Los dos meses que Rita Maestre tapó el escándalo sexual del concejal Pablo Soto
En 2019, Más Madrid expulsaba a un edil señalado por abusos a una joven, pese a la resistencia de la jefa. «Se conocían perfectamente las adicciones de Errejón y Rita sabía cómo era su perfil», que comparan «con el de 'American Psycho'»
Rita Maestre aprovecha el caso Errejón para atacar al PP: «Han convertido una agresión sexual en un caso contra el movimiento feminista»
Rita Maestre, Pablo Soto (centro) y Nacho Murgui, en 2016, durante una Comisión de Transparencia en el Ayuntamiento de Madrid
Diez de la noche del martes 8 de octubre de 2019. Apenas hace cuatro meses que el primer mandato de José Luis Martínez-Almeida (PP) como alcalde de Madrid ha echado a andar y Pablo Soto, concejal de Más Madrid –encargado del Área de Transparencia ... en el periodo anterior, con Manuela Carmena de regidora– lanza un comunicado en redes sociales anunciando su dimisión. El motivo: la denuncia interna de una joven del partido por abuso sexual.
Soto, de 45 años en la actualidad, había sido uno de los fichajes estrella en las listas que encabezó la exjuez en 2015 bajo la marca Ahora Madrid. Su nombre era conocido, principalmente, por su labor como informático: es uno de los pioneros en el programa de intercambio de archivos P2P, por lo que empresas como Warner, Promusicae, Sony, Universal y EMI le demandaron exigiéndole 13 millones de euros. Las grandes de la industria musical perdieron el pleito, al no apreciar los tribunales ánimo de lucro en Soto. Nada se podría intuir de que firmaría el prólogo, sin llegar a la misma gravedad, del capítulo Errejón, el más infame de la corta novela que sigue protagonizando el partido.
El experto tecnológico llegó en 2015 al Ayuntamiento de Madrid con una hoja de servicios muy interesante y se desempeñó, sobre todo, en los presupuestos participativos de la ciudad. En 2019, tras desbancar Almeida a Carmena en Cibeles, ella se retiró y dejó el grupo municipal en manos de Rita Maestre. Y explotó la bomba.
ABC ha contactado con personas del entorno de Más Madrid que recuerdan al milímetro cómo se gestionó la crisis de Soto: había intentado tocamientos a una chica del partido aprovechando que, durante una salida en grupo a un bar, le pidió que lo ayudara a ir al baño. El entonces edil sufre una discapacidad severa que le obliga a moverse en silla de ruedas. Encerrados en el servicio, colocó su silla de tal modo que bloqueaba la salida a su víctima, a la vez que le pedía tocamientos en sus partes íntimas.
Él mismo, en su comunicado de renuncia, explicó su versión: «Un día, tomando unas cervezas tras el trabajo, pedí a una persona del entorno de los grupos de trabajo que me ayudase a ir al cuarto de baño. Tengo una discapacidad importante, voy en silla de ruedas y, en algunas ocasiones, no puedo ir al cuarto de baño sin ayuda». Reconoció que hizo un comentario de «tono o significado sexual», aunque no recordaba cuál exactamente, pues estaba borracho: «Peso 45 kilos y unas pocas cervezas pueden sentarme realmente mal; pero los últimos años he medido mal la frecuencia y la cantidad de lo que bebo».
Desde Más Madrid se apresuraron a difundir que, en cuanto el partido supo lo sucedido y confirmó la versión de la víctima mediante el protocolo antiacoso interno, se decidió fulminar a Soto. Sin embargo, cinco años después, personas que estuvieron de lleno en ese proceso niegan la mayor. Es más, señalan que Rita Maestre «paró el escándalo durante dos meses, hasta que supo que un periodista iba a sacarlo a la luz y no le quedó más remedio que actuar».
Cisma por el poder tras Carmena
«Pablo Soto era un tío que en las fiestas bebía bastante y se descontrolaba. Aquel caso era cierto y hubo testigos. Todo el grupo municipal sabía lo que ocurría desde mucho antes, desde verano. Gente como Luis Cueto (sobrino nieto de la exalcaldesa y jefe de Alcaldía), Marta Higueras (primera teniente de alcaldesa), Felipe Llamas »jefe de gabinete de Carmena)…«, señala una de estas personas. Ahí es donde entra el cisma de poder que se vivía en la plataforma: »Pero unos pocos concejales dijeron que tenía que salir a la luz y echar a Soto; sin embargo, Rita se resistió durante esos dos meses porque era uno de los suyos y, además, sabía que al irse Soto entraría como edil Felipe Llamas, que era alguien muy cercano a Carmena y no a ella. Es más, la propia Manuela, cuando se enteró, apostó por apartarlo inmediatamente del grupo municipal. Pero gente como Maestre –portavoz y número 1 de la lista–, Nacho Murgui, Inés Sabanés o Jorge García Castaño –exdelegados de áreas y concejales en la oposición en ese momento– se resistían«. Finalmente, Llamas entró en el consistorio en 2020 tras la renuncia de otra edil 'carmenista', Estrella Sánchez, y a Soto lo sustituyó el coportavoz de Equo en Madrid, José Luis Nieto.
El detonante de que al final todo se conociera y de que «Rita dijera que debía dimitir» fue la llamada de un periodista a la entonces jefa de prensa de Maestre preguntando sobre el asunto. Le habían filtrado la noticia desde dentro del propio grupo municipal de Más Madrid, «para forzar esa dimisión». La responsable de comunicación desconocía el asunto y se lo comunicó a la portavoz, que entonces sí entendió que debían dar un paso adelante y echar a Soto. Sería una voladura controlada. El informe interno había determinado que el testimonio de la afectada era real. Una víctima a la que, en línea de lo sucedido ahora con el caso de la joven de Castellón e Íñigo Errejón en 2023, «la convencieron para que no lo denunciara públicamente, sino que se dirimiera todo de manera interna». Como hizo Loreto Arenillas, la recién expulsada de las filas de Ahora Madrid de la Asamblea y que se resiste a dejar el acta al considerarse cabeza de turco del escándalo de Errejon. «Aquello fue un verdadero terremoto en el entorno de Más Madrid, porque, además, él estaba casado, tenía una niña pequeña y un bebé en camino», añaden los informantes.
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ContinuarUna de las grandes decepcionadas fue Carmena, que siempre había tenido debilidad por Soto y con el que habló tras lo sucedido. «Creemos que a Pablo se le subió el cargo a la cabeza, pero no es como Errejón», al que ya entonces definían «como un psicópata, como el protagonista de la película 'American Psycho'». «Se sabía perfectamente el problema de sus adicciones. Rita, con la que tuvo una relación sentimental durante años, conocía que era ese el perfil de Íñigo y se lo advirtió a su entorno político más cercano».