La escisión de la escisión: el legado envenenado de los herederos de Carmena
Tras la ruptura de Más Madrid en mitad del mandato, Higueras actuará al margen del grupo mixto que creó
Después del abandono de la vida política de la exalcaldesa, cinco de los 19 ediles que concurrieron juntos en 2019 han dejado su escaño
Solo el culto a la líder, Manuela Carmena, pudo ensamblar piezas que realmente nunca encajaron en la izquierda madrileña. Los ediles de IU y Ganemos fueron los primeros en quedarse en el apeadero en 2019. La exjuez no tuvo reparos en descartarlos de su ... lista electoral. Pero el nuevo equipo diseñado como si fuera un traje a medida de la exalcaldesa se descosió desde el primer día que ella abandonó la política. El legado de la exregidora tres años después de su marcha es un rosario de escisiones y pugnas entre compañeros que les ha llevado incluso enfrentarse en los tribunales.
Fueron cuatro -Marta Higueras, Luis Cueto, José Manuel Calvo y Felipe Llamas- los que tras una concatenación de dimisiones por los choques irreconciliables con la nueva portavoz, Rita Maestre, decidieron dar un paso adelante y externalizar lo que ya era un secreto a voces: la ruptura de Más Madrid.
Los cuatro concejales formaron un grupo municipal propio, contra la voluntad de sus excompañeros, que los denunciaron ante la Justicia y aún continúan peleando por que sea disuelto. Juntos crearon Recupera Madrid, una plataforma con la que buscaban unir a la izquierda, pero que ha terminado más rota que nunca.
En su momento, llegaron incluso a estrechar lazos con Podemos, de quienes en su momento se separaron de forma traumática para seguir los pasos de Carmena junto a Íñigo Errejón. Pero la paz interna duró poco. Llamas abandonó el pasado diciembre la política.
El que fuera ex jefe de Gabinete de Carmena durante su mandato, tomaba la decisión al no estar de acuerdo con el apoyo del grupo mixto al presupuesto del ayuntamiento. Sus votos eran clave para salvar las cuentas de PP y Cs tras el rechazo rotundo de Vox a avalarlas.
Entonces el grupo quedó reducido a tres. Y, ahora, apenas siete meses después, es la propia Higueras quien decide marcar «agenda» y rumbo propio. Su decisión se ha hecho pública después de que rechazase sumarse a la agrupación de electores que sus compañeros Cueto y Calvo lanzaron con el fin de crear una plataforma ciudadana que recrease la idea original de Carmena.
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«Desde esa perspectiva de escucha vecinal, y de cara al nuevo curso político, actuaré con agenda política propia para contribuir desde la independencia a canalizar las demandas vecinales. Voy a utilizar mi independencia y mi voto para dar voz a los barrios», anunció Higueras el pasado jueves.
Pese a que dio su apoyo a la ordenanza de terrazas aprobada en enero -Más Madrid, PSOE y Vox votaron en contra-, Higueras muestra ahora su disconformidad. «Reconozco personalmente la influencia de la presión vecinal en mi reconsideración de una ordenanza de terrazas que no se cumple y mirar prioritariamente los graves perjuicios que sufren vecinas y vecinos en el centro. Sus quejas son legítimas», reconoció, al tiempo que también lamenta que «otro tanto sucede con las cocinas fantasma»: «Son incompatibles con la convivencia en un entorno residencial, por lo que no cabe su regulación ni su legalización».
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Brechas entre sensibilidades afines, peleas entre amigos y compañeros que en su día compartieron mesa en la Junta de Gobierno. Parece que lo que unió Carmena solo fue una quimera, un legado envenenado.
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