traten de hacer sordina si están en poder y piensan que puede perjudicarlos. Pero las voces disconformes con Lobato existen y tienen nombre y apellidos.
Fuentes del partido sitúan frente a él, en primer lugar, al que fuera alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, y también al regidor de Fuenlabrada, Francisco Javier Ayala, uno de los pesos del partido más fuertes en la región, por su poder territorial real en un municipio clave para la izquierda. Ayala se enfrentó a Lobato en las primarias allá por 2021, pero poco pudo hacer ante el candidato 'oficial', que logró el respaldo del 61,2 por ciento. Los críticos cuentan con la simpatía de los 'simanquistas', que haberlos, haylos todavía.
Lobato es la última apuesta impulsada por Ferraz para tratar de conquistar la Comunidad de Madrid. Algunos, dentro de su partido, lo siguen viendo como un 'experimento' al que hay que dejar tiempo. Pero dentro del PSOE se habla ya de que no tiene equipo, y un líder sin equipo tiene poco recorrido. También le reprochan su escasa fuerza orgánica y, cómo no, que a veces vaya «por libre» en su estrategia, en un momento muy delicado para el Gobierno de Sánchez y el PSOE en general. Sus defensores replican que todos los secretarios generales han tenido derecho a fijar su estrategia, con cierta independencia respecto a Ferraz.
Las claves
Falta equipo
Hablar de una corriente crítica en el PSOE madrileño es todavía apresurado. De momento, hay voces que advierten de la falta de equipo en torno a Lobato y de su poco peso orgánico. «Trabaja de forma solitaria y autónoma».
Un grupo formado por individualidades
El grupo parlamentario socialista en la Asamblea, comentan fuentes del partido, es un conjunto de individualidades. «Cada uno va a lo suyo».
Diálogo con el PP
La estrategia de mano tendida hacia Ayuso ha causado desconcierto: «O somos duros o pactamos con ella». Algunas fuentes piden que la estrategia se aclare, se vertebre y se ponga en común con la dirección federal.
Aviso interno
«No es momento de cuestionar nada en el partido, sino de centrarnos en ganar terreno en Galicia, europeas, País Vasco...»
Precisamente, el más unido a la línea federal oficial fue Ángel Gabilondo, y fue el único que consiguió ganar en las urnas desde los tiempos de Leguina. Los demás registraron fracasos tras fracasos y ahora Lobato quiere probar algo distinto, un talante diferente, de mano tendida a Ayuso, de no hacer ascos a pactos con la derecha, ni mucho menos levantar muros ni cordones sanitarios. En la Asamblea todo el mundo sabe que la relación de Lobato es mejor con Ayuso que con la portavoz de Más Madrid, ahora Manuela Bergerot y antes Mónica García.
En ese 'equilibrio' a veces imposible entre su manera de entender la política y su disciplina ante Sánchez, Lobato ofrece pactos a Ayuso prácticamente cada semana. El último fue el de la reforma del Estatuto, pero un día muestra su satisfacción por hacer una modificación de consenso junto al PP, y unos días después frena en seco ante los suyos, recula en parte y asegura que él solo ha defendido la supresión del término 'minusválidos'.
En la misma línea, puede pronunciarse en contra de rebajar el delito de malversación y poco después alinearse con la reforma impulsada por Sánchez. O mostrar su contundencia absoluta contra la corrupción, 'tolerancia cero', cuando se trata del PP, y al mismo tiempo resistirse a actuar contra la exalcaldesa socialista de Móstoles, Noelia Posse, procesada por el caso ITV y aún concejal en el ayuntamiento, a quien respaldó para que fuese candidata en las elecciones.
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